la palma

El Circo de Marte, 150 años de cultura

Inspirado en el Teatro Villanueva de La Habana, se construyó para albergar riñas de gallos, hasta que asumió una vocación teatral
Danza de los Enanos, en el interior del Circo de Marte, durante una representación en las Fiestas Lustrales de la Bajada de la Virgen de Las Nieves del año 1910 | CEDIDA

El que podría ser considerado el segundo año de la era d.C. (después de la COVID-19), 2021, está plagado de efemérides. Justamente, coincidiendo con un contexto en el que no se pueden celebrar actos multitudinarios por las restricciones sanitarias. No obstante, lejos de dejar pasar por alto estas fechas tan señaladas, en general, las instituciones han optado por eventos más sencillos, cercanos, casi familiares, que comienzan a agradar a muchos por la comodidad que otorgan y la ausencia de estrés debido a las aglomeraciones. Es lo que ha ocurrido en la capital palmera, que este mes conmemora el 150 aniversario del Circo de Marte, hecho por el que el Ayuntamiento organizó el pasado viernes tres pases de una visita guiada por el otrora espacio destinado a la organización de riñas de gallos.

Esa actividad -la de enfrentamientos entre animales-, ahora limitada a círculos muy concretos de la sociedad -con la restricción adicional de que la ley no permite abrir nuevas galleras en el Archipiélago-, era uno de los entretenimientos más afamados del mediados del siglo XIX, tal como recuerdan desde la Concejalía de Patrimonio Cultural, que dirige Manuel Garrido. Asimismo, detallan que el recinto también acogía otra clase de espectáculos, como “los números de circo de las compañías itinerantes que recalaban en el puerto de Santa Cruz de La Palma, sesiones de cine mudo, espectáculos de magia, veladas líricas o danza y teatro”.

Su nombre nace de la combinación de la palabra “Circo”, en referencia a los coliseos de la antigua Roma, y “Marte”, aludiendo al dios romano de la guerra, que concordaba con las peleas que albergaba el inmueble palmero. Y los promotores de su levantamiento fueron indianos, es decir, canarios retornados de las Américas, entre los cuales se encontraban “Celedonio Camacho Pino o los hermanos Manuel y Antonio Carballo, quienes inauguraron el primer proyecto de empresa de espectáculos documentado” en la Isla, señalan desde el Consistorio.

En cuanto a las influencias de su diseño, ideado por el constructor naval Sebastián Arozena, está inspirado en el Circo Habanero o Teatro Villanueva, recinto con capacidad para cerca de 4.000 espectadores que adquirió especial notoriedad en la capital cubana mientras permaneció abierto al público como sala de espectáculos, entre 1847 y 1869, hasta que se vio abocado al cierre por un sangriento episodio: en su interior tuvo lugar un tiroteo entre el cuerpo de voluntarios del gobierno colonial español y los partidarios de la independencia de Cuba, registrándose varios muertos y heridos.

La construcción del Circo de Marte, concreta el Área municipal, “arranca con los primeros permisos solicitados, en agosto de 1864, y la apertura de cimientos el lunes 3 de abril de 1870, hasta su término” un año más tarde. A su autor, el ya mencionado Arozena, “miembro de una de las sagas de astilleros más fructíferas de la historia de La Palma, activa durante más de 100 años”, le precedía la creación “de bergantines, goletas, pailebotes y fragatas destinados al tráfico marítimo entre Canarias y la costa africana y América”. Poco o nada que ver con una infraestructura de estas características, sin embargo, finalmente aceptaría la encomienda.

El también llamado coliseo palmero, levantado sobre el solar de la plaza del convento de Santa Catalina de Siena, comparte distribución interior con su hermano habanero “en dos órdenes de palcos, semejante aspecto exterior circular y un uso común de la madera en la cúpula y en otras piezas”. Unas semejanzas que fueron puestas de relieve por los medios de la época, como El Clarín: periódico de noticias, literatura e intereses generales, que declaraba que el “sinuoso edificio” carecía de competidores, no pudiendo encontrar edificaciones similares “ni aún en aquellos países donde se juegan cientos de onzas de oro a los pies de un gallo”. Más adelante, en 1882, como recuerdan desde el Ayuntamiento, sería el arquitecto galo Adolphe Coquet el que lo acabaría erigiendo como “el monumento más bello e la Isla, destacándose brillantemente en medio de la ciudad”.

TRANSFORMACIÓN

El investigador y técnico de Patrimonio Cultural del Ayuntamiento de Santa Cruz de La Palma Víctor Correa, conductor de las visitas guiadas del viernes, explica que “entre 1914 y1918 se inicia la primera rehabilitación relevante del edificio, auspiciada por Silvestre Carrillo Massieu, su nuevo propietario”. Y en esa acción, “el viejo Circo de riñas, bailes y otros solaces adecúa sus instalaciones con preferencia por la actividad teatral”, encaminándose a lo que es hoy día el Teatro Circo de Marte.

En concreto, prosigue, “la planta primitiva fue convertida en platea y, para albergar la caja escénica y el resto de compartimentos del nuevo local, se levantaron muros alineados a la traza urbanística”. Además, en la línea del “teatro a la italiana, la planta reproduce el esquema de herradura”. “Unas décadas más tarde, la disposición empresarial de la saga de los Baudet tinerfeños darán con una nueva aportación que acrecienta el habitual programa musical, dancístico y dramático del Teatro, incorporando la proyección de películas de cine a la cartelera, ensayada no obstante tiempo atrás”. Hasta que en 1981 fue adquirido por el Consistorio local, que “devolverá al Teatro su vocación escénica”.

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