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Jugar a hacer carambolas con la Luna desde el mirador de Las Teresitas

En los últimos años se han popularizado este tipo de fotografías con la Luna creando una composición junto algún hito paisajístico. No son capturas fruto del azar, sino de una minuciosa planificación previa al momento de la toma
Varias tomas de la serie, capturadas en la mañana de ayer desde el mirador de las Teresitas. Solo resulta posible obtener estas imágenes un único día al año desde esa ubicación.

Gracias a la aparición de diversas aplicaciones que facilitan la labor de planificación previa, resulta relativamente sencillo afrontar este tipo de imágenes en la actualidad. Atrás quedaron los cálculos con mapa, brújula, ángulos de elevación, azimut… La exactitud con la que estas aplicaciones ubican la Luna y muestran la orografía del terreno es muy alta. Aunque, a pesar de esas facilidades, siempre es más que aconsejable ir previamente al lugar desde el que se realizará la fotografía con el fin de asegurarse de la ausencia de obstáculos en el encuadre, tales como tendidos eléctricos, farolas, árboles, edificaciones, etc. Las fotografías que ilustran esta página están tomadas en la mañana de ayer desde el mirador de Las Teresitas, a más de 52 kilómetros de distancia del Teide, uno de los puntos más lejanos en la isla desde el que es posible observar el emblemático volcán.

La razón de buscar el lugar más alejado posible es poder usar un teleobjetivo (el equivalente a 800mm, en este caso) para magnificar el tamaño de la Luna y lograr una imagen impactante debido a su gran tamaño en relación al Teide. Si, además, la suerte quiere que un avión de Binter se cuele en el encuadre, se añade un punto extra de interés a la fotografía. Hermoso espectáculo el que debieron observar los pasajeros de babor de ese vuelo de la aerolínea canaria poco antes de su aterrizaje, por cierto. La secuencia mostrada solo es posible realizarla desde ese lugar una vez al año.

Conseguir la fotografía deseada al primer intento no es lo más frecuente, lo habitual en estos casos es que sean necesarios varios intentos, principalmente debido a la presencia de nubes. De hecho, este era el tercer intento, y por fin se dieron todas las circunstancias necesarias para capturar la Luna ocultándose tras el Teide.

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