natación

Mercia Rodríguez agranda su leyenda en ‘otro día en la oficina’

La deportista del Tenerife Másters reconoce que “nadó de forma natural” y no esperaba “tanta repercusión”
Mercia Rodríguez, el sábado pasado, esperando su turno para competir. / Fran Pallero

Nueve récords nacionales individuales en piscina de 50 metros, otros cuatro en piscina de 25 metros y 15 más en relevos, bien femeninos, bien mixtos. No parecen registros al alcance de cualquiera, pero es que Mercedes Mercia Rodríguez, no es cualquiera dentro de una piscina.

“Es toda una institución”, dicen sus compañeros de equipo en el Tenerife Másters sobre una persona metódica y disciplinada que se toma los entrenamientos muy en serio y no quiere distracciones antes de competir.

Lo que hizo el pasado sábado en la piscina Acidalio Lorenzo ya es historia. Mercia fue la primera mujer en nadar los 1.500 metros en poco más de 41 minutos a los 80 años de edad. Lo hizo dividiendo la distancia en tres segmentos de 500 metros y completando unos tiempos muy regulares de 13:28, 13:58 y 14:05 minutos para los 41:31.20 finales.

Después de la gesta alcanzada por Paco García una semana antes con tres registros a los 95 años, esta vez las miradas estaban centradas en Mercia. “Sinceramente yo lo hice de una forma tan natural que no pensé que tuviera nunca la repercusión que ha tenido, es la verdad. Yo dije, voy a nadar el 1.500 e intenté entrenarme todos los días”, confesaba Mercia, que comenzó nadando 700 metros y le fue metiendo 100 metros más cada día hasta llegar al 1.500.

El sábado fue el segundo día que hizo esa distancia. “Yo no le di importancia ninguna”, exclamaba con absoluta sinceridad antes de confesar que “yo hice la prueba como un entrenamiento, aguantando y cuando llegué a las 20 piscinas me dije, pues tengo ánimo para otras diez más y así se terminó la cosa”.

Espontánea y natural, Mercia, que dejó la natación con 20 años antes de retomarla con el Tenerife Másters explicaba que “en ningún momento” pasó dificultades no tuvo que echar mano de las normas que le permitían pararse “sin poner los pies en el suelo ni agarrarme de las corcheras” porque cuando llegó a las 20 piscinas “me vi que todavía había energía”.

Y eso que Mercia llegó a verse algo agobiada cuando las cámaras de los fotógrafos apuntaron hacia ella antes de la prueba. “¿En qué lío me he metido?” se preguntaba la nadadora tinerfeña que notó “una gran responsabilidad” para algo que ella hacía “de una forma muy sencilla” y que le hizo echar mano de un pensamiento tópico en sus circunstancias, “tierra trágame”.

En cuanto salió del agua se dijo a sí misma que era la última vez que hacía esa distancia. Con los días ha cambiado de parecer. Repetirá experiencia pero con una condición. “En piscina de 25 no lo haré, 60 piscinas son muchas, se vuelve una loca contando”, desvelaba Mercia, que reconocía que “se me dan las pruebas un poco largas porque no tengo velocidad” y agradecía “el compañerismo” de un equipo donde “todos somos iguales, cada uno con sus marcas, sus edades y sus marcas, nadie es mejor que nadie”.

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