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Mal de Chagas, la enfermedad olvidada que afecta a más de 50.000 personas en España

El cribado antenatal y la detección en niñas y mujeres infectadas en edad fértil resultan imprescindibles para hacer frente a esta zoonosis
Mal de Chagas, la enfermedad olvidada que afecta a más de 50.000 personas en España

Las infecciones por Trypanosoma cruzi (causante del chagas) y por Strongyloides stercoralis, ambas enfermedades invisibilizadas, tienen un determinante social muy pronunciado y su afectación suele ir entrelazada. Las dos son causadas por parásitos endémicos de América Latina, pero circulan en la población de España de forma silenciosa en la mayoría de los casos.

“Es una de las características que tienen en común las enfermedades tropicales desatendidas, al igual que normalmente impactan en poblaciones en situación de pobreza, suelen ir de la mano y no es extraño detectar varias de estas infecciones en un mismo paciente”, señala Miriam Navarro, doctora en Epidemiología y Salud Pública del Centro de Salud Pública de Elche.

Es una de las autoras de una investigación que señala al mal de Chagas, también conocido como tripanosomiasis americana, la patología parasitaria importada más común en España.

El trabajo, publicado en la revista Travel Medicine and Infectious Diseaseconcluye, además, que los afectados tienen el doble del riesgo de padecer una infección por el helminto intestinal, presentando hasta un 25 % de coinfección.

“Y dándose casos muy graves en pacientes inmunodeprimidos”, agrega Joaquim Gascon, jefe del Servicio de Salud Internacional del Hospital Clínic de Barcelona y director de la Iniciativa de Chagas del Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal).

De acuerdo con este estudio, más del 70 % de las personas que viven con mal de Chagas en España no está diagnosticada ni tratada.

“Se estima que, de los 2,6 millones de migrantes provenientes de países endémicos, más de 50.000 viven con la infección”, detalla Navarro, para quien uno de los datos más relevantes es el elevado número de mujeres en edad reproductiva infradiagnosticadas en territorio español, llegando casi al 70 %.

Más datos sobre el mal de Chagas

El mal de Chagas, que provoca 30.000 nuevos casos y 12.000 muertes cada año, se propaga a través de la vinchuca, una chinche hematófaga que actúa como vector para continuar su ciclo vital. Una vez los parásitos de T.cruzi entran en el organismo humano, se replican en las células del miocardio o en las intestinales, donde puede permanecer hasta más de diez años en fase indeterminada.

La particularidad de esta zoonosis es que se puede trasmitir de varias formas, a través de la sangre, por trasfusiones o trasplantes, y también vía oral, por alimentos y bebidas contaminados. Pero la forma más común para que el parásito pase de un organismo a otro es verticalmente”, destaca Gascon, que lleva estudiando esta parasitosis más de 20 años.

“El parásito se transmite de madre a hijo a través de la placenta”, resalta Navarro y destaca la importancia de la detección y el tratamiento de niñas y mujeres infectadas en edad fértil, así como de las campañas de cribado antenatal y de los recién nacidos y otros hijos de madres infectadas que no hayan recibido antes tratamiento antiparasitario.  

“Gracias a las pruebas de detección implementadas ha aumentado de forma considerable el número de bebés diagnosticados y tratados”, destaca la experta, una de las precursoras de #CorazonessinChagas, una plataforma cuyos agentes de salud son de los mismos países que los pacientes y que organiza campañas comunitarias para el control de esta patología tropical tan compleja por su carácter silencioso.

Como advierte la epidemióloga, “la mayoría de los infectados no presenta síntomas ni desarrolla la enfermedad”. No obstante, sin acceso al tratamiento se pueden sufrir consecuencias irreversibles para su salud. “De un 30-35 % de los casos desarrolla afectación cardiaca, de un 10-20 % digestiva y menos de un 5 % síntomas neurológicos, como un ictus”, detalla, por su parte, Gascon.

El strongyloides también suele presentarse de forma asintomática sin causar mayores daños, “pero en personas inmunosuprimidas puede dar problemas importantes”, aclara Gascon. “En casos de pacientes bajo tratamientos inmunosupresores puede haber una replicación masiva de los helmintos y provocar un síndrome de hiperinfestación o estrongiloidiasis diseminada, llegando a ser mortal”, añade Navarro.

Cribado antenatal contra el olvido del mal de Chagas

Como apunta la especialista, que durante seis años coordinó el equipo de Inmigración y Salud Pública del Hospital Ramón y Cajal y fue secretaria de la Sociedad Española de Medicina Tropical y Salud Internacional, uno de los avances más relevantes contra la enfermedad del mal de Chagas en los últimos años, “ha sido demostrar la efectividad del tratamiento actual contra esta infección tropical para evitar la transmisión congénita. Por eso llevamos años poniendo el foco de las campañas comunitarias de detección en las mujeres jóvenes, que constituyen una población clave”.

“España se ha esforzado en controlar esta enfermedad y brindar tratamiento a los recién nacidos. Cuando la infección se ataja a tiempo, los fármacos son altamente eficaces: en las mujeres en edad fértil que los reciben temprano la tasa de trasmisión vertical es insignificante”, anuncia Gascón.

“Y por eso es tan buena la noticia de que el Ministerio de Sanidad por fin vaya a incluir en el cribado de las embarazadas que procedan de países endémicos del mal de Chagas la serología durante la gestación, permitiendo detectar casos congénitos”, anuncia Navarro.

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