La Viceconsejería de Cultura del Gobierno de Canarias ha abierto al público dos exposiciones en la capital tinerfeña: Prohibido pasar, en el Espacio Cultural El Tanque, firmada por el colectivo de arquitectos Casa Antillón, y Nada de esto es mío y sin embargo me pertenece, en la Sala de Arte Contemporáneo (SAC), de Cris Noda.
Casa Antillón, un colectivo de arquitectura y arte surgido en Madrid en 2019, formado por Marta Ochoa, Ismael Santos, Emmanuel Álvarez y Yosi Negrín, muestra en el Espacio Cultural El Tanque hasta el 30 de abril una reflexión sobre la ruina, el miedo y el aislamiento a través de la recreación del paisaje olvidado de la antigua leprosería de Abades. La exposición se puede visitar de martes a viernes, de 17.00 a 20.00 horas, y los sábados, de 11.00 a 14.00 horas.
Desde el colectivo explican que Prohibido pasar es un “fragmento roto de paisaje”. “Un lugar construido y olvidado que nos provoca con su forma y su significado la antigua leprosería de Abades en Tenerife. Allí, al lado de Playa Grande, se levanta esta ruina que revela la historia de lo que fue y lo que pudo haber sido”, apuntan. La exposición toma la lepra como punto de partida para hablar del miedo y sus delirios: “Del miedo al paso del tiempo, del miedo al futuro como construcción imaginada, del miedo al pasado que no conocimos y del miedo al presente que vivimos con la única certeza de nuestra soledad”.
NARRATIVA
Doctora en Educación Social y fotógrafa por necesidad, Cris Noda trabaja la imagen desde la óptica que le interesa, más cercana a la filosofía y la narrativa que a la técnica. Su propuesta para la SAC, que se podrá visitar hasta el 25 de marzo [de lunes a viernes, de 11.00 a 14.00 horas, y también de 17.00 a 20 horas los lunes y jueves] es una muestra instalativa con elementos resignificados desde una práctica artística “basada en el acto de resistencia de la no producción”. En una especie de curatoría objetual de la materia que le rodea, Noda revela elementos pertenecientes a la belleza cotidiana, planteando nuevas posibilidades de ser, para la obra y para el espacio que ocupa.
RESIGNIFICACIÓN
Noda trabaja elementos resignificados, desde una práctica artística basada en el inmovilismo de resistencia, en la no producción y en su relación frente a distintos posiciones del yo. “Guardo la materia que me rodea después de un proceso de observación, la convierto en archivos en los que aporto un nuevo significado a los objetos. Realizo la preservación arqueológica del presente”, indica. “En mis procesos artísticos relaciono datos científicos con la historia, con la literatura, con la poesía, con las vidas ajenas y con la mía. Hay muchas capas y lecturas”.