
La pintura y la música, la música y la pintura, confluyen de tal modo en la trayectoria artística de Chago Melián que llegan a ser indisociables. Tanto es así, que el artista de Punta del Hidalgo denomina a su gira de conciertos Cuando canto pinto y cuando pinto canto. Pero también la música y la pintura son dos de las herramientas con las que construye otro vínculo: el de Canarias con Hawái, un archipiélago situado a más de 13.000 kilómetros del nuestro, en el Pacífico, que él, sin embargo, siente muy cercano. Su esposa es de allí y su hija Yurena Namahana es experta en hula, la danza ancestral hawaiana.

De todas estas relaciones, artísticas, pero también emocionales, versa la exposición de pintura que el cantante tinerfeño inaugura este domingo, a partir de las 12.00 horas, en el Castillo de San Felipe del Puerto de la Cruz, municipio en el que además, y dentro de las Fiestas de Julio de la ciudad turística, ofrecerá el día 17 (20.30 horas) un concierto en el Complejo Turístico Costa Martiánez.
“Cuando voy al Puerto de la Cruz es como si estuviera en mi casa”, confiesa Chago Melián en una charla con este periódico. Precisamente, la jornada más multitudinaria de los festejos portuenses es el día de la embarcación de la Virgen del Carmen. Y a esa celebración él siempre ha acudido para cantarle a la patrona de los pescadores. Algo que ha quedado interrumpido momentáneamente desde la llegada de la pandemia. “Llevo media vida cantándole a la Virgen, en el Puerto de la Cruz; en mi pueblo, La Punta; en el Pris, a la Virgen de Candelaria…”, apostilla Chago Melián.

Quienes acudan a la exposición, que se podrá visitar en el Castillo de San Felipe hasta el 30 de julio (de martes a sábado, de 10.00 a 13.00 y de 16.00 a 19.00 horas), verán que en esta muestra pictórica figura un cuadro de la embarcación portuense de la Virgen, además de muchas otras escenas, paisajes y emociones llevadas al lienzo con Canarias y Hawái como fuente de inspiración. “Cada día entro a las nueve de la mañana a mi estudio y no salgo de allí hasta las tres y media o las cuatro de la tarde para almorzar”, explica Chago Melián. “Y luego regreso y sigo trabajando hasta que la luz natural desaparece”. “Mi estilo es hiperrealista y, por lo tanto, muy meticuloso. A lo mejor, para conseguir la degradación de tonos de un cielo, pones una capa de color y has de esperar a que se seque dos o tres días hasta añadir la siguiente”.

Un ejemplo de esa manera tan laboriosa de entender la pintura es un cuadro en el que el artista sueña con Moanalua: “Es un parque en Hawái en el que da la impresión de que Dios está en cada rincón; kilómetros de una naturaleza apretada, donde ves orquídeas, riachuelos, árboles de una altura increíble, piedras con grabados aborígenes… Realizar esa obra, en la que aparece mi hija lavándose las manos en un riachuelo y con una aureola, me llevó ocho meses de trabajo”.

Cuando afronta un paisaje, el ejercicio de hiperrealismo se vuelve incluso más exhaustivo. “Siempre hay un estudio previo”, comenta. “Si pinto el Teide, he de ser fiel a lo que veo, reflejar de dónde viene la luz, si es cenital, frontal, si llega por la izquierda o por la derecha… Ahora mismo estoy trabajando con un cuadro de los acantilados de Los Gigantes y confío en tenerlo acabado para la exposición”.
En la apertura de la muestra pictórica de este domingo, Chago Melián y su hija Yurena Namahana harán una presentación donde Canarias, Hawái, la pintura y la música de los dos archipiélagos estarán muy presentes. “Yurena ofrecerá unos cánticos de agradecimiento y yo cantaré unas folías sinfónicas que figuran en mi disco más reciente”, detalla el pintor y cantante canario. “Interpretaremos juntos Ka Nani Mae ‘Ole, donde ella bailará el hula, y haremos una semblanza sobre la música de aquí y de allá”, agrega.