la palma

La destrucción de empleo amenaza al sector primario de la Isla Bonita

Más de 200 personas supieron ayer que la cooperativa no puede resistir sin acudir a los ERTE; los pescadores, en Tazacorte, siguen sin faenar desde hace cuatro semanas

El volcán y la ceniza dejan su rastro más allá de la colada de dos kilómetros de ancho, de sus diez brazos extendidos sobre más de 900 hectáreas y de unas 2.100 edificaciones. Llega hasta el futuro incierto de los 200 hombres y mujeres de Europlátano, una mano de obra para el empaquetado y la manofactura del producto del que han vivido hasta cuatro generaciones. Ayer fueron reunidos por el gerente, que les comunicó que habían resistido todo lo posible, pero que ya, definitivamente, un 70% entrarán en ERTE, una situación que temían desde hacía semanas, porque “el plátano que se recoge y se procesa aquí viene de esta zona de la costa de la Isla y ya sabemos lo que está pasando. El volcán no para y sabíamos que no se podía resistir mucho más”. Meme se irá al ERTE, pero es de las optimistas. Está segura de que más pronto que tarde volverá a las instalaciones donde se gana la vida desde hace una década. Su padre trabajó en las bases de los plátanos y otros miembros de su familia, en los empaquetados de Tazacorte. Ella, sus compañeras, hombres de mediana edad y algunos a punto de jubilarse, otros en torno a la veintena, personal en administración y en mantenimiento son los que allí faenan. Nadie sabe aún “a quién le tocará”, pero, “sino queda más remedio y nada puede hacerse , de qué nos vamos a quejar. Por lo menos tenemos el ERTE”.

Es un trabajo duro, en el que se llenan una detrás de otra cajas y cajas de plátanos después de preparar la fruta, que ahora se lava con el mayor de los mimos para evitar que se arañe y no sea rechazada en grandes mercados. “Hace más de cinco semanas desde que empezó la erupción del volcán y el equipo de Europlátano ha trabajado incansablemente para mitigar en la medida de lo posible sus consecuencias” y, pese a todo, no lo han logrado. Llevan semanas reorganizando el trabajo, reduciendo turnos y procesando fruta de otras organizaciones que lo necesitaban, pero, “llegado este momento, hemos tenido que acogernos a los expedientes de regulación temporal de empleo extraordinarios, para poder salvaguardar la salud de la empresa que actualmente da trabajo a más de 350 personas y que cuenta con más de 750 socios agricultores”.

Europlátano se ha venido a sumar a la decisión que ya tomó, desde el 20 de septiembre y ante la amenaza de la llegada del volcán a su empaquetado en Todoque, la cooperativa Covalle, que se acogió a los ERTE y que calcula que todo puede ir a peor en la evaluación de daños, porque “hay platanera sin regar y otras, bajo los invernaderos, aplastadas por lo que pueden ser toneladas de ceniza”.

Por su parte, la flota de barcos de pesca en el puerto bagañete está parada. Razziel, que no sale a faenar desde hace semanas y que tiene la firme voluntad de quedarse en la Isla junto a su mujer para criar a sus tres hijos de 4,5 y 8 años, visitaba ayer la Oficina de Atención a los Afectados porque no aparece entre los patrones que cobrarán 100 euros diarios durante tres meses, 50 para los pescadores no propietarios, con los que se cubrirán parte de las pérdidas gracias a 500.000 euros del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación. Razziel, que vive desde hace 12 años en La Palma y que llegó desde Cuba, explica que “he pasado por grandes huracanes, pero eso pasa. El volcán se queda y sus consecuencias, también. Quiero quedarme y demostrarme que puedo rebasar los obstáculos”. Una semana antes de que el volcán entrara en erupción, ya sabía que pasaba algo: “Una semana antes desapareció el pescado. En cuanto erupcionó, supe que nada iba a volver a ser igual en la Isla”.

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