
Por Benjamín Reyes
Rozalén (Albacete, 1986) con solo cuatro discos se ha posicionado como una de las cantantes más destacadas del panorama nacional. La confirmación le llegó en octubre del año pasado con el Premio Nacional de Músicas Actuales, siendo el artista más joven en conseguirlo. Su música tiene personalidad propia. El 23 de abril regresa a Tenerife para dar un concierto en el Pabellón Santiago Martín de La Laguna. El día antes estará en Gran Canaria. Y el 21 de abril en Lanzarote. Las entradas se pueden adquirir en Tomaticket, con precios que oscilan entre los 25 y los 50 euros.
-¿Lo de ser de pueblo marca el carácter?
“Nací en Albacete, pero los fines de semana y los veranos iba a Letur. Creo que sí, que marca el carácter. Me he criado en la naturaleza, en contacto con animales y con la tierra. Me he juntado mucho con abuelos. Esto pasa en los pueblos. Te inculcan otro tipo de valores”.
-Su influencia sonora va desde La Polla Records a la jota. ¿Me lo explica?
“[Ríe] Mis primeros conciertos fueron Los Suaves, Soziedad Alkoholika, La Polla Records, Extremoduro… El rock es la música que más escucho. Siendo de Albacete, el festival Viña Rock marca mucho. Por otro lado, a los siete años empecé a tocar la bandurria, por eso el folk lo he mamado de niña”.
-Sus tres primeros discos acaban en puntos suspensivos. ¿Hay alguna razón?
“Soy mucho de escribir puntos suspensivos. Para mí son como suspiros. Desde siempre me pinto tres puntos debajo del ojo. Saqué una caja doble con un libro titulada Cerrando puntos suspensivos, donde explicaba lo que me había pasado”.
-¿Tiene algún ritual antes de salir a escena?
“A parte del calentamiento, lo que hacemos los que vamos a salir al escenario es lanzar un grito de guerra y abrazarnos. Eso no puede faltar. Lo hacemos para que se note la unión y la conexión que se va a dar”.
-¿Cuánto le debe Rozalén a YouTube?
“Algo le debo, porque antes de firmar con un mánager y una discográfica el videoclip 80 veces se hizo viral en YouTube. Mucha gente lo compartió en sus redes sociales. Aunque creo que le debo más a los libros que he leído”.
-Le voy a leer dos comentarios de la plataforma YouTube en relación a su videoclip ‘Vivir’: “Tengo 28 años y me diagnosticaron cáncer. Escuchar esta canción me levanta el ánimo”. “Mi mujer se fue hace tres meses y esta canción me ha ayudado a entender sus últimos días”. ¿Qué siente?
“[Resopla] Me viene la vena psicológica, que fue lo que estudié. Con mi hipersensibilidad intento no pensar mucho sobre los mensajes que se escriben. Si haces canciones que tocan temas tan vitales como la enfermedad o la muerte, pues es normal que remueva sentimientos. A mí también hay canciones que, al escucharlas, me han llevado de la tristeza a la alegría. Y creo que me han salvado en algún momento”.
-Tiene cursos de Psicología y Musicoterapia. ¿La música cura?
“La música es inseparable del ser humano. Por supuesto que es terapéutica y sanadora. Todos deberíamos cantar y bailar, aunque lo hagamos mal. Ya lo hacían nuestros ancestros. Si uno recuerda los momentos más importantes de su vida siempre hay una canción detrás. Sin música la vida sería una muerte viviente”.
-Sus letras suelen ser comprometidas. ¿La música debe tener mensaje?
“No es una obligación. A mí me sale escribir más música con mensaje que canciones sobre amor romántico. Aunque a veces se necesitan canciones más ligeras. Si tengo que elegir, me quedo con la música con mensaje”.
-¿Con quién le gustaría compartir escenario?
“Ya he compartido escenario con muchos compañeros, pero me encantaría cantar con Silvia Pérez Cruz, Silvio Rodríguez, Jorge Drexler o Residente”.