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Gambito de dama

En octubre 2020, Netflix estrenó en TV la miniserie Gambito de Dama en siete capítulos. Basada en la novela homónima de 1983 de Walter Tevis, dirigida por Scott Frank y protagonizada por Anya Taylor-Joy. Cuenta la vida de Beth Harman, huérfana prodigio del ajedrez. Desde niña en el orfanato lo aprende con el bedel y se hace dependiente de los tranquilizantes. Adoptada por un matrimonio disfuncional, se inicia en la competición donde proyecta sus conflictos, dependiente de drogas y alcohol. Continúa su escalada deportiva, hasta ganar el campeonato del mundo contra el ruso Vasily Borgov. La historia discurre en los años 50-60 y está rodada en 2019 en Ontario (Canadá) y Berlín, con el despliegue de escenario, ambientes y música del nuevo cine en casa. La serie contó con la asesoría del campeón del mundo Gary Kasparov. La miniserie más vista, con 62 millones de televidentes en los primeros 28 días, nº 1 en 63 países, reconocida con los Premios de Crítica Televisiva, los Globos de Oro y los del Sindicato de Actores, en 2021.
Reúne ingredientes que enganchan, nuestra ajedrecista hecha a sí misma en el orfanato, esfuerzo multiplicado en su condición de mujer contra hombres y en habilidades intelectuales. Lucha del mundo libre contra el estado ruso. Que nos traslada a Reikiavik (Islandia), verano de 1975, donde se celebró el primer Campeonato FIDE fuera de Moscú desde 1948, en que Botvinnik ganó el título. El americano Bobby Fischer contra el ruso campeón del mundo Boris Spassky. Nixon contra Brezhnev, deben luchar en campo neutral con sus mejores armas. Se retrasmitió al mundo con sus conflictos políticos, deportivos, económicos y de espónsores. Acabó en la partida 21 ganando Fischer con negras, en Defensa Siciliana, que abandonó Spassky en el movimiento 47, con resultado final de 12 ½ a 8 ½ . Nuevo campeón del mundo FIDE, que nunca jugaba el Gambito de Dama, que rechazó en las partidas 6,12 y 14 de Reykiavik.
Las naciones se sienten representadas en el deporte y en el ajedrez, que incorporan en su enseñanza escolar como juego de estrategia. La FIDE (Federación Internacional de Échecs) celebra Campeonatos Mundiales desde 1886, con el austrohúngaro Wilhelm Steinitz hasta hoy, 16 campeones FIDE, PCA y Unificados luego del 2000, con dominancia de la URSS desde 1948. La FIDE adoptó en 1971, para medir la habilidad relativa de los jugadores el sistema de puntuación ELO, ideado por el físico americano de origen húngaro Arpad Elo. Se basa en una escala comparativa estadística de 0 a 3.000, donde en sus categorías superiores sitúa los Maestros FIDE entre 2.300 2.400 ELO, Maestro Internacional 2.400 2.500, Gran Maestro 2.500 2.600 y Super Maestro por encima de 2.600, donde se colocan todos los campeones del mundo, 11 desde su inicio. La súper élite mundial a 2020, con ELO superior a 2600, la forman 101 ajedrecistas. Solo tres han superado la barrera de los 2.800, el actual campeón noruegovMagnus Carlsen (1990) con un ELO 2.882; Gary Kasparov (1963), campeón del mundo 1985-2000 con ELO 2851, y el italoamericano Fabiano Caruana, con ELO 2.844. Hay quien señala a Bobby Fischer con ELO 2.780, como el mejor jugador de la historia.
Ofrece nuestro juego desde su remoto origen en el Valle del Indo hacia 500 a.C. la representación de una guerra, de 32 piezas sobre 64 casillas, equilibrio de blancas y negras, de lleno y vacío, como en el Ying Yang de las culturas asiáticas. Seis figuras en 2 a la 6, 64 casillas. Cosmogonía de un universo paralelo que remeda la complejidad de la vida. Hoy se acerca la inteligencia artificial a ganar al hombre, como Deep Blue de IBM que en 1997 ganó a Kasparov. Compite contra las máquinas Magnus Carlsen para ampliar su ELO, en la violencia del juego que mata al rey enemigo. Que exige el mejor estado de equilibrio físico e intelectual, fuerza, solidez e iniciativa, lo que no completa en la serie nuestra heroína de Gambito de Dama.

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