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TEA se adentra en la poliédrica figura de Maud Bonneaud con su primera gran retrospectiva

El centro de arte contemporáneo ofrece hasta el 27 de abril una exposición que ilustra los intereses artísticos e intelectuales de una creadora surrealista que halló en la Isla su casa
La exposición fue presentada ayer por Pilar Carreño, Enrique Arriaga, Alejandro Krawietz y Gilberto González. / DA

TEA Tenerife Espacio de las Artes presentó este jueves Maud, c’est la vie!, la primera retrospectiva dedicada a la figura de Maud Bonneaud (Limoges, 1921-Madrid, 1991) como artista y agitadora cultural, con el fin de desentrañar su enorme complejidad y mostrarla como una pieza fundamental del hacer y acontecer de la cultura. El consejero de Cultura del Cabildo de Tenerife, Enrique Arriaga; el director insular de Cultura, Alejandro Krawietz; el director artístico de TEA, Gilberto González, y la comisaria de la muestra, Pilar Carreño, dieron a conocer los detalles de esta exposición que descubre el perfil biográfico de una mujer poliédrica con múltiples intereses intelectuales y artísticos.

“Maud fue una gran artista, una creadora sin igual y una intelectual que vivió por y para el arte, pero que, como muchas otras mujeres de su época, se vio eclipsada por sus parejas y fue considerada mujer de. Es una creadora que merece por méritos propios una retrospectiva como esta”, destacó Arriaga, quien agregó que “cada una de las piezas que conforman Maud, c’est la vie!, que son más de 300, aportan claves de la vida de la artista francesa que halló en Tenerife su casa”.

La muestra, que podrá visitarse de manera gratuita hasta el 27 de abril, da cuenta de los diferentes intereses intelectuales y artísticos de Maud Bonneaud. Fotografías, pinturas, dibujos, esmaltes, acuarelas, esculturas, revistas, catálogos, litografías, decalcomanías, poemas manuscritos, libros, álbumes familiares, libros de cocina, tarjetas, joyas, aguafuertes, fotocollages, cartas y linograbados, datados entre 1923 y 1985, la conforman.

Más de 300 piezas conforman la muestra. / DA

Las creaciones de Maud Bonneaud (conocida también como Maud Domínguez y Maud Westerdahl) -muchas de ellas se muestran al público por primera vez- se exhiben junto a obras y documentos de Óscar Domínguez, André Breton, Paul Éluard, Eduardo Westerdahl, Picasso, Raoul Hausmann, Valentine Penrose, Roland Penrose, Man Ray, Izis (Israëlis Biedermanas), Tanja Tamvelius. Eileen Agar, Manolo Millares, Apel-les Fenosa, Dora Maar, Pedro Flores, Honorio García-Condoy, André Marchand, José Abad, Martín Chirino, Françoise Gilot, César Manrique, Pablo Serrano, Cándido Camacho, Maribel Nazco, Fernando Mignoni, Gjon Mili, Jacqueline Breton, Jeanne Megnen, Françoise Gilot, Michette Mabille, Guy Bernard-Delapierre, José Hernández Muñoz, Juliet Man Ray y Oldrich Simácek.

Pilar Carreño destacó “la traslación que Maud como creadora realiza del mundo antiguo y medieval al contemporáneo con un lenguaje que hunde sus raíces en el Surrealismo”. “Con esta exposición no he pretendido hacer un mapa a escala de las obras de Maud ni con las de sus amigos artistas. He concebido esta muestra a partir del testimonio de la propia Maud que dejó en sus memorias a los tres hombres que habían marcado su vida, Breton, Domínguez y Westerdahl, y que el azar -como decía- los puso en su camino”, resaltó.
Maud, c’est la vie! se complementa con la edición de un catálogo realizado por la propia Pilar Carreño, fruto de su proyecto de investigación, que ya se encuentra disponible en la Tienda TEA.

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