puerto de la cruz

‘La Cochera’, un museo de joyas clásicas del automovilismo en el Puerto de la Cruz

Orestes Morales y otros tres fanáticos del motor tienen más de 30 vehículos deportivos de los años 60 a los 80 en su gran garaje
El Cobra, una de las joyas que te encuentras en La Cochera / NORCHI

“Todos tienen la ITV y el seguro, solo falta coger las llaves y arrancarlos y, lo que es más importante, todos están pagados”, afirma Orestes Morales, orgulloso del pequeño museo que denomina La Cochera, cerca del Jardín Botánico en el Puerto de la Cruz. Solo en algún rally de clásicos o históricos se puede ver tanta joya automovilística junta en la isla de Tenerife. Una treintena de coches e incluso alguna moto Harvey Davidson, se guardan con esmero en un bajo de 1.000 m2 convertido en garaje.

“Ahora mismo, tenemos 32 o 33 coches, pero todavía puede que quepa alguno más”, señala Orestes Morales, mientras nos muestra la gran colección de vehículos de los años sesenta hasta los 80 que alberga La Cochera, “una idea que tuve junto a Rubens Díaz, Juan Suárez y Francis Hernández, para que las mujeres no nos dieran tanto la lata y pudiéramos tener independencia con los coches”, aunque el propio Orestes reconoce que “también tengo algunas reliquias en casa”, en donde lleva unos meses restaurando un TR4. Y es que este portuense de adopción decidió dedicarse de lleno a la pasión de su vida, los coches, cuando se jubiló hace unos años de un importante puesto directivo de CajaCanarias. “Compramos el local entre los cuatros para guardar nuestros coches, pero también para que los pueda disfrutar todo aquel que quiera venir a verlos”, porque La Cochera dispone también de un sala de visita, plagada de trofeos y de recuerdos, y hasta una amplia mecánica con la exposición de un auténtico motor de combustión. “Sin embargo -comenta Orestes Morales-, aquí solo depositamos los coches, porque la restauración de los mismos se hace en otros lugares”, comenta.

Un Triumph TR3A, bien a resguardo de la humedad en una cámara especial / NORCHI

No se queda con ningún modelo en especial, aunque se le van los ojos al carísimo Jaguar e-type, al elegantes Triumph TR3A (1960) o al potente Cobra, por citar dos ejemplos. Orestes es un apasionado de los coches ingleses, con modelos de los 60, pero también de los 80, y se muestra preocupado porque “el brexit puede hacernos mucho daño, por aquello de conseguir las piezas originales”, mientras que “Rubens tira por los italianos, Juan por los alemanes y Francis tiene de todo un poco”.

Sería injusto señalar este o aquel coche. Uno se pierde entre tanta belleza de alerones, de salpicaderos, de llantas, de motores, de frontales, un auténtico paseo por buena parte de la historia del último medio siglo del automovilismo europeo. Y, sobre todo, la perfecta disposición de los mismos y el esmero y cuidado que Orestes Morales le dedica a todos los vehículos, los suyos y los de sus amigos. Incluso dispone de cámaras preparadas para evitar la humedad e impedir la oxidación. “Hasta mi mujer, dice, no quiere que saque una cámara de estas de casa porque allí pone los trajes para que no se humedezcan”, relata.

Un Morgan del 84 en perfecto estado de revisión / NORCHI

Orestes, Juan, Francis y Rubens son asiduos de los encuentros y rallies de clásicos, como se demuestra con los trofeos que se observan en La Cochera, pero lo más habitual es que cada fin de semana salgan a recorrer las carreteras de la Isla. “Hace unas semanas salimos 10 coches por la Carretera Vieja y casi dimos la vuelta a la Isla”, comentó Orestes Morales, que ha superado una grave enfermedad, se muestra una persona llena de vida, insaciable en la lucha, como en sus años de director de CajaCanarias, siempre dispuesto a colaborar, a ayudar y a sumar ante las adversidades. No es extraño, por tanto, que esa capacidad suya le haya servido para derrotar al cáncer y poder disfrutar de su pasión por el motor, que no duda en traspasar a todos sus amigos e incluso a sus nietos, para quien tiene también réplicas de fórmula uno en tan singular garaje. Como lo hace cada vez que abre La Cochera, el auténtico museo automovilístico de Tenerife.

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