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Los precios desbocados empujan a más familias a las colas del hambre en Tenerife

La inflación provoca un aumento de la demanda a los servicios sociales municipales y reduce las donaciones a las ONG; la edad de quienes piden ayuda es cada vez más baja
Algunas ONG expresan su preocupación por la cronificación de la pobreza.
Los precios desbocados empujan a más familias a las colas del hambre en Tenerife

El aumento de precios de la energía y la cesta de la compra se empieza a notar en las colas del hambre en el sur de Tenerife, que desde hace meses registran un repunte, con la incorporación de personas y familias enteras que hasta hace poco formaban parte de la clase media y que hoy no pueden hacer frente a los gastos básicos. El buen momento turístico, con la industria a pleno rendimiento en temporada alta y su consiguiente reflejo en la generación de empleo, amortigua el impacto de la inflación en los hogares.

Fuentes de Cáritas Diocesana confirmaron a este periódico el aumento del número de personas que solicitan ayuda y expresaron su preocupación por la cronificación de los casos. “A las familias les cuesta cada vez más trabajo salir de la pobreza”, aseguran. La organización, que ha incrementado las ayudas para la atención básica y el alquiler, destaca que los perfiles de usuarios más frecuentes corresponden a desempleados de entre 45 y 55 años, a los que se les complica su vuelta al mercado laboral; personas en situación administrativa irregular (inmigrantes latinoamericanos, sobre todo) y familias monoparentales.

“O pago la comida, el agua y la luz o el alquiler, pero con todo no puedo”, es la frase más repetida por los nuevos usuarios que llaman a la puerta de la entidad benéfica católica. Las fuentes consultadas también advierten sobre la situación de jóvenes de entre 25 y 35 años que viven en la calle y en algunos casos con patologías y adicciones.

Algunas ONG expresan su preocupación por la cronificación de la pobreza.
Algunas ONG expresan su preocupación por la cronificación de la pobreza. Sergio Méndez

Cáritas Diocesana alerta de la gravedad del problema del sinhogarismo en el sur de la Isla y reclama a las administraciones públicas planes operativos para que las familias más necesitadas puedan acceder a una vivienda “digna y adecuada”. La asociación Inclúyeme, que ha repartido en sus tres años de vida más de 4.000 kilos de productos de primera necesidad en la comarca sur, constata que los demandantes de ayuda son cada vez más jóvenes, “sobre todo mujeres con niños”, subraya Alicia Rodríguez, presidenta del colectivo fundado en Los Abrigos. “Ayer mismo, hicimos el reparto y solo nos encontramos una persona de 50 años, el resto era todo gente muy joven”, explica. La asociación transporta las ayudas en coches particulares y confía en contar con alguna ayuda para disponer de un vehículo “baratito y de segunda mano” para continuar con la labor.

Rodríguez achaca la situación actual a los precios y a la precariedad laboral: “Hay personas que tienen un contrato de cuatro horas y trabajan ocho, y eso no les da para pagar el alquiler y la comida”, subraya. La realidad económica y la incertidumbre a medio y largo plazo pasa factura también a las donaciones de particulares y empresas, que se han reducido, con excepciones, a la mínima expresión.

“En nuestro caso, damos las gracias al Banco de Alimentos de Tenerife”, afirma a este periódico Ana Fernández, presidenta de la Asociación Virgen de la Esperanza, de San Isidro, una de las ONG más activas del Sur, que ha detectado un repunte de la cola del hambre desde hace dos meses. La asociación reparte, además de productos no perecederos (arroz, pasta, latas de conserva, galletas…) alimentos frescos (yogures, leche, frutas, verduras..), dirigidos, sobre todo, a familias con menores y a personas enfermas.

Los municipios de mayor población del Sur, Arona, Granadilla y Adeje, registran la mayor demanda de ayudas.
Los municipios de mayor población del Sur, Arona, Granadilla y Adeje, registran la mayor demanda de ayudas. DA

Aunque Virgen de la Esperanza recibe a los usuarios derivados desde los Servicios Sociales del Ayuntamiento de Granadilla de Abona, la asociación se encuentra con casos de personas desesperadas que acuden directamente a su almacén. “Hace unos días llegó una chica embarazada, recién llegada, que no sabía a dónde dirigirse; le dimos una bolsa de productos de emergencia y le informamos dónde tenía que dirigirse”.

Ana Fernández confía en que se prolongue el buen momento turístico en el Sur. “Si va bien, la cola no crecerá mucho más, pero si empiezan a caer las reservas por la inflación en Europa, los hoteles reducirán personal: empezarán por un camarero menos, un recepcionista, una camarera de piso… y la cola volverá a crecer”.

Las ONG coinciden en que quienes peor lo están pasando son las personas con menores o enfermos a su cargo y sitúan las mayores bolsas de pobreza en los tres municipios con mayor población: Granadilla, Adeje y, sobre todo, Arona.

Cruz Roja atiende cada año a más de 7.000 familias en la comarca de Abona (Arona, Granadilla, San Miguel, Vilaflor de Chasna y Arico) y realiza más de 16.000 entregas de productos de primera necesidad y medicamentos. Uno de los proyectos con mayor demanda es la Unidad de Emergencia Social, que, en colaboración con el Ayuntamiento de Arona, reparte desayunos, comidas y cenas a las personas sin techo que malviven en playas, cuevas y locales abandonados en El Fraile, Las Galletas, Los Cristianos y Playa de Las Américas.

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