Diario de Avisos / Invertia.| Eloy lleva 30 años dedicándose a la cría de pollos. Además de ser responsable del sector avícola de la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG), es dueño de una granja ubicada en Fayón, en la provincia de Zaragoza. Hasta el momento, su negocio le había generado buenos resultados y la posibilidad de vivir de ello. Sin embargo, la inflación y la subida de los costes ha supuesto que en los últimos días se plantee la que podría ser una decisión catastrófica para su economía: cesar la actividad de su granja.
Esta situación ya ha provocado que en Canarias los criaderos hayan casi desaparecido.
Cuando Eloy habla de manadas se refiere al tiempo que duran sus pollos. Normalmente, cada manada tiene una duración de unos 45 días. Por ese periodo de tiempo, este granjero aragonés pagaba de media el año pasado unos 1.800 euros. Ahora, en la actualidad, cada manada le supone 4.200 euros de gastos. “Es inasumible. Encima este verano ha sido peor. Hemos consumido más luz de la normal por el calor y el pollo no ha hecho el mismo rendimiento”, explica.
El pasado mes de julio, este ganadero pagó 2.458 euros de luz, mientras que la factura de agosto fue de 1.835 euros. “Lo que me han pagado ha sido para pagar las facturas de luz y gas. Es decir, he tenido beneficios cero”. Por ello, con resentimiento y muy convencido, este ganadero asegura que si la situación no cambia de aquí al mes de noviembre, se verá obligado a cerrar su granja. En ella trabajan con termostatos y ordenadores que marcan la temperatura con el objetivo de poder calefaccionar o ventilar en función de la temperatura. Para sortear este problema, una posible solución sería la instalación de placas solares, aunque Eloy lo ve inviable. “Hay ayudas, pero tú tienes que hacer la aportación y las ayudas vienen después. Lo que tendría que haber para que nosotros podamos tener las placas solares es hacer créditos estatales. Yo prefiero que me ayuden con esa inversión y no que a los dos años me ingresen el 30% de lo que he invertido, porque yo eso lo necesito ya”.
Pero la luz y el gas no son los únicos problemas. Eloy destaca lo que supone también el pago de las hipotecas de las granjas. “Una granja de unos 5.000 pollos vale unos 450.000 euros de hipoteca. Te ves atado a decidir si pagas la factura de luz o la hipoteca. La hipoteca no puedes dejarla de pagar, es un estamento privado y ahí el Ministerio no quiere entrar, pero al final tendrá que intervenir porque los bancos se van a hinchar a tener granjas”, señaló.