Conjuramos la llegada del nuevo año 2021 celebrándolo con Fiestas de Canarias, libro de la autoría de Tingo, Juan Agustín Pérez Pérez, nacido en Venezuela en 1955, hijo de palmeros emigrantes, 30 años profesor de dibujo y fotografía en el Instituto de Granadilla. Fotógrafo vital, como nos muestra en el libro que abrimos y es él. El mismo nos dice que “está para ver, leer y consultar, como las tradiciones vivas es para disfrutar, para llevarnos al conocimiento de nuestras raíces”. Para Tingo la fotografía es “el ojo, un medio para dibujar su pensamiento, vivir de fiesta en fiesta ha sido un paso más en este largo sueño de 50 años”. Donde el paro activo del confinamiento le ha permitido completarlo, ya está en librerías.
La cámara está dentro, con ella entra en escena. De esta obra que es un regalo visual, táctil, de colores, sonidos y olores de nuestras fiestas. Tingo es sinestésico, aquellos que perciben estados sensoriales singulares, no como derivas patológicas de la percepción, sino como atributo genético y adquirido. Y al tiempo es un coleccionista, y como tal embarcado en una aventura sin fin, que le permite ver el mundo desde sí mismo, lo que no evita que racionalice sus pasiones. Bajo su mirada el objeto cobra nuevos significados. Disecciona las Fiestas de Canarias en 10 grupos, Diablos, Fuego y Libreas, Agua, Caballos Fufos, Carnaval, Danzas, Arte Efímero, Romerías, San Juan, Vino y Castañas y Parrandas, donde todos encajan en un ciclo anual sin fin, que se mueve en los círculos continuos de la vida. Aquí selecciona y recrea 91 de las Fiestas de Canarias más singulares.
Todas transportan celebraciones de identidad popular, las esencias del pueblo en su estado más propio; conjuran el miedo, la muerte, la enfermedad y el hambre y el triunfo sobre ellos. En palabras del cubano Fernando Ortiz (Cuba 1940), el sincretismo es un fenómeno de transculturación y mestizaje de culturas. Se produce una simbiosis de ambas en el tiempo y en doble movimiento, acomodación primero para luego asimilarse. Rituales adaptados a la religión cristiana, soportados en la pertenencia de colectivos sociales que pueden no sentirse representados en la ortodoxia oficial. Donde cabría la represión o la tolerancia, la iglesia oficial, en su estrategia de asimilación, asume la coexistencia de rituales paganos en el nuevo contexto social.
Comparten las fiestas el ser relatos de frontera, del fenómeno religioso-simbólico, de guerras de religión, piratas e imperios, de los ciclos del tiempo y de la vida. Asociadas a los cuatro elementos clásicos, agua, fuego, tierra y aire. En Canarias vemos la herencia de los contextos culturales y religiosos europeos, con la América colonial y el sincretismo animista heredado desde Cuba, Venezuela, Brasil, Perú y Argentina, la huella del esclavismo africano y su asimilación por la iglesia. Nos lleva más lejos Joseph Campbell (Nueva York, 1904-Honolulú, 1987) con su obra Las Máscaras de Dios- Mitología Primitiva, revisada en 2017, donde sostiene patrones comunes en todas las mitologías “precolombinas, polinesias, chinas, mesopotámicas, egipcias, grecorromanas, cristianas”. Identifica lo que Carl Jung llama “arquetipos universales” ligados a los ritos de la naturaleza, las cuatro estaciones del año y las cuatro etapas de la vida, nacimiento, pubertad, fertilidad y muerte. Solo cuento la fiesta de la reciente Romería Barquera de El Médano, celebrada en los equinoccios de otoño, en honor de la Virgen de la Mercedes de Roja, prodigio de asimilaciones, del rito del agua en la Fiesta del Charco de La Aldea, todos de blanco como los Indianos Palmeros, y donde hay carros como en las Romerías del Norte de Tenerife; que son barcos donde puedes integrarte. Para las demás fiestas, el libro se deja abrir por cualquier página y participar.