cultura

Publican un texto inédito de 1687 sobre la conquista de Canarias

LeCanarien Ediciones ofrece por primera vez el manuscrito del médico e historiador Tomás Marín de Cubas, en una edición crítica a cargo del investigador Antonio M. López
El volumen ha sido publicado por LeCanarien Ediciones. / Ahora.Plus

Por Ana Santana

El relato más vívido sobre la muerte en combate del guerrero Doramas y la explicación más terrenal sobre las apariciones de las vírgenes de Candelaria y del Pino integran la conquista de Canarias que escribió el teldense Tomás Marín de Cubas (1643-1704). Ahora se publica por primera vez el manuscrito que dejó inédito en 1687.

“De la primera generación de historiadores de Canarias, Marín de Cubas es seguramente quien más simpatías despierta entre quienes investigan la cultura y costumbres de los antiguos canarios, pues raro es encontrar un estudio etnográfico que no lo cite, pero también tiene fama de autor maldito”, afirma a EFE el investigador Antonio M. López, que, en colaboración con LeCanarien Ediciones, ha recuperado el texto primigenio y anterior de la conquista, que permanecía inédito.

EDICIÓN ÍNTEGRA

Y es que Tomás Marín de Cubas es el único miembro de esa “primera e ilustre generación” que no contaba hasta ahora con una edición íntegra de alguno de sus textos, a pesar de haberse intentado en seis ocasiones durante los últimos 150 años. “Los dos primeros proyectos para imprimir Historia de las siete Yslas de Canaria, su obra cumbre de 1694, acabaron en fracaso a mediados del siglo XIX, y las cuatro últimas ediciones, que sí lograron salir de imprenta en el XX, no son íntegras. A día de hoy, la publicación completa de ese trabajo sigue pendiente”, detalla Antonio M. López.

“Lo que ahora publicamos es un borrador de 1687 de esa obra final, que Marín de Cubas tituló Conquista de las siete Yslas de Canaria. Pero el hecho de ser una primera versión no lo hace menos interesante. Son tan significativas las diferencias entre ambas versiones que podemos verlas como obras que se complementan y enriquecen entre sí”, prosigue.

De hecho, los investigadores han acudido frecuentemente a este borrador durante los últimos 40 años, “pero siempre en la forma de una copia hecha en 1936 por Pedro Hernández Benítez, párroco de San Juan Bautista de Telde, que presenta errores y omisiones, a pesar de que existe otra copia más precisa elaborada ese mismo año por el doctor Miguel Santiago Rodríguez, uno de nuestros historiadores más minuciosos”, explica Antonio M. López.

HISTORIA ANTIGUA DEL ARCHIPIÉLAGO

Además, esta obra primigenia posee un importante valor añadido, ya que de la versión final no se conserva más que una copia hecha en el siglo XVIII, “que no sabemos cuánto de fiel es al desaparecido original”. El borrador sí que está redactado por la mano “del mismísimo Marín de Cubas, y aunque se extravió en misteriosas circunstancias con otros de sus escritos, al menos tenemos de él un juego completo de fotografías, que es el que hemos usado para esta edición”, puntualiza el investigador, impulsor del Proyecto Tarha, una iniciativa sin ánimo de lucro dedicada a la investigación y divulgación internacional de la historia antigua de las Islas Canarias a través del estudio de las fuentes documentales.

“Con sus errores, que los tiene como otros de sus contemporáneos, a Tomás Marín de Cubas se le ha acusado de ser demasiado original o directamente de inventarse algunas de sus informaciones. Y ello a pesar de que ya en el borrador cita más de 130 referencias bibliográficas, fuentes orales y anónimas aparte, un arsenal de erudición sin precedentes”.

Curiosamente, “no se juzga con tanta severidad otras fuentes cuando son igual o peor de originales, como Juan de Abreu Galindo, Alonso de Espinosa o Leonardo Torriani”, apostilla el investigador.

De hecho, Tomás Marín de Cubas es el primer historiador que usa y cita sistemáticamente tanto la crónica Le Canarien como la Historia del propio Abreu Galindo. “Es verdad que Juan Núñez de la Peña conoció antes que él ambas fuentes, pero la primera no llegó a incorporarla a su producción impresa, y a la segunda ni la menciona en sus escritos”.

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