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El Tenerife resurge ante el Málaga con savia nueva y acierto en el gol

Los blanquiazules enderezan el rumbo y se alejan de los puestos de descenso con un doblete de Enric Gallego y el primer tanto del canterano Teto, nuevo ídolo de la afición
Tenerife-Málaga. LaLiga
CD Tenerife-Málaga CF. LaLiga

En el fútbol se sale de los baches ganando partidos. Los puntos sirven para crecer, corregir errores y para mejorar. Para eso debe servir la trabajada victoria que el Tenerife logró ante un flojo Málaga CF. Sin ser dominadores del encuentro, los blanquiazules se llevaron un cómodo triunfo que tuvo como protagonistas a Gallego, Mellot y Teto. El primero marcó los dos primeros goles de la temporada. El segundo hizo un partidazo primoroso, tanto en defensa como en ataque, mientras que el canterano se consagró ante su afición el día que debutó con el primer equipo.

El once inicial deparó la novedad prevista: estrenó titularidad el tinerfeño, que se fue al extremo derecho. A la izquierda se fue Waldo. El resto del equipo fue también el previsto, más aún teniendo en cuenta la plaga de lesiones que sigue padeciendo Luis Miguel Ramis. Tanto es así que el míster volvió a recurrir a canteranos para completar la convocatoria. De esta manera entraron en la lista Pablo, David, Ibra y Alassan Gutiérrez, que fue otra de las grandes novedades de la noche.

Los primeros minutos del partido fueron de tanteo y de encajar las piezas para evitar fisuras, que alguna tuvo el Tenerife en zona defensiva en los primeros minutos. Pero también pronto comenzó a tener problemas en la circulación de la pelota el Málaga.

Los blanquiazules se dieron cuenta y advirtieron que un robo y una contra rápida podría convertirse en una acción de mucho peligro. No se equivocaron los pupilos de Ramis, que en una jugada de ese estilo inauguró el marcador. Balón largo para aprovechar la carrera de Waldo, que se marcha con facilidad de Escassi y desde línea de fondo asiste para que Enric Gallego tirase un misil con la zurda. Antes de entrar, el balón golpeó en N’diaye para desviar la trayectoria y despistar al portero visitante. Golazo de los blanquiazules que lo celebraron con rabia.

El cuadro boquerón intentó reaccionar y sus atacantes tuvieron varios acercamientos que crearon peligro sobre la meta de Soriano, pero ningún balón obligó a intervenir al meta local.

En torno a la media hora de encuentro, el Tenerife volvió a aparecer en escena para atacar a Reina. Primero probó fortuna Borja Garcés, pero desde la frontal pero su disparo se va desviado (min 29). Luego un cabezazo de Enric se marcha por poco (min 31).

Pero el Tenerife perdió su ventaja al borde del descanso. Jugada muy mal defendida por parte de los locales y Álex Gallar se encuentra con un regalo en el punto de penalti que no desaprovechó. Sipcic falló en su despeje y sus compañeros tampoco ayudaron con su exceso de pasividad. El Tenerife sigue haciendo regalos.

La segunda mitad arrancó con movimientos en el banquillo chicharrero. Ramis puso a calentar a Appiah, Iván Romero y Pablo Larrea, quien ya está totalmente recuperado de la rotura del cruzado en el mes de mayo.

La primera jugada destacada tras la reanudación la originó Mellot, el único local capaz de romper líneas teniendo las ideas claras. El lateral asistió para Teto y el canterano, inteligente siempre, asistió de primera a un Gallego que no precisó el remate. No obstante, el delantero estaba en fuera de juego.

La jugada le dio alas a los blanquiazules, que habían salido de la caseta con mucha más intensidad.

La defensa boquerona empezó a pasarlo mal y el Tenerife quiso embotellar a su rival. N’diaye estuvo a punto de darle un disgusto a su portero con un balón que Reina tuvo que palmear por encima para evitar el segundo.

El partido se pudo romper en el 57, cuando Bustinza se llevó la segunda amarilla y fue expulsado. El jugador del Málaga cazó primero en la banda a Waldo (min 53) y luego golpeó por detrás a Carlos Ruiz en la frontal del área. El Málaga se quedaba con uno menos y el Tenerife con mucho tiempo por delante.

Pablo Guede realizó un cuádruple cambio: salieron Álex Gallar, Fran Sol, Fran Villalba y Rubén Castro para que entrasen Juande, Genaro, Loren y Chavarría. Minuto 64.

También Ramis movió ficha con una doble sustitución. Salieron del terreno de juego Borja Garcés (lesionado) y Álex Corredera (muy cansado), para que entrasen Pablo Larrea e Iván Romero. Poco después Waldo también se fue para darle minutos a Appiah, que entró al partido en el 71. Al Tenerife le faltaba desborde, rapidez en la ejecución de las acciones ofensivas y control del encuentro, a pesar de que estaba con un jugador más.

El duelo se terminó de romper con un penalti de Juanfran sobre Gallego. Un penalti discutible que a simple vista parecía claro, pero que visto en la tele no lo pareció tanto. El colegiado no pareció tener dudas, aunque consultó al VAR. El videoarbitraje le dio la razón. Por una vez el Tenerife tiene suerte en acciones dudosas de este estilo.

Se encargó de tirarlo Enric, que lo lanzó al centro cuando Reina se venció hacia la izquierda con facilidad. Segundo gol de la noche para el atacante local, que así estrenaba su cuenta particular de goles.

Pero la noche aún deparaba una sorpresa. Contragolpe que arranca por la zurda y Appiah logró centrar, no son dificultad y a trompicones, un balón al segundo palo en el que estaba Teto con la caña preparada. El canterano, con toda la tranquilidad del mundo, paró y batió la portería vacía. Pero el VAR entró a revisar si en el origen de la acción había fuera de juego. Con suspense, el primer gol de Teto en el primer equipo valió y subió al marcador. La celebración de este 3-1 fue especial. Todos los jugadores y muchos del banquillo local corrieron para abrazarse con el canterano, mientras el Heliodoro coreaba el nombre del ¿nuevo ídolo local?.

Poco después Ramis decidió retirar del campo al tinerfeño, que salió ovacionado y abrazado por sus compañeros. Sobra decir que el canterano ha caído de pie en el vestuario profesional.

Ahí se acabó la historia de una victoria tan merecida como trabajada que encumbra a Teto, sin olvidar a un Enric Gallego que estuvo tan superlativo como Mellot, que fueron los mejores.

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