Portobello Capital ha decidido dar un paso más en su camino como gestora de referencia también fuera de España y en 2022 abrirá su primera oficina en el exterior, concretamente en Milán, según aseguran los directivos de la entidad.
De esta manera, el fondo de private equity gana terreno en el extranjero y abrirá una nueva base en las principal ciudad financiera de Italia durante los primeros meses del año que viene.
Este es uno de los objetivos de Íñigo Sánchez-Asiaín, socio fundador de la firma junto con Juan Luis Ramírez, Luis Peñarrocha, y Ramón Cerdeiras.
A esta oficina en Milan se incorporará un equipo de la entidad cuyo objetivo será ir ganando protagonismo en la zona para conocer de primera mano el mercado italiano.
De esta manera, Portobello crece cada vez más fuera de nuestras fronteras tras la entrada, a finales de 2020, en el accionariado del fabricante italiano de productos higiénicos Poligof a través del Fondo IV. Posteriormente, el pasado mes julio controló a través del mismo fondo el cien por cien del capital de Farmol, productor italiano de aerosoles.
Además de estas dos empresas italianas, Portobello ha invertido en los últimos meses en el fabricante de plástico Caiba, en el despacho de abogados Legálitas y en la cadena Condis Supermercats. Y es posible que se produzca la adquisición de Ferrovial Servicios, según fuentes conocedoras de la operación.
Con estas nuevas incorporaciones, Portobello ya cuenta con 22 empresas participadas en su cartera. Los activos que gestiona el equipo de Sánchez-Asiaín alcanzan los 1.800 millones de euros, aproximadamente.
Además de estas incursiones en el mercado italiano, Portobello está pendiente de nuevas operaciones en otros países europeos, como Portugal, con el objetivo de crecer en el mercado internacional tal y como se incluye en su plan estratégico. Una tendencia de expansión en el extranjero habitual en otras entidades de capital riesgo.
Portobello cuenta con dos fondos: el Fondo IV, tras captar 600 millones de euros en 2017, que le permiten tener un gran potencial como private equity español, y el fondo Structured Partnerships, de 250 millones de euros, que busca alcanzar participaciones minoritarias en otras compañías, especialmente, españolas. La entidad muestra así su actividad y fortaleza compradora en esta nueva etapa de recuperación económica.