Como era previsible, el rastro de sangre que la Guardia Civil detectó en el interior de la embarcación de recreo utilizada por Tomás A. Gimeno, el varón de 37 años desaparecido el pasado martes en Tenerife junto a sus dos hijas pequeñas y al que se busca internacionalmente como presunto autor del secuestro de las niñas, es suya.
Así lo confirmaron ayer fuentes cercanas a la investigación que lleva a cabo la Guardia Civil para dar con el paradero de las pequeñas o, al menos, reconstruir los hechos acaecidos desde que Anna y Olivia, de uno y seis años de edad, respectivamente, fueron vistas por última vez a las 19.30 horas, aproximadamente, de dicha jornada.
En realidad, y tras saberse que esa sangre era humana y mientras se esperaba a que un laboratorio peninsular lo certificase, la creencia de que era de Tomás (como ahora se confirma) era generalizada, habida cuenta que este, preso del nerviosismo, rompió un cristal del Audi con el que se desplazó esa noche a la Marina portuaria de Santa Cruz de Tenerife, hecho que tuvo lugar justo antes de zarpar en la embarcación de recreo, a la que subió varios bultos que aparentaban contener ropa, como captó una cámara de seguridad en unas imágenes donde no se aprecia en ningún momento la presencia de las niñas.
Como es sabido, la embarcación apareció en la tarde del día siguiente frente a la costa del Puertito de Güímar vacía y a la deriva. En la misma se detectó dicho rastro de sangre, pero no el ancla de la embarcación. Flotando no lejos de allí se encontró una sillita infantil para transporte de los más pequeños en vehículos rodados que la familia ha reconocido como de su propiedad, y que se cree que era uno de los bultos que acarreaba Tomás en la Marina.
Mientras tanto, la Guardia Civil mantiene abiertas todas las hipótesis de la investigación relacionada con este caso y continúa la búsqueda por tierra, mar y aire en el entorno de Tenerife, tal y como explicó ayer el delegado del Gobierno en Canarias, Anselmo Pestana, en una rueda de prensa que ofreció acompañado del general de la Guardia Civil de la Zona de Canarias, Juan Miguel Arribas, en la Comandancia del instituto armado en Santa Cruz de Tenerife tras reunirse con los responsables del dispositivo de búsqueda cuando se cumplía una semana de la desaparición de Tomás Gimeno y sus hijas.
El delegado del Gobierno ha recordado que fue el pasado 28 de abril cuando se inició la búsqueda, justo ese mismo día, sobre las 17.40 horas, se encontró el barco de Tomás Gimeno a la altura del Puertito de Güímar, a la deriva y sin ocupantes.
“Intensa”
Añadió que a partir de ahí se ha llevado a cabo una “intensa” labor de búsqueda, en la que destacó el papel que están jugando no solo las unidades de la Guardia Civil, con el refuerzo de la Unidad Central Operativa (UCO) de Madrid, sino también los efectivos y medios de Salvamento Marítimo.
Sin entrar en detalles, el delegado del Gobierno señaló que el dispositivo de búsqueda continúa por tierra, mar y también con medios aéreos de Salvamento Marítimo, de la Guardia Civil y del Gobierno de Canarias, a través del Grupo de Emergencias y Salvamento (GES).
A este respecto, comentó que el dispositivo de búsqueda se está desplegando hacia el sur de Tenerife, siguiendo la evolución de las corrientes, e indicó que también se está realizando una “intensa” labor policial de investigación con el refuerzo de la UCO.
Anselmo Pestana quiso recordar que la jueza titular del Juzgado de Instrucción nº3 de Güímar ha decretado el secreto de sumario, al que apeló y no quiso entrar en detalles de la investigación. Asimismo, solicitó la colaboración ciudadana, ya que “es fundamental siempre a la ahora de aportar datos que puedan establecer alguna línea de investigación añadida”.
Por otro lado, Pestana tenía previsto reunirse ayer con la familia de las niñas desaparecidas, a quien quiso trasladar toda su “comprensión y apoyo”, así como la de la sociedad canaria y de todo el equipo de investigación, que “está muy volcado y comprometido”.
Igualmente, este socialista palmero subrayó ante los medios de comunicación que hay “una familia detrás a la que hay que preservar, al igual que esa esperanza de que las niñas puedan ser encontradas con vida”.
Resta recordar que, además del rastreo del litoral este de Tenerife, también se han registrado propiedades de Tomás y su familia, a tal punto que hasta en dos ocasiones se ha revisado a fondo la vivienda que posee en Igueste de Candelaria y donde se sabe que estuvieron las niñas la tarde del pasado martes entre las 17.00 horas, cuando pasaron a la custodia de Tomás, y las 19.30, cuando fueron vistas por última vez.