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Elfidio Alonso: “Estoy escribiendo a ratos un diccionario folclórico de Canarias”

Pasado, presente y futuro: "Como ahora tenemos una escuela de música, está saliendo gente" / Y un museo de instrumentos
Elfidio Alonso Quintero. / FRAN PALLERO
Elfidio Alonso Quintero, cofundador y director de Los Sabandeños. / FRAN PALLERO

Es de bien nacido ser agradecido. Elfidio Alonso Quintero lo está. Aunque posee una memoria prodigiosa, le cuesta enumerar las condecoraciones. Su padre, director del Abc republicano, transmitió al cofundador de Los Sabandeños (1965) el gen del periodismo y de la política.  

-¿Cómo ha pasado este fastidioso tiempo de pandemia? 
“Recluido en casa. Fui a unos cuantos ensayos, pero en unas condiciones muy raras”. 

Con tantas restricciones! 
“Solo podíamos estar seis. Un grupo que estaba habituado a las ochenta o noventa actuaciones al año solo tuvo seis”. 

-¿Y este año? 
“Sí, bueno… Hemos grabado la del Día de Canarias en Candelaria, un recital conjunto con Los Gofiones”. 

-¿No son muchos? 
“Ellos lo grabaron en Las Palmas y nosotros en Tenerife”.  

La magia de la tecnología! 
“Aparecemos cantando como si estuviéramos juntos. Ya lo habíamos hecho con el disco de Benny Moré y La Lupe”. 

Oh! 
“Hicimos dos canciones que ellos ya habían grabado y, en Barcelona, el extraordinario   Amargós obró el milagro”. 

-Se fusionaron… 
“Cada vez que íbamos a Cuba, las dos canciones sonaban en la sala de visitas del aeropuerto. ¡Les asombró!”. 

Los discos de Los Sabandeños. / F.P.

-¿Por cuántos discos van? 
“El grupo sobrepasó hace años los cien”. 

-De los fundadores solo queda uno, ¿no? 
“Solo quedo yo. Me sigue Juan Díaz, que se incorporó a los cinco o seis años. Entró con Manolo Mena”. 

-Varias generaciones… 
“Por lo menos, cuatro”.  

-La familia crece… 
“Mi hijo, Fidio, lleva treinta y tantos años. Américo Bacallado, Fernando Betancourt…”. 

-Los jóvenes sabandeños 
“Achamán nos ha dado diez o doce componentes”. 

-¿Perspectivas dichosas? 
“Sí. Como ahora tenemos una escuela de música, está saliendo gente. Hay futuro”. 

-Con un currículum tan extenso, ¿de qué se ha retirado? Está claro que de la música no… 
“En absoluto. Acabo de estar en Vallehermoso, se agotó enseguida. En Santa Cruz, con Pedro Guerra, también”. 

-Con el cantante güimarero, el 30 de mayo… 
“Interpretaremos canciones suyas, como Mararía, de la película Guarapo, y Cathaysa, con letra de su padre”. 

-Pedro Guerra Cabrera… 
“Presidente del Parlamento de Canarias [1983-87] y alcalde de Güímar [1979-1986]”. 

-Precisamente, tres mandatos como alcalde de La Laguna… 
“Ana Oramas [1999-2008] no completó los suyos y, a mí, Pepe Segura [1991-1993] me quitó veintidós meses [risa]”. 

-Un paréntesis… 
“Conseguí retornar a la alcaldía a través de una moción de censura”. 

-Se cambiaron las tornas… 
“Algunos que habían votado en contra lo hicieron a favor”. 

-Como ATI la primera vez y las otras dos, con la marca de Coalición Canaria… 
“Exacto”. 

-¿Cuál es el legado? 
“El Patrimonio de la Humanidad, la Vía de Ronda, el inicio de la peatonalización del casco, la Hamburguesa…”. 

-El Santiago Martín… 
“El palacio insular de deportes, que construyó Ambrosio Jiménez. No costó al Ayuntamiento ni un duro”. 

-¿Cómo son las relaciones con este equipo de gobierno? 
“Muy cordiales. Han visitado la casa museo y en julio abriremos uno de instrumentos populares. Están invitados”. 

-¿Participa en mentideros de la actualidad política? 
“La actividad política la tengo abandonada. Sigo las noticias y nada más”. 

-¿Saturado? 
“Con 85 años, no está el cuerpo para hacer política”. 

-¿De escribir qué? 
“Estoy escribiendo a ratos un diccionario folclórico de Canarias, que no existe, y un trabajo sobre la folía”. 

-¿Cuándo se publicará ese diccionario costumbrista? 
“Si no este año, el próximo”. 

-Así que una suma de aficiones, vocaciones y actitudes… 
“Las aficiones me vinieron casi sin esperarlo. Mi primer artículo me lo tuvo que pasar el padre Adán, director del coro”.  

-¿Por qué? 
“Por entonces, no sabía usar la máquina de escribir”. 

-¿Sobre qué iba? 
“Era una crónica de baloncesto, un partido de juveniles entre el Canarias, donde jugaba yo a los dieciséis, y el Náutico”. 

-A eso se le llama entrar por el aro, en el buen sentido… 
“Me encargó la crónica Domingo Rodríguez, propietario-director de Jornada Deportiva”. 

-A partir de esa oportunidad, ¡un máquina!, ¡un puntal! 
“Aprendí a escribir a máquina y después pasé a la lucha canaria, en La Tarde”. 

Lanzado en carrerilla! 
“Víctor Zurita me ofreció coordinar la sección de Deportes de La Tarde, en sustitución de Acacio Labrador”. 

-De La Tarde, a El Día… 
“Ernesto Salcedo se fijó en mis críticas de cine en La Tarde y en La Gaceta Semanal de las Artes. Las llevé a El Día”.  

-¿Qué película inauguró la colaboración cinéfila? 
“Fue Sed de mal, de Orson Welles, en el Royal Victoria”. 

-Una historia sobre el poder y la corrupción, por lo visto… 
“Firmaba con el seudónimo de Quinlan [Welles], el jefe de policía corrupto”. 

-¿Y eso? 
“Como hijo de republicano, no me gustaba que en El Día figurara la insignia de la Falange”. 

-Después, redactor jefe… 
“Salcedo se movió y retiró las flechas. En la columna Al filo de la madrugada comentaba la política internacional”. 

-Igual que en la radio… 
“En Radio Club, con Paco Padrón. Lo compaginaba, lo mismo que Salcedo”. 

-Hasta que Manuel Hermoso llamó a la puerta… 
“Jorge Bethencourt dejaba la secretaría de comunicación del Ayuntamiento para dirigir La Gaceta de Canarias”. 

-¿La abogacía? 
“Soy letrado ilustre del Colegio de Abogados de Santa Cruz de Tenerife a pesar de que nunca haya ejercido”. 

-¿Vacunado? 
“Sí, mi mujer y yo. Las dos diócesis [carcajada]”. 

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