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Discriminan a un tinerfeño que se presentó para entrar en la Marina

Carlos Hernández: “La diabetes no es una incapacidad ni una enfermedad que me inhabilite para navegar ni para ser capitán de la marina mercante”
Carlos David Hernández. S.M.
Carlos David Hernández. S.M.

Carlos David Hernández sufrió una discriminación por ser diabético en el proceso selectivo para entrar en la Marina. El joven tinerfeño superó de forma notable la primera fase de las pruebas selectivas para acceso a militar de marinería, pero en el reconocimiento médico, los facultativos le dijeron que no era apto.


Con un Grado en Náutica y Transporte Marítimo por la Universidad de La Laguna, Carlos vio la oportunidad de trabajar en la Marina cuando un acuerdo del Consejo de Ministros del 30 de noviembre de 2018, y que entró en vigor del 19 de febrero de 2019, permitió que las personas con diabetes, y otras enfermedades indicadas en el texto, pudieran ser policías o entrar en el Ejército.


Se preparó las pruebas selectivas y superó la primera fase con la undécima mejor nota, para 20 vacantes ofertadas, en un procedimiento en el que se presentaron más de 1.700 personas. Sin embargo, en la segunda, en las pruebas de aptitud física y el reconocimiento médico los facultativos de Defensa en Santa Cruz de Tenerife le comunicaron que por su diabetes tipo 1 no podría ser apto. El tinerfeño presentó un informe de su endocrinólogo del Hospital de La Candelaria en el que se reflejaba que siempre había tenido un control excelente de su diabetes y la Orden que modificaba los cuadros de exclusión. Tras dos nuevos reconocimientos en el Macan de Gran Canaria, y el Hospital de la Defensa Gómez Ulla de Madrid, volvió a ser rechazado. El proceso continuó su curso y quedó injustamente fuera de una plaza que había logrado en una decisión “totalmente discriminatoria”.


Carlos David Hernández insiste en que la diabetes “no es una incapacidad ni una enfermedad que me inhabilite para navegar ni para ser capitán de la marina mercante, ser el máximo responsable de un buque. He navegado en las prácticas sin ningún tipo de problema”. “El ámbito militar todavía no se ha adaptado a los cambios, mientras que en la mercante con rutas más largas, no ponen pegas a las personas diabéticas”.


Un médico le rechazó argumentando que “no se la podía jugar”. “Es frustrante y me da mucha rabia. Me han hecho perder varios meses de mi vida estudiando y preparándome las pruebas. Me tratan como si tuviera una minusvalía o incapacidad”, denunció.


Aunque ya sabe que no servirá para cambiar la decisión, seguirá adelante para intentar sentar un “precedente jurídico para otros que puedan llegar más adelante”. “No pueden argumentar que la profesión militar es muy dura físicamente cuando hay cientos de bomberos que tienen diabetes 1. La diabetes no es una incapacidad y excluirnos vulnera la Constitución”, finalizó Carlos David Hernández.

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