
Cerillas es una historia de amor, de olvido, de miedos, soledad y de todos esos sentimientos encontrados durante la pandemia de COVID-19 que asoló al mundo en los dos últimos años y que afectó especialmente a las personas mayores, las grandes olvidados.
Una historia de vidas que giraron 360 grados, como la de la tía abuela del director, Carlos Dóniz, que se inspiró en ella para escribir y dirigir su último cortometraje, protagonizado por José Luis de Madariaga y Pilar Acosta.
“Como escritor y guionista en este caso, necesitaba aportar algo y transmitir a la sociedad lo que ha pasado, centrándome en este colectivo porque es uno de los que más han sufrido y nos olvidamos de lo importantes que han sido y que son las personas mayores en cualquier familia y en la historia de este país. Y si hay algo que me produce mucha tristeza y dolor es que tengan que vivir los últimos años con peor calidad de vida al tener que estar aislados, con miedo e incertidumbre. Esa es la semilla de Cerillas”, comenta.
Es un relato crudo, en el que ha intentado “aportar algo de esperanza porque también es necesaria, pero es importante que refleje la crudeza de muchas historias que desconocemos y que han pasado”, certifica.
Nacido en el Puerto de la Cruz pero realejero de adopción, Dóniz ha iniciado una campaña de crowfunding para financiar su proyecto a través de la plataforma Verkami que comenzó el 8 de abril y finaliza el 20 de mayo.
Los 6.000 euros que solicita no es el presupuesto total del corto, ya que se necesita algo más de dinero para cubrir partidas que no se pueden costear mediante esta vía y por lo tanto, también buscará respaldo en empresas e instituciones.
Es la primera vez que Dóniz acude al micromecenazgo. “Si la cultura y el cine en concreto siempre han estado en crisis y es muy difícil acceder a la financiación pública para costear los proyectos, la pandemia ha acentuado todavía más estas dificultades”, declara.
El director ya tiene el teaser (un adelanto de la película para llamar la atención que suele ser más corto que un trailer), una pequeña pieza que se rueda para apoyar en el proceso de financiación. “Ahora estamos con la preproducción de Cerillas y la financiación. Si conseguimos el dinero, se iniciará el rodaje, que durará tres o cuatro días y que está planificado para los meses de junio y julio”, precisa.
Dóniz está “gratamente sorprendido” de los resultados que ha tenido la iniciativa. En los primeros once días ha conseguido el 50% del objetivo de financiación. “Eso nos emociona, nos ilusiona, pero también sabemos que el resto de los días que quedan hay que seguir empujando y remando muy fuerte porque puede costar más conseguir a los mecenas. Es una carrera de fondo que no permite descanso”, subraya.
Por eso, Dóniz y su equipo apelan a la buena voluntad del público, “porque muchas pequeñas aportaciones pueden sumar al final y entendemos que económicamente no son momentos fáciles para nadie, y también se puede ayudar difundiendo la campaña entre los contactos y las redes sociales”.
No obstante, deja claro que si finalmente no se llega al objetivo de los 6.000 euros, a cada una de las personas que se han hecho mecenas, se les devolverá íntegramente el dinero que han aportado y en un tiempo bastante rápido.
En ese caso, el rodaje se planteará de otra manera para que los costes sean menores, confirma Dóniz. “El problema de bajar el presupuesto es que va en detrimento de la calidad del proyecto”, apunta. En caso de no conseguirse el objetivo a través del crowfunding, la fecha de rodaje se alargará en el tiempo porque Dóniz y su equipo deberán buscar otra estrategia de financiación que permita cubrir los gastos “mínimos” que tienen planteados para intentar tener “la mejor pieza audiovisual posible con la que después podamos hacer una distribución de calidad y que pueda acceder a certámenes y festivales”, subraya.