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Vuelve el fantasma del desabastecimiento a Canarias

Canarias aguanta la huelga de transporte por el elevado stock, pero en un mes la situación empezará a ser crítica
desabastecimiento a Canarias
Vuelve el fantasma del desabastecimiento a Canarias

A Canarias le queda un mes de existencias. Este es el margen que se dan los empresarios y el propio Gobierno, por boca de la consejera de Agricultura, Alicia Vanoostende, para poder cubrir la demanda local de continuar la huelga de transportes. Si la pandemia dio un mazazo a la actividad turística, comercio y hostelería que fueron las que más sufrieron el cero turístico y las posteriores restricciones; el conflicto bélico entre Rusia y Ucrania está ahogando por momentos a la agricultura, ganadería, construcción y comercio, entre otras actividades.

El paro de los transportistas en la Península, que ya inicia la tercera semana, está arrastrando a la economía española y Canarias, por su condición archipielágica, vuelve a despertar al fantasma del desabastecimiento. Todos los sectores económicos de las Islas trabajan con stock. Saben que hay que hacerlo. Pero las existencias dan para un tiempo y ya hay sectores que se están empezando a poner nerviosos.

El problema es que los consumidores, conscientes de esta situación como ocurrió con el papel higiénico durante la pandemia, empiecen ha comprar de forma compulsiva ante el riesgo de quedarse sin determinados productos y no da tiempo a la reposición. Empresas como Danone, Gallo, Heineken y Mahou San Miguel han anunciado que interrumpirán su producción si el conflicto se prolonga y algunos bares están sufriendo ya el desabastecimiento de algunas bebidas.

Como dato positivo hay que decir que la huelga tenderá a regularse y que en ningún caso un Gobierno dejará desabastecida a una de sus regiones, pero sin llegar a esta situación extrema son varios los sectores que ya se encuentran en situación dramática. Y no sOlo por la huelga de los transportistas sino por la brutal alza de los precios del combustible, fletes, algunas materias primas y la energía. Un cóctel explosivo que traerá cierre de empresas y más desempleo. “Sabíamos que la recuperación económica tras la pandemia iba a ser lenta, pero nunca imaginamos que en el camino nos fuéramos a encontrar con una guerra que elevara más aún los precios”, señalan algunos empresarios a este diario.

Por mar llegan a Canarias más del 90% de las mercancías; en la mayoría de los casos procedentes de los puertos de Cádiz, Barcelona, Valencia y Huelva. Según explicó Antolín Goya, coordinador estatal de trabajadores del mar (CETM), sindicato mayoritario en la estiba portuaria, la situación en las Islas no es grave aún. Donde se están produciendo colapsos es en los puertos de la Península que están llenos de contenedores al no haber camiones de reparto. “Lo que sí hemos notado”, apuntó, “es que en los últimos días los barcos están llegando más vacíos” al no haber mercancía para embarcar en los puertos peninsulares.

Es precisamente lo que le está ocurriendo al plátano canario que embarca en las Islas, pero se encuentra que al llegar a la Península el contenedor se queda en el puerto. Asprocan llegó a considerar a principios de semana dejar de cortar la fruta para evitar el almacenaje en los puertos.

El presidente de Asinca, Virgilio Correa, reconoció esta semana que ya hay algunos productos que están entrando en situación crítica como los lácteos, el trigo y sus derivados, pero se hizo una pregunta: ¿Podrán las empresas canarias hacer frente al incremento de la demanda de productos locales ante la falta de otros que no llegan por el paro?.

Mucho más optimista se ha mostrado estos días el secretario general de la Asociación de Supermercados de las Islas Canarias (Asuican), Alonso Fernández, quien asegura tajantemente que “no habrá desabastecimiento en las Islas sino que los tiempos de reposición, como ocurrió durante la pandemia, son menores. Puede que en algún momento no encontremos un producto concreto, pero habrá un sustitutivo. Tenemos mucho mercado y muchas marcas”, señaló. “Como sector esencial, hay unos protocolos de seguridad. Eso está controlado por el Estado porque es un servicio esencial para la sociedad”, tranquilizó Fernández.

Pero si hay un sector que se está viendo realmente perjudicado es el de la agricultura y ganadería. No sólo tienen que sufrir la huelga de transportes sino que además el alza de los precios del combustible, energía y sobre todo el cereal para producir pienso para alimentar animales, los está abocando a su desaparición. Muchos ganaderos ya están empezando a sacrificar vacas y cerdos puesto no pueden comprar pienso para alimentarlos.

El margen de beneficios de este sector es tan ajustado que un alza mínima de los precios les alarga su agonía. En un mes empezarán a sacrificar animales con lo que eso significa para las Islas. No sólo la perdida de las explotaciones agrarias y el producto local, sino el fin de la ganadería. “Comeremos lo que nos manden de fuera si no hay ayudas directas ya”, aseguraba a este diario esta semana la presidenta de Asaga, Ángela Delgado.

La construcción es otro de los sectores que, en breve, también tendrá que parar tanto la obra pública como la privada ante la escasez de materias primas, así como el sector de las nuevas tecnologías y automoción al que no le llegan ni los chips ni las piezas de recambio. El comercio es otro de las grandes damnificados por la huelga. El presidente de Fauca, Abbas Moujir, señaló que se están notando retrasos en las entregas. Al igual que en el comercio online ya que Amazon tiene casi todos sus camiones parados.

En cambio, el turismo tan afectado por la pandemia y las restricciones parece que es el único que es capaz de sacarle una sonrisa a esta situación dramática. La lejanía de las Islas de la zona del conflicto y la seguridad que da el destino son bazas claves para “atrapar” esos turistas que quieren irse de vacaciones pero a un lugar seguro.

El secretario general de CEOE Tenerife, Pedro Alfonso, explicó que los empresarios están “muy preocupados” por si este conflicto se alarga en el tiempo. “Canarias está sufriendo los daños colaterales de este paro”, señaló, “porque sobre todo en los productos perecederos si se embarcan tarde llegan a las Islas con una fecha de caducidad muy justa y no se podrán vender”.

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