Viendo ayer las colas interminables en la estación de servicios La Chasnera, conocida desde 2013 -cuando el Grupo González repartió todo el segundo premio de la Lotería de Navidad, 200 millones de euros- como El Surtidor de la Suerte, nadie diría que este año, incluida la propia gasolinera del kilómetro 54 de la autopista del Sur, se ha venido menos Lotería de Navidad que el año pasado.
Aunque Luis de Montis, delegado de la SELAE (Sociedad Española de Loterías y Apuestas del Estado) en la provincia tinerfeña, no ha querido oficializar la venta, se calcula que este año, por la crisis y la pandemia, esta ha bajado en torno al 30% en toda España, una cifra similar a la de Tenerife, donde la media de 46,4 euros por tinerfeño del año pasado ha bajado hasta los 41 euros, cinco euros menos, a la espera de contabilizar los últimos días, porque según De Montis “este mes y, sobre todo, la última semana es cuando más se vende lotería”.
Ese 30% menos en la recaudación de este año se explica por el desplome de las ventas a colectivos, clubes deportivos y empresas que tradicionalmente compran y reparten participaciones para el El Gordo de Navidad, y que este año apenas han tenido actividad, por lo que el Estado dejará de ingresar 1.200 millones de euros, aproximadamente.
Ni siquiera la gasolinera La Chasnera, ha roto esa tendencia, pese a esas colas ante la máquina receptora que lleva seis años dando los primeros premios, incluido algunos décimos sueltos del Gordo, como ocurrió en 2017 y el año pasado.
José Miguel González, presidente del Grupo González que gestiona ocho gasolineras en la Isla, cuatro de ellas con receptores de lotería (La Chasnera, Las Zocas, Porís de Abona y El Volcán de Arafo), reconoce que “este año se ha vendido menos, pero tampoco estamos para quejarnos”, recordando que a lo largo del año también ha entregado premios en primitivas y loterías, como hace dos sábados, el primer premio de la Lotería en la gasolinera de Las Zocas.
Además, González, ha vuelto a traer de la Península dos series completas para repartir entre su centenar largo de trabajadores y algunos allegados, como ya hizo en 2013, cuando regó con 200 millones de euros a toda la Isla.