“Yo no le tengo cariño a ningún negocio: todo es comprable y vendible”

No sé si Pedro González de Chaves Rojo (Los Realejos, 1961), a quien todo el mundo llama Pico Chaves, se va a ofender si digo que es un auténtico gallo tapado entre los empresarios de las islas. ¿Qué dirían ustedes de un hombre que dirige 25 empresas con 500 empleados en Canarias? Realejero de pro, madridista, amigo del presidente regional del PP y ex alcalde de su pueblo, Manuel Domínguez, dice que, por supuesto, lo considera capaz –a Domínguez— de gobernar Canarias en mayo. “Pero no depende de él solamente, sino de que encuentre un buen equipo”, me dice Pedro. Dice también que su afán de superación, e incluso su capacidad para crear riqueza, le viene de un gen de la familia de su madre, los Rojo. Mantiene relaciones con empresas situadas en el panorama internacional, como Indra, por ejemplo, y su mente siempre está buscando cosas. Un día pasó por el edificio de Loewe en Londres, le gustó la decoración navideña de la multinacional española de la moda, la que habían instalado en la fachada del inmueble, y al año siguiente la compró para decorar su sede de Los Realejos. Otra vez pasó por una exposición en Barcelona, le entusiasmó una obra de arte muy complicada de transportar y se la trajo para su despacho. Y allí está. Su nuevo juguete, que ya está empezando a rentar, es una finca ecológica, con cabañas para hotel rural, caballos, cuevas que se utilizan como bodegas, una auténtica maravilla, que incluye una planta fotovoltaica y los mejores aguacates de la zona norte de Tenerife. Pedro es titulado en Empresariales, asesor fiscal y auditor de cuentas. Es miembro del Instituto de Censores Jurados de Cuentas de España.

-Con estas credenciales, ¿quién te tose?
“No lo sé, pero cualquiera con tesón y conocimientos puede lograrlo”.

-¿De qué van tus 25 empresas?
“Nueve despachos de asesoría laboral, fiscal y contable en toda Canarias, carpinterías, peluquería y estética, agricultura, distribución de productos químicos, tematización de piedra artificial, esculturas, intermediación financiera, construcción, seguridad, enseñanza, aguas”.

-¿Y puedes con todo?
“No, pero tengo un buen equipo al lado mío. Sobre todo funciona muy bien la gente joven y preparada. Mi hermano Carlos y mis hijos, los que no están en edad escolar, y mi mujer, me ayudan en esta tarea”.

-Como está Canarias, Pedro, ¿se puede ser empresario de éxito?
“Claro que sí. No hay que ir a lo loco, sino caminar con los pies en el suelo”.

-¿Te has visto apurado alguna vez, porque ves que empieza a caer todo?
“Algunas veces. Pero estar en apuros no significa estar muerto y ese gen del que te hablaba siempre está presente en mí”.

-¿Has pensado en inversiones fuera de las islas?
“Sí, claro que lo he pensado, pero no me motiva mucho porque yo soy canario y prefiero a las islas como campo de actuación”.

-¿Temes a la envidia?
“No, ¿y sabes por qué? Porque si eres una persona cumplidora todo el mundo te respeta. Y ese respeto eclipsa en parte a la envidia. Si cumples, nadie te molesta”.

-Yo te definí antes como un gallo tapado.
“No, no soy ningún gallo, ni tapado ni destapado. Gallo es un apellido y no es el mío. Y tapado, menos todavía. Doy siempre la cara”.

-¿Tus hijos?
“Tengo cinco. Los que están en edad escolar, siguen estudiando. Y los que han terminado están conmigo en cargos de responsabilidad. Lo mismo que mi mujer, Carmen, mi hermano Carlos y varios sobrinos, como te he dicho”.

-¿Te da tiempo para tener aficiones? ¿Y para disfrutar de la vida?
“Sí, como tú, exactamente. Por ejemplo, el Real Madrid y los coches como aficiones. Y disfruto de la vida con las cosas más simples, comiendo en un chiringuito con mi familia”.

-¿Cómo puedo contar un día normal en tu vida?
“Lo resumo: me acuesto temprano y me levanto de madrugada. Tampoco necesito tantas horas de sueño, no creas”.

-¿Cuándo decidiste dedicarte al mundo de la empresa?
“Hace cuarenta años, tenía muy pocos, veinte o así”.

-¿Por qué no te prodigas en fortalecer tu imagen pública?
“Porque no me interesa mi imagen pública, si esa imagen no me da dinero. Además, no me gusta mucho la vida social y he conseguido pasar bastante desapercibido”.

(Puede parecer Pico Chaves un hombre duro, yo creo que no lo es. Pero sí diré que su palabra es ley y que hoy es un hombre con una calculada diversificación de sus riesgos y un conglomerado empresarial absolutamente sólidos. Su teléfono móvil está siempre conectado, incluso de madrugada. Cuando un cliente necesita desahogarse, hacer una consulta fiscal de urgencia o proponerle algo interesante, siempre está disponible. A cualquier hora. Y, claro, para sus clientes todo esto es oro molido).

-¿Sientes cariño especial por algún negocio en concreto?
“No, no le tengo excesivo cariño a mis negocios, en cuanto a conservarlos contra viento y marea; en el mundo empresarial todo es comprable y vendible. Si mantienes un negocio que te da pérdidas, sólo por cariño, estás perdido. En este mundo es preciso ser práctico”.

-Se te ve poco en los actos sociales.
“Soy muy tímido, no me prodigo en los actos sociales. Prefiero ir con mi familia a comer a un chiringuito que asistir a una fiesta de alto copete. En este sentido me siento un poco huraño, sin que esto quiera decir que sea un asocial”.

-Y me han dicho que de pocos amigos.
“Pues te han dicho bien, porque mis amigos son bastante escasos y no porque no quiera tenerlos sino porque mi carácter hace que sea una persona más bien reservada, dedicada a mi familia y a mis negocios. Lo siento, pero soy así”.

-Lo diriges todo desde Los Realejos.
“Bueno, cada negocio tiene su estructura, pero las oficinas diríamos que centrales están en mi pueblo”.

-¿Viajas mucho, en busca de ideas?
“Viajo, pero no mucho. Tampoco soy una persona excesivamente amante de los viajes fuera de Canarias. Se vive muy bien aquí, en casa”.

-Eres un entusiasta de la excelencia. ¿O me equivoco?
“Siempre quiero lo mejor. Y me gusta el rigor, pretendo ser riguroso en todo lo que hago. Es una de mis máximas”.

-Tienes fama de estar continuamente comprando y vendiendo empresas.
“Continuamente, no. Pero sí algunas veces. Yo vendo siempre empresas que van bien, porque las que van mal no les interesan a los compradores. Es una simple cuestión de lógica”.

-De tus viajes, aunque lo hagas con cuentagotas, siempre te traes algo, ¿no?
“Bueno, sí, es verdad. No sé quién te lo ha soplado. Me gusta fijarme mucho en las cosas que me interesan. Por eso mis salidas al exterior son muy detalladas. Si veo algo que me gusta, como decoración, como capricho, o como negocio, procuro hacerme con ello”.

-Llega la Navidad. ¿Tienes sorpresas?
“No lo sé aún, pero sí te diré que la Navidad me encanta”.

-Has sido propietario de uno de los mejores restaurantes de Canarias. Y lo vendiste hace unos meses.
“Por lo que te decía antes, porque iba muy bien y me lo pagaron también muy bien. Pero sigo metido en ese mundo gastronómico, a través de varios restaurantes que abriremos en la finca ecológica y que serán punteros en la gastronomía isleña. Ya los verás”.

-¿Es verdad que comes todos los días en un chiringuito?
“Todos los días no, porque hoy estoy comiendo en Los Limoneros contigo, pero sí con mucha frecuencia”.

-¿Cuál es el secreto de un empresario de éxito?
“Yo pienso que saber organizarse y elegir los colaboradores adecuados. Creo mucho en las nuevas generaciones, que están muy preparadas y, por supuesto, también en la gente contemporánea a mí, que conozco de toda la vida y que aportan a la gestión conocimientos y experiencia. La elección de las personas que te ayudan es fundamental”.

-Me han comentado que tienes entre manos una empresa relacionada con combustibles que será pionera en Canarias.
“Sí, pero no te puedo dar más datos, porque todavía no tenemos la autorización. Cuando llegue el momento te vas a enterar de todos los detalles”.

(A pesar del imperio que Pico Chaves ha creado, no es para nada dado al lucimiento. Es muy claro, habla con naturalidad, sin querer agradar a nadie, sino orgulloso de sí mismo y de su familia. Tiene proyectos que conozco, pero no me deja que los cuente. Su finca ecológica de Los Realejos será pronto un lugar visitado por miles de personas, una especie de parque temático de productos canarios, con unos cultivos espectaculares y una hacienda totalmente autosuficiente: agua propia, energía fotovoltaica, automatización al máximo. Allí se degustarán nuestros vinos, nuestros quesos y un montón de productos de la tierra. Pico no me deja decir que hace años vendió un negocio y ganó ochenta veces lo que había invertido en él. Pero no desea que diga el nombre del negocio para que no parezca un farol).

-¿Hablamos de política?
“Prefiero que no”.

-Pero eres muy amigo de Manolo Domínguez, alcalde que fue de tu pueblo, hoy presidente regional del PP.
“Manolo es un hombre con mucho futuro político y ha sido un gran alcalde de Los Realejos”.

-¿Y dejó el pueblo en buenas manos?
“Por supuesto que sí. Tenía un equipo muy bueno. Y yo siempre valoro el trabajo en equipo. En la política y en la empresa. Sin un buen equipo, ya te lo dije, no funcionan los negocios”.

-Has dicho que en alguna ocasión te has visto apurado. ¿Cómo se sale de una crisis?
“Mira, a lo mejor en un momento determinado te sientes tocado, pero no hundido. Los negocios pueden fluctuar, pero mis empresas están muy diversificadas y no podrían caer todas juntas. Otra cosa es que todos hayamos sido víctimas de las crisis, que se están superando. Esperemos que no nos castiguen esas crisis económicas con nuevas oleadas. Pero cuando te caes tienes que asumirlo y volverlo a intentar. Es ley de vida, les ocurre hasta a las grandes multinacionales”.

-Parece que no podemos dar muchos detalles de tus nuevos proyectos.
“No, de verdad, yo no quiero contar cosas que no se han sustanciado. Dejemos pasar el tiempo, pero te aseguro que para Canarias será algo novedoso y que hay uno sobre todo que irá de acuerdo con los tiempos en que vivimos. Un servicio a la comunidad”.

-Pues mucha suerte.