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35 años desde que el Sur dijo ¡aquí estoy yo!

Tras el nuevo varapalo del Reino Unido y el nivel 3 de alerta, la principal zona turística de la Isla busca un relanzamiento como el de 1986, cuando le arrebató el liderazgo al Puerto de la Cruz
Turistas en el sur de Tenerife. Sergio Méndez
Turistas en el sur de Tenerife. Sergio Méndez
Turistas en el sur de Tenerife. Sergio Méndez

El sur de Tenerife, como el resto del Archipiélago, confía en que la agonía que sufre desde hace más de un año el sector turístico, y por extensión el resto de actividades económicas complementarias a causa de la pandemia, empiece a quedar atrás este verano, aunque las expectativas sufrirán un nuevo retraso, al menos hasta la segunda quincena de julio, por las ‘calabazas’ del Gobierno británico, que ha dejado fuera a Canarias de su lista de destinos turísticos recomendables. Ese ansiado relanzamiento del Sur, lastrado además por el nivel 3 de alerta epidemiológica decretado por el Gobierno de Canarias, devuelve a la memoria el gran despegue del sector en la comarca meridional allá por 1986, hace ahora 35 años.

El año en el que el mundo se horrorizaba por la explosión del reactor nuclear de Chernobil, que asistía incrédulo al accidente del Challenger y que miraba al cielo para contemplar el paso del cometa Halley, la industria de servicios, principal fuente de ingresos de la isla de Tenerife, se escoraba por primera vez hacia el Sur.

Aquellos 12 meses, pródigos en sucesos relevantes, trajeron una significativa novedad a un destino insular que abría sus puertas de par en par a la etapa dorada del turismo de masas: las líneas de las estadísticas de visitantes del Norte y del Sur se cruzaban por primera vez y hoteles y apartamentos de los municipios de Adeje y Arona registraban más llegadas que los del Puerto de la Cruz, la ciudad turística por excelencia y hasta ese momento opción mayoritaria preferida por peninsulares y extranjeros como destino vacacional.

Un total de 1.983.786 turistas aterrizaban ese año en Tenerife. De ellos, 832.887 elegían la zona norte y 962.410 la comarca sureña, según las cifras de AENA y del Cabildo publicadas en el libro El turismo en Canarias, un pormenorizado estudio firmado por un equipo de investigadores y expertos del Archipiélago.

Por primera vez, el Sur asaltaba la cabina de la gran locomotora económica de Tenerife y comenzaba a marcar el paso de su desarrollo. Desde ese momento, las distancias no han hecho otra cosa que agrandarse. Tras protagonizar un crecimiento de vértigo y contar con una de las mejores plantas hoteleras de Europa, el Sur acapara hoy más de la cuarta parte de las plazas turísticas de Canarias y hasta antes de la pandemia recibía más de cinco millones de visitantes extranjeros y nacionales al año, mientras que el Norte registraba cifras que rondan el millón de turistas hasta que irrumpió la COVID. Un estancamiento que se achaca a una tardía renovación de su planta hotelera y extrahotelera y a una oferta de ocio insuficiente frente a la competencia y al perfil de un cliente cada vez más exigente que demanda nuevos atractivos y el máximo confort posible.

Apuesta de calidad

Costa Adeje, con la mayor densidad de hoteles de lujo de Europa,  simboliza el ejemplo más evidente de la apuesta por un modelo basado en edificaciones de calidad, de no excesiva altura, salvo excepciones, y con grandes espacios interiores.

La construcción, en 1992, del hotel Bahía del Duque, una arriesgada apuesta por la excelencia basada en los resort del Caribe, donde el cliente disfruta de todo tipo de comodidades y de amplios y confortables espacios comunes, supuso el inicio de un nuevo ciclo para las infraestructuras hoteleras en la comarca que, dado su éxito, acabaría por extenderse a otras zonas del Archipiélago.

Pero las bases del despegue turístico del Sur comenzaron a sentarse mucho antes con la construcción de la autopista, el gran proyecto de un político de la comarca durante su etapa al frente del Cabildo de Tenerife, José Miguel Galván Bello, y del aeropuerto Reina Sofía, que permitió la llegada de los vuelos charter cargados de turistas europeos. Pero, sobre todo, gracias a la arriesgada apuesta de los promotores catalanes Rafael Puig y su hijo Santiago, que a mediados de los años 60 dieron el paso de invertir en un erial para hacer realidad su sueño: levantar sobre aquel paisaje de tierra, piedras y tabaibas uno de los emporios turísticos más visitados del planeta, Playa de Las Américas.

El clima, factor determinante

Varios expertos consultados por este periódico sostienen que el clima ha jugado un papel decisivo en favor de la transformación del Sur. Recuerdan cómo hasta principios de los años 80, el cliente que llegaba al Puerto de la Cruz lo hacía atraído por sus buenas condiciones meteorológicas, marcadas por la suavidad y estabilidad. Hasta que el Sur empezó a ofrecer sol, playas, modernas instalaciones, grandes espacios públicos y actividades orientadas al ocio. Esta circunstancia, unida a la inmovilidad empresarial portuense para renovar la planta alojativa y la falta de espacio de la ciudad para desarrollar nuevos proyectos hoteleros, acabaron por escorar el turismo hacia el Sur.

Ayuntamientos como el de Arona y, sobre todo, Adeje, mostraron su capacidad visionaria y adecuaron sus planeamientos al nuevo fenómeno y permitieron a los empresarios desarrollar proyectos que supusieron un notable salto en el desarrollo del número de plazas, sin olvidar la contribución de los apartamentos, un fenómeno en auge en los años 70 y 80, al despegue de zonas turísticas como Ten-Bel, Playa de Las Américas y Los Cristianos.

El motor turístico del Sur, ahora al ralentí por la pandemia, confía en volver pronto a rugir y poder desarrollar toda su cilindrada para acelerar hasta la meta de los más de cinco millones de visitantes en un año.
A la espera de que regresen los aviones cargados de turistas, el mercado empieza poco a poco a moverse. El sector hotelero cruza los dedos con la mirada y las esperanzas puestas en el mes de octubre, inicio de la temporada alta, mientras tantea el mercado incorporando gradualmente nuevas plazas a la oferta de este verano.

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