No es la primera vez que coinciden varios ministros del Gobierno de España en Canarias, pero es insólito que en apenas tres días lleguen otros tantos representantes del Ejecutivo central. Si el pasado lunes la vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, estuvo presente en la histórica jornada que simbolizó el adiós oficial a Santa Cruz de Tenerife de la Refinería de Cepsa, ayer coincidieron en Tenerife su colega de Exteriores, José Manuel Albares, y la de Transportes, Raquel Sánchez. Ella presumió del aumento de las inversiones en Canarias; él dejó claro que el Archipiélago vuelve a ser un territorio clave para el conjunto de las relaciones españolas con el exterior, especialmente ante África.
Sobre el dinero, la ministra anunció cantidades cercanas a los 1.000 millones de euros, si bien 65 de ellos corresponden a la nueva terminal del Reina Sofía (más pequeña que la actual) y al edificio que la conecta con la anterior. Al menos otros 300 costearán en próximos años una actualización mucho mayor del Tenerife Sur. Unos 40 más son para la nueva carretera de La Palma, dados los destrozos del volcán, pero el grueso de inversiones en carreteras se ve sensiblemente incrementado con más de 400 millones adicionales.
Esta partida completa la ejecución de una sentencia del Supremo, que falló a favor de la Comunidad y anuló los recortes impuestos en dicho convenio por el Ejecutivo de Mariano Rajoy.
Por su parte, Albares anunció que hablaría de Marruecos y cumplió su palabra. Insistió en que, gracias a la nueva etapa de entendimiento entre Madrid y Rabat, se podrá reducir en lo posible el drama de las pateras, pero también en que se podrán recuperar las conexiones marítimas con el vecino continental y las posibilidades de negocio entre isleños y marroquíes. En apenas un día, el responsable de la política exterior española dejó claro que Canarias vuelve al primer plano para la diplomacia estatal, habida cuenta de que resulta esencial para hacer valer ante la Unión Europea y la OTAN que África es una alternativa idónea al bloqueo energético ruso, pero también para evitar que los graves problemas que atraviesa la Alianza Atlántica en el Este se repitan por el Sur. Descartó igualmente posibles bases militares en las Islas y garantizó la silla canaria en los tratos con Marruecos.
No es casual ni son regalos. Canarias importa hoy en Madrid. El tiempo dirá en qué beneficia a los canarios.
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