El Gobierno de Rusia ha avisado este jueves de que “se verá obligado a responder” en “ausencia de la disposición” de Estados Unidos para acordar “garantías firmes y legalmente vinculantes” que garanticen la seguridad de todas las partes, “incluso mediante la implementación de medidas técnico-militares“.
Así lo ha hecho en la respuesta enviada este jueves a Estados Unidos a las propuestas presentadas por la Administración de Joe Biden en materia de seguridad europea, que Moscú considera “no constructivas” porque no han dado respuesta a los “elementos básicos” solicitados por Rusia previamente –la no expansión de la OTAN y el rechazo a la creación de bases militares en territorios que anteriormente formaban parte de la Unión Soviética (URSS), principalmente–.
“Se ha ignorado la naturaleza del paquete de las propuestas rusas”, ha lamentado la Administración de Vladimir Putin, que ha dicho que Washington ha elegido “deliberadamente” temas “convenientes que, además, han sido “torcidos” para crear ventajas para Estados Unidos y sus aliados.
“Ese enfoque, así como la retórica que lo acompaña por parte de los funcionarios estadounidenses, refuerza las dudas legítimas de que Washington esté realmente comprometido con arreglar la situación de seguridad europea”, reza el documento, recogido por la agencia rusa TASS.
En este sentido, ha abundado en que la “creciente” actividad militar de Estados Unidos y la OTAN cerca de las fronteras rusas es “alarmante”, mientras que las ‘líneas rojas’ rusas y sus “principales” intereses de seguridad, así como el “derecho soberano” de Rusia a protegerlos, “continúan siendo ignorados”. “Las exigencias finales de retirar las tropas de determinadas zonas del territorio ruso, acompañadas de amenazas de sanciones más duras, son inaceptables y socava las perspectivas de llegar a acuerdos reales”, ha agregado.
Además, ha insistido en que “no hay ni está prevista” ninguna invasión rusa de Ucrania, por lo que las “declaraciones sobre la responsabilidad de Rusia en la escalada no pueden considerarse de otra manera que como un intento de presionar y devaluar las propuestas de garantías de seguridad de Rusia.
Por ello, ha considerado que la mención en este contexto de las obligaciones rusas en virtud del Memorándum de Budapest de 1994 –que ofrece garantías de seguridad por parte de sus signatarios con respecto a la adhesión de Ucrania al Tratado de No Proliferación Nuclear– “no tiene nada que ver con el conflicto intraucraniano y no se aplica a circunstancias resultantes de la acción de factores internos allí”. “La pérdida de integridad territorial por parte del Estado ucraniano es el resultado de los procesos que han tenido lugar dentro de él”, ha explicado.
Del mismo modo, Moscú ha negado que ocupara Crimea en 2014 y ha afirmado que la decisión partió del pueblo, sin uso de la fuerza ni amenaza de uso de la fuerza. También, ha calificado de “insostenible” que Rusia iniciara el conflicto de Donbás.
Así, y para reducir la escalada de tensión en torno a Ucrania, Rusia ha pedido detener el suministro de armas al país, retirar a todos los asesores e instructores occidentales, negar a los países de la OTAN cualquier ejercicio conjunto con las Fuerzas Armadas ucranianas y retirar todas las armas extranjeras previamente entregadas a Kiev.
Moscú también “toma nota” de que en su respuesta a las propuestas rusas, Estados Unidos insiste en que el progreso en la mejora de la situación de seguridad europea “sólo puede lograrse en términos de desescalada en relación con las acciones amenazantes de Rusia contra Ucrania” y ha reiterado que presume que el despliegue de las efectivos rusos en su propio territorio “no afecta ni puede afectar los intereses fundamentales” de Washington. “Nos gustaría recordar que nuestras fuerzas no están en el territorio de Ucrania”, han insistido.
EL PRINCIPIO DE INDIVISIBILIDAD DE LA SEGURIDAD
Por otro lado, la Administración Putin ha señalado que “no ha visto” en la respuesta de Estados Unidos “la confirmación de que la parte estadounidense está totalmente comprometida con la observancia del principio inmutable de la indivisibilidad de la seguridad” y ha acusado a Estados Unidos de tener “falta de voluntad” para “abandonar su curso contraproducente y desestabilizador de crear ventajas para sí mismo y sus aliados a expensas de los intereses de seguridad de Rusia”.
“Esto es exactamente lo que está sucediendo como resultado de la implementación desenfrenada por parte de la OTAN de una política de desarrollo geoestratégico y militar sin restricciones del espacio postsoviético, incluido Ucrania, que es de una naturaleza particularmente sensible para nosotros”, ha continuado, lamentando una vez más que “se ignoran los intereses fundamentales de seguridad y se niega el derecho inalienable de Rusia a garantizarlos”, algo “inaceptable”.
Asimismo, ha criticado que Estados Unidos mantenga su “fuerte apoyo” a la política de puertas abiertas de la OTAN porque, según Moscú, contradice los compromisos básicos adoptados en el marco de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) de no fortalecer la propia seguridad a expensas de la de los demás.
En este sentido, ha pedido a Washington y la Alianza que “vuelvan a cumplir” con sus obligaciones internacionales en el campo del mantenimiento de la paz y la seguridad y ha señalado que espera “propuestas concretas” de los miembros de la OTAN sobre el contenido y las formas de consolidación legal de la “renuncia” a una mayor expansión hacia el este.
El ministro de Exteriores de Rusia, Sergei Lavrov, había confirmado horas antes que la respuesta llegaría este jueves, prometiendo incluso que, una vez entregada, se haría pública. “Si se mantiene el secretismo, como lo prefieren Washington y Bruselas, la opinión pública será inundada con mentiras y la burda propaganda que ahora satura el espacio informativo”, ha asegurado el jefe de la diplomacia rusa, según la agencia Sputnik.
Moscú reclama garantías en materia de seguridad para, por ejemplo, que la OTAN no se expanda en el este de Europa y no se desplieguen armas de ataque. Sin embargo, en las últimas semanas han seguido anunciándose compromisos militares con los países cercanos a Rusia, incluido Ucrania, epicentro de la última escalada política y bélica.
La tensión en torno a Ucrania ha aumentado durante los últimos meses ante el despliegue de efectivos rusos junto a la frontera del país, lo que la comunidad internacional ha entendido como un posible preparativo de cara a una “invasión”. Rusia ha rechazado dichas acusaciones y ha acusado a la OTAN de incrementar la actividad militar en la zona.