La concentración de partículas en suspensión provocadas por la actividad del volcán, supera notablemente los límites de la calidad del aire, con mediciones que han llegado a los 499 y 368 microgramos por metro cúbico, muy alejados del índice de 50 microgramos considerado como aceptable. El aumento del dióxido de carbono es el último problema añadido para la población del Valle de Aridane, especialmente en Los Llanos, donde se recomienda evitar el tránsito y, en tal caso, el uso de mascarillas con la máxima protección para evitar problemas respiratorios. La actividad del volcán, aún cuando los parámetros de evaluación del Comité Científico se mantienen estables, ha sido este domingo abrumadora para la población, con una actividad explosiva importante y con un penacho de humo y cenizas que ha alcanzado una altura de 600 metros. Por si esto no fuera suficiente, en el balance de la jornada por parte del Comité Científico y del Plan de Emergencias Volcánicas de Canarias, se señalaba la actividad continua de la que se da en llamar colada número tres, un río de lava que avanza con fluidez sobre una colada anterior y que continúa destruyendo a su paso propiedades privadas, casas y fincas, en dirección Las Hoyas.
El director técnico del Pevolca, Miguel Ángel Morcuende, explicó en su comparecencia de ayer, que “es esta colada la que está generando mayores problemas”, traducidos en una posible incomunicación viaria con Puerto Naos. Si bien hasta ahora el tráfico se mantiene, con una circulación bajo estrictas medidas de seguridad y vigilancia, con acceso permitido solo a los operadores y trabajadores de las plantas desaladoras, y a personal de limpieza de tejados, desde el Pevolca ya se ha comunicado la necesidad de pensar en una vía alternativa ante la amenaza cierta de que la colada tres continúe abriéndose hacia el sur. De ser así, sepultaría parte de esa vía de acceso. Morcuende advierte sobre los cambios que pueden producirse, todo ello en función de una modificación de la morfología del cono volcánico, con aportes adicionales de lava sobre las colada ya existentes, o con la aparición de nuevos canales de tránsito. El resto de coladas no tienen movimiento, pero los aportes de lava desde las bocas activas continúan, por lo que sigue su crecimiento en altura. Otra colada, la numerada como 9, se mantiene también activa, mientras se siguen sumando construcciones afectadas, que ya han alcanzado, según los datos del sistema de vigilancia europeo Copernicus, 2.708, cifra a la que se suman otras 146 en las zonas de riesgo por la llegada de la lava. También crece el número de superficie afectada, que suma 963,63 hectáreas, con una anchura entre coladas que alcanza los tres kilómetros. En los daños provocados por el volcán, figuran casi 300 hectáreas de tierra cultivada, la mitad de ella explotaciones plataneras, mientras que 58,8 son de viñedo y 23 de aguacates.
Descenso del SO2 por quinto día consecutivo
Aunque por quinto día consecutivo han descendido los niveles de dióxido de azufre (SO2), “continúan siendo muy altos”, según detalló María José Blanco, portavoz del Comité Científico al frente de la emergencia, que sitúa esos niveles en más de 7.000 toneladas diarias. Así las cosas, ni siquiera este dato, el señalado como clave para determinar un descenso de la actividad volcánica, supone una esperanza en los índices actuales. El aspecto físico del penacho, más negro y denso y con una potente emisión de ceniza, es atribuible según los expertos al frente de la emergencia, a una desgasificación del volcán, que no está relacionada con la finalización de la erupción a medio plazo.
“Es esperable un comportamiento mantenido y estable de todos los parámetros”, dice la directora del Instituto Geológico Nacional en Canarias, que al mismo tiempo recuerda el riesgo de terremotos de intensidad 6, algo que debe llevar a la población a mantenerse informada acerca de las medidas de autoprotección. Solo un descenso en los valores en las mediciones de SO2, podrían aportar un escenario más optimista sobre el fin del volcán. De momento, no hay ningún indicador que haga pensar en la conclusión de la crisis volcánica en La Palma. Morcuende ha insistido en su última comparecencia, en la necesidad de que se mantengan las medidas de precaución y se respeten los límites en la zona de exclusión para evitar imprudencias que puedan generar daños personales.