erupción en la palma

La salud mental se resiente entre los afectados por el volcán

Aunque no hay riesgo de una epidemia psicológica, sí hay preocupación. Mutismos selectivos y miedos a la erupción aumentan entre la población infantil desplazada
La salud mental se resiente entre los afectados por el volcán
La salud mental se resiente entre los afectados por el volcán

Las universidades de Oviedo y de La Laguna estudian el impacto de la crisis volcánica entre la población de La Palma, especialmente entre los más de 7.000 afectados directamente por una erupción que avanza hacia la semana 12, y sobre los que pesa la losa de la incertidumbre y la falta de expectativas. Este frente en el que la llegada de las ayudas constituiría una de las certezas más necesarias, y que siguen haciéndose esperar, según manifiestan los propios afectados, originan mayor desesperación ante un nuevo futuro que se les desdibuja.

En este escenario, y conscientes de los riesgos potenciales de un incremento de los procesos de depresión o el aumento de las adicciones, se han celebrado en Los Llanos las jornadas Salud Mental y Emergencia Volcánica. Se trata de analizar la respuesta a una población entre la que se han perdido empleos, proyectos de vida y que han cumplido dos meses en soluciones habitacionales precarias, con un mayor número de convivientes y con problemas de coexistencia.

La ideación suicida, con pensamientos recurrentes sobre el alivio de no estar, aparece en muchos de los más de 1.000 afectados atendidos por el servicio de psicología puesto en marcha en la Oficina de Atención a los Afectados. Estas ideas son propias de situaciones de estrés prolongado, pero no suponen un riesgo en sí mismo. Es lo que opina el jefe del Servicio de Psiquiatría del Hospital General de La Palma, Félix González, participante en las jornadas, quien explicó que, “aunque estamos muy pendientes y es un asunto que nos preocupa, no hay motivos para pensar que el suicidio como tal vaya a ser una epidemia en esta crisis volcánica”. Esta visión se completa con la aseveración de que, aunque “el volcán ha provocado un aumento en las dosis de tratamientos de pacientes que tomaban algún fármaco”, los síntomas de estrés postraumático no se están dando, por lo que “creo que esta será una crisis económica y social, pero no que vaya a tener una repercusión grave en salud mental”.

En cambio, la psicóloga de Emergencias Estefanía Martín, que también participó en estas jornadas organizadas por el Cabildo de La Palma, Radio Ecca, la Fundación la Caixa y la Asociación de Salud Mental de la Isla, se refirió a la población infantil como a uno de los estratos poblacionales que más problemas está evidenciando. Casos de mutismo selectivo, en los que los niños solo se comunican con padres o madres a oscuras, miedos irracionales al volcán, la negación, la falta de atención, comportamientos disruptivos y egoístas, así como la culpabilización de su progenitores por la pérdida de la casa y de su entorno, acompañados por la presión de las familias desalojadas y desplazadas para siempre de sus hogares, hacen pensar en la necesidad de una atención psicológica para la población, que, si bien ahora existe en el marco de la emergencia, no tiene garantías de continuar. Psicólogos infantiles y una plantilla más amplia de psicólogos en el sistema público de salud palmero fueron algunas de las peticiones hechas en el marco de estas jornadas, a las que acudió el director del Área de Salud de La Palma, Kilian Sánchez; el presidente del Cabildo, Mariano Hernández Zapata, y algunos alcaldes.

En ese contexto, se evidenciaron aspectos de la salud mental de la población afectada, como la hiperdependencia y la angustia, síntomas comunes en una situación tan anómala. “Nadie nos prepara en la carrera para atender a personas que han perdido su casa bajo la colada de un volcán”, explicó González. Será necesario el trabajo de los psicólogos con los afectados a la hora de dar herramientas para la aceptación, la verbalización del dolor, el recuerdo y el reconocimiento de la pérdida, imprescindibles para avanzar y evitar procesos de depresión que pudieran cronificarse en el tiempo.

Félix González advierte sobre los riesgos de medicar para aliviar un dolor que se corresponde con estadios de tristeza que son normales en la situación actual de crisis. Si esa medicación no es revisada tras pautarla de forma puntual, se corre el riesgo de la habituación a los fármacos para evitar procesos de insomnio o la preocupación y la pena.

Las jornadas Salud Mental en la Emergencia Volcánica contaron con dos testimonios de enorme valor, los de Nieves Rodríguez y Amelia Nazco, trabajadoras de los municipios más directamente afectados por el volcán, El Paso y Los Llanos de Aridane. Su proximidad al dolor de la pérdida, a los miedos acumulados ante un futuro incierto y la gestión de la ansiedad de los afectados, se ha convertido en algo habitual en su quehacer diario.

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