La agonía de Archie, el pequeño de 12 años que se encontraba en muerte cerebral como consecuencia de un reto viral, llegó a su fin este sábado tras desconectar sus médicos la máquina de respiración asistida que mantenía su corazón latiendo desde que entró en coma en abril.
El niño ha muerto en el Hospital Royal London arropado por su madre, Hollie Dance, y otros miembros de la familia. “He hecho todo lo que le prometí a mi niño que haría por él”, ha dicho la madre en declaraciones a Sky News.
Todo ocurrió el pasado 7 de abril, fecha en que sus padres Hollie Dance y Paul Battersbee se lo encontraron inconsciente en la casa con una cuerda rodeándole el cuello. Por ello, todo hace indicar que estaba practicando un reto de TikTok conocido como ‘blackout challenge’, consistente en aguantar la respiración lo máximo posible hasta el desmayo. Una resonancia magnética realizada el 31 de mayo confirmó su muerte cerebral, estado en el que estaba desde aquella noche.
Con este diagnóstico, el equipo médico del Royal London Hospital pidió a la familia la autorización para desconectar a Archie. Sin embargo, los padres se negaron y el asunto llegó a los tribunales. El 13 de junio la jueza Emma Arguthnot dictaminó que no había nada que hacer por el chico y que, por tanto, debía ser desconectado, dando así la razón a los sanitarios.
Los padres se opusieron fuertemente y decidieron alargar el asunto recurriendo la sentencia.
La familia recurrió al TEDH –que ha considerado que las condiciones de admisibilidad no se han cumplido– después de que el Tribunal Supremo de Reino Unido rechazara una apelación contra la decisión de ponerle fin, según ha recogido la cadena BBC.
En este contexto de disputa legal, los padres, Hollie Dance y Paul Battersbee, también presentaron una solicitud ante el Comité de Naciones Unidas sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad (UNRPD) tras el fracaso en los tribunales británicos.
Una carta anterior del comité a la familia de Archie decía que había pedido al Gobierno que “se abstuviera de retirar el tratamiento médico para salvar la vida, incluida la ventilación mecánica y la nutrición e hidratación artificiales, de la presunta víctima mientras el comité examina el caso”, según recogió el diario ‘The Guardian’.