No se le puede negar al Gobierno de Canarias actual que no se haya adaptado a los nuevos tiempos en los que se imponen las coaliciones entre partidos como único camino efectivo para la gobernabilidad de las instituciones, por mucho que sorprenda ver al vicepresidente autonómico, Román Rodríguez, discrepar con la línea política del partido de su presidente, Ángel Víctor Torres (PSOE), en la misma sala donde este acababa de explicar el contenido de su reunión con el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, igualmente presente.
Así, el también líder de Nueva Canarias expresó ayer en Santa Cruz de Tenerife al citado ministro su discrepancia “sin paliativos” en relación con el cambio de postura del gobierno español respecto al Sáhara.
Con unas formas impecablemente democráticas, el número dos del Ejecutivo canario formuló su inconformidad sobre el histórico giro político de Madrid sobre la descolonización del Sáhara, a la par que puntualizó que “no todo el Gobierno [autonómico]” comparte las tesis del Ejecutivo central en este ámbito.
El vicepresidente regional también reclamó que Canarias participe en las reuniones para delimitar las aguas entre España y Marruecos como asunto “relevante y estratégico” que afecta al Archipiélago, extremo por otra parte garantizado, insistió ayer Albares. Además, Román Rodríguez también pidió al ministro que España intente “persuadir” a Rabat de que no haga prospecciones petrolíferas en sus aguas, algo a lo que aludió el ministro al dar por garantizado que no habrá “decisiones unilaterales” si afectan a ambos países.
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