
“…los que tiene enfrente son sus adversarios; los enemigos los tiene aquí, en su propio partido” Winston Churchill
Cuando el pasado viernes se aprovechó la presencia de la ministra de Justicia, Pilar Llop, en la Isla para presentarle el proyecto del nuevo palacio judicial en la capital, es obvio que estuvo feo no invitar al ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife al acto, cuando su participación (más allá de discrepancias iniciales) es imprescindible para el bien común. Pese al desaire, tanto el alcalde José Manuel Bermúdez como el concejal Juan José Martínez respondieron con clase, limitándose a recordar su fundamental papel reiterando la palabra dada para que todo vaya bien. Por el contrario, desde el PP municipal reaccionaron con desmesura y hasta pidieron la dimisión del delegado del Gobierno, Anselmo Pestana. Ante la descortesía de no ser invitado, qué mejor desprecio que no hacer aprecio, pero desde luego la reacción iracunda no solo no tiene lugar sino que se eclipsa el desdoro inicial por otro mucho peor.
Los libros y Llop
Hablando de Pilar Llop, el hecho de que toda una ministra de Justicia (y, por ende, notaria mayor del Reino) visite un proyecto tan atractivo como es la Librería de Mujeres de Santa Cruz, como pasó la semana pasada, merece celebrarlo que se cita a quien lo hizo posible, como es la secretaria de Organización del PSOE de Canarias, Nira Fierro.