Tras casi una semana lamentando que el de esta noche será un derbi insípido por la falta de espectadores en las gradas del Heliodoro Rodríguez López, hoy eso queda atrás porque los futbolistas saben que no juegan un partido más. Un derbi es un derbi. Siempre. Ya sea en pretemporada o en pleno curso. Con pandemia o sin ella. Con aficionados o sin ellos. Hoy más que nunca, se juega por el orgullo de toda la afición. Una afición que no puede estar presente físicamente, pero que debe estar metida en la cabeza de los jugadores de inicio a fin.
Al encuentro de máxima rivalidad de las islas llegan Tenerife y Las Palmas en condiciones prácticamente idénticas. Están separados en la tabla por un solo punto y sin urgencias clasificatorias, pero para ambos es casi insalvable la desventaja, con respecto a los puestos de promoción. De hecho, bien podría ser hoy la última oportunidad que tengan los dos equipos para estirar el chicle de la ilusión alguna semana más. En el mejor de los casos, una victoria le valdría al Tenerife para ponerse noveno y a seis puntos del play-off.
Sin favorito claro, el Tenerife se presenta en el partido en buena dinámica. Siendo un equipo que conoce sus limitaciones, pero que las tapa con trabajo y esfuerzo. Además, tiene una cualidad clara: la paciencia. No se desespera y aguarda su oportunidad. A eso jugará también hoy el conjunto de Ramis, que acostumbra a resolver muchos partidos en la recta final.
El once inicial de los blanquiazules se presenta con numerosas incógnitas. Más allá de tener clara la presencia de Carlos Ruiz y de Aitor Sanz, que fueron expresamente reservados por el preparador tarraconense para este partido por estar apercibidos de sanción, hay numerosas dudas acerca de los acompañantes de los dos capitanes.
Junto a Carlos podría juntarse o bien Nicola Sipcic o bien Bruno Wilson. Completarían la zaga el estadounidense Shaq Moore, en el costado derecho, que volvería tras cumplir su sanción, y Álex Muñoz en la izquierda.
En la medular aparecen Javi Alonso y Ramón Folch como posibles acompañantes del siempre indispensable Aitor Sanz. Su experiencia es siempre un aval para citas tan exigentes como la de este domingo ante Las Palmas.
Pero ahí no acaban los dilemas de Ramis. Más bien empiezan. De Aitor hacia arriba solo está claro que va a jugar Fran Sol, el hombre gol de este Tenerife y un líder sobre el campo. En el costado diestro Nono y Shashoua optan a ocupar un puesto en el once inicial, aunque el inglés también tiene opciones de jugar detrás de Sol, aunque ahí tiene incluso más competencia. Apeh siempre es un valor a tener en cuenta cuando Ramis quiere jugar con dos delanteros y que Sol se aproveche del trabajo del nigeriano. Pero también entra en liza en esta pugna el guerrero uruguayo Gio Zarfino, que ya ha jugado por detrás del punta y su pelea siempre es necesaria. En la izquierda, aunque con libertad de movimientos, está Vada, quien incluso podría caer hacia el centro.
En la otra orilla, el peso de la historia pesa. El reto principal para la Las Palmas es romper con su histórica racha sin ganar en el Heliodoro, escenario en el que no consigue una victoria en un partido oficial desde diciembre de 2001. Pepe Mel era el entrenador tinerfeñista y fue la única temporada en que ambos clubes han coincidido en Primera División.
Precisamente Mel tendrá que hacer un cambio en la portería, ya que el catalán Álex Domínguez está concentrado con la selección española sub-21 y dejará su sitio a Álvaro Valles.
Además, recupera a jugadores importantes como Dani Castellano y Maikel Mesa, ausentes en los últimos partidos por lesión, y llega también con la amenaza de Rober y Clemente, más rodados tras superar la COVID-19, además de Jesé Rodríguez, ya consolidado como titular en la delantera tras alcanzar un mejor estado físico.