Declarada la emergencia de la carretera de 8,5 kilómetros que atravesará parte de la colada, y con un trazado cercano a la costa, evitando tramos en los que la lava supera los 40 metros de altura, los vecinos afectados y los alcaldes de los municipios del Valle esperan que su ejecución sea lo más rápida posible. Logrado el objetivo de esa declaración de emergencia, con una inversión de 38 millones de euros, en los que se han estimado los costes de las expropiaciones necesarias, por valor de 9,3 millones, el reto es conseguir que todas las obras de la reconstrucción, como consecuencia de los daños ocasionados por el volcán, puedan tener la misma consideración.
El ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, reconoció que se estudia, en conversación con el Ministerio de Hacienda, “cuál puede ser la mejor forma para agilizar todas las infraestructuras y todas las obras que sean necesarias en La Palma”. Aunque aclara que “todas las que se deban ejecutar como consecuencia del volcán son obras que, de manera natural, se van a considerar de emergencia”, aclara que “tenemos que ver cómo técnicamente podemos establecer mecanismos para establecer esas obras y esas infraestructuras”.
Los inconvenientes surgen ante el hecho de que las obras estarán financiadas y proyectadas por distintos órganos contratantes, ya sean ayuntamientos, el Cabildo o el Gobierno de Canarias. “La voluntad – dijo Bolaños – es agilizar esas infraestructuras. Sabemos que se está planteando un problema y estamos buscando soluciones. Estoy convencido de que no habrá ningún trámite administrativo que pueda parar la agilidad con la que estamos trabajando para reconstruir La Palma”. Esta petición llegó a la Comisión Mixta por parte del presidente canario, Ángel Víctor Torres, y del titular del Cabildo, Mariano Hernández, conscientes de que solo esa consideración permitirá una agilidad ajena a las tradicionales obras que, aún siendo urgentes, requieren de un proceso de meses. En la memoria reciente de La Palma hay ejemplos de obras y plazos incumplidos: la carretera del Sur, entre Tajuya y Mazo, con más de una década de recorrido y ahora afectada por la colada entre Las Manchas y el Valle de Aridane en la vertiente sur, o la interminable obra de la carretera del norte, que triplicó su presupuesto inicial. Alejar esos fantasmas del pasado en obras viarias y en otras grandes infraestructuras de La Palma es la finalidad de estas declaraciones de emergencia.