gastronomía

El pescado ‘más sano’ vale 1 euro: tiene más calcio que el yogur y protege el corazón

Las sardinas en lata cuentan con unos valores nutricionales muy diferentes de los que presentan las frescas e, incluso, algunas son más saludables
Pescados conservados en hielo en el punto de venta. iStock (E.E)

No es necesario gastar mucho dinero para comer saludable. Los supermercados de España están repletos de alimentos que promocionan la buena salud y que, además, cuestan menos de un euro. Las conservas y los congelados han arrastrado mala fama durante algunos años y, aunque realmente algunos son alimentos ultraprocesados, en estas secciones pueden encontrarse alimentos saludables, baratos y listos para consumir.

Las latas de sardina, por ejemplo, son productos que cumplen estas condiciones. De todas formas, muchos de nosotros tendemos a pensar que este pescado ocupa un estamento inferior al pescado fresco e, incluso, algunos congelados. Aunque varía en función de la marca comercial, se pueden encontrar sardinas por menos de un euro o, en el caso de las más caras, alrededor de los dos euros. Es decir, son muy baratas.

Esta puede ser una de las razones por las que este producto puede ser considerado como de segunda. Además, tal y como explica este artículo de EL ESPAÑOL, las sardinas fueron otras de las grandes señaladas a partir de los años 70 del siglo pasado por ser demasiado grasas. Si bien en aquella época las grasas eran consideradas como un nutriente a evitar, hoy en día se sabe que algunas —como las de los pescados— son muy saludables.

Transformación en lata

Precisamente, el perfil de grasas de las sardinas es uno de los principales intereses de las sardinas en lata. Las sardinas que no se venden en conserva contienen un 7,5% de grasas y destaca por aquellas que son poliinsaturadas. De hecho, la Fundación Española de la Nutrición (FEN) explica que una ración de sardinas aporta el 100% de la cantidad diaria recomendada de ácidos grasos omega-3. Eso sí, las sardinas en lata tienen un perfil diferente.

Lo habitual es encontrar sardinas en lata sumergidas en aceite o en salsa de tomate. Por eso, es importante que el líquido que acompaña a las sardinas sea lo más saludable posible. En este sentido, las mejores son las que vienen en aceite de oliva, ya que su estructura resiste estable a las altas temperaturas y contiene una buena proporción de antioxidantes. Además, también tiene un buen aporte de grasas saludables. 

Tras mezclarse con el aceite de oliva, estas sardinas en lata prácticamente duplican su contenido de grasas: pasan a tener un 15%. Con esta unión, el contenido de ácidos grasos insaturados —es decir, aquellos que se consideran cardiosaludables— aumenta y la proporción de ácidos grasos saturados disminuye. Otro aspecto que cambia en las sardinas en lata es su valor nutritivo: mientras que este pescado tiene unas 140 kilocalorías por cada 100 gramos, las que llevan aceite tiene 224 kilocalorías, según la FEN.

((PUEDE LEER LA INFORMACIÓN AL COMPLETO EN LA WEB DE EL ESPAÑOL))

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