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El agua que sale del emisario del Polígono de Güímar ya es limpia

“La instalación de una nueva tubería del emisario para aguas industriales pretratadas culminará la obra en la Edari”, recuerda el alcalde de Arafo ante los bulos en redes sociales
Trabajos de drenaje en un espigón construido de manera provisional para colocar una tubería del emisario.
Trabajos de drenaje en un espigón construido de manera provisional para colocar una tubería del emisario. Sergio Méndez

La alta sensibilidad social ante los vertidos ilegales en Tenerife, y, en concreto, en el Valle de Güímar, se vio reflejada de nuevo la semana pasada con la aparición de comentarios, imágenes y vídeos en redes sociales, en esta ocasión, en contra de lo sucedido meses o años atrás, creando una alarma con falsas informaciones o informaciones no contrastadas, al tratarse de hitos que nada tienen que ver con la contaminación, como sí ha ocurrido con anterioridad, como ha denunciado este mismo periódico.

Precisamente, esas denuncias, y la multa europea que sigue pagando el Gobierno de Canarias -600.000 euros al mes-, han obligado al Cabildo y a los ayuntamientos de Arafo, Candelaria y Güímar a construir una depuradora de aguas industriales (Edari) y otra comarcal de aguas urbanas (Edaru) que han supuesto un coste de casi 20 millones de euros, sin contar las colectores y estaciones de bombeo necesarias para que la segunda entre en funcionamiento cuando le llegue el agua residual de los tres municipios. El emisario de la Edari debe estar terminado el 2 de noviembre, según el plan de etapas presentado a la Viceconsejería de Medio Ambiente, que ha ido autorizando el vertido al mar después de que el agua haya sido pretratada con un reactor biológico colocado el pasado mes de marzo.

“El agua que sale por ese emisario es limpia”, asegura el alcalde de Arafo, Juan Ramón Martín, enfadado tras el bulo de que se estaban vertiendo aguas negras al mar, a raíz de un vídeo donde se veía un chorro que no era otra cosa que arena de los trabajos de drenaje que se hacen en la zona para colocar una nueva tubería en el emisario, que tiene 700 metros de longitud y que, una vez esté terminada completamente la Edari (2 de febrero, con la urbanización), quedará como un aliviadero para aquellos días que por la lluvia haga falta soltar agua al mar. Lamenta Martín las desinformaciones surgidas a raíz de ese vídeo y de la presencia de microalgas en Candelaria, apuntando que “tal vez también ha sido culpa nuestra, porque deberíamos comunicar de manera pedagógica los trabajos que estamos haciendo, cuando llevamos casi dos mandatos solucionando el grave problema de vertidos y saneamiento del Valle de Güímar”, comentó.

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