Canarias registra unos 1.400 cáncer de mama al año, de los más de 11.000 nuevos tumores diagnosticados. El cáncer de mama, seguido del de colon y recto, son los más frecuentemente diagnosticados en mujeres; sumando el 42% del total de tumores en las féminas, según los datos del Registro Poblacional de Cáncer de Canarias de 2021 comunicados por la Consejería de Sanidad. Según la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), en España se diagnosticarán más de 34.000 nuevos casos de cáncer de mama en 2022.
La doctora Josefina Cruz Jurado, oncóloga del Hospital Universitario de Canarias, lleva casi 40 años participando en la investigación, estudio y ensayo clínico de innovadoras moléculas y varios tratamientos revolucionarios para el cáncer de mama, que acercan un poco más la posibilidad de cronificar este tipo de patología. Insiste en “mejorar el diagnóstico precoz”, así como “incidir en la prevención” que hace que se curen la mayoría de las pacientes.
Tras dos años marcados por la COVID, Canarias ha conseguido “recuperar la normalidad” en el tratamiento del cáncer de mama integrando algunas mejoras, que han optimizado la práctica clínica diaria.
Según Josefina Cruz, “hemos conseguido reducir un 50% las visitas presenciales de los pacientes de cáncer de mama a los hospitales. Además, hemos creado un circuito para que las pacientes en tratamiento activo y, sobre todo, aquellas a los que se administra tratamiento oral puedan hacerse las analíticas el día antes de la visita en sus Centros de Salud e intentamos que la mayoría de los controles analíticos sean telefónicos”.
Por tanto, todas estas acciones se traducen en “un aumento de la calidad de vida de pacientes y familiares que evitan así desplazamientos innecesarios y un tiempo de espera en el hospital ajustando las horas de consulta.
Cuestionada por el abordaje para hacer frente al cáncer de mama, Josefina Cruz asegura que, “por un lado, se está intentando mejorar el diagnóstico precoz, que hace que se curen la mayoría de las pacientes, y, en segundo lugar, hay que incidir en la prevención”. En el último Congreso oncológico celebrado en septiembre en París, una de las líneas directrices en Europa es que el diagnóstico de las “mamografías de screening que tenemos instauradas” en todas nuestras comunidades “empiecen a partir de los 40 años” (ahora son de 50 a los 69 años), dado que cada vez hay pacientes más jóvenes con esta enfermedad.
Asimismo, otro propósito importante es “insistir en las medidas de prevención”, adquiriendo una serie de hábitos y estilo de vida que ayuden a “disminuir la posibilidad de que aparezca” un tumor. Los hábitos que tendríamos que promover son el ejercicio físico, “ya que es muy difícil que una mujer con 50 años sedentaria lo adquiera” y, por otro lado, el control del peso, “pues la obesidad es una de las causas que promueven el cáncer, sobre todo en las mujeres postmenopáusicas”.
Asimismo, es importante “seguir la dieta mediterránea y adquirir hábitos saludables de alimentación”, así como “evitar hábitos tóxicos como el tabaco y el alcohol”. Todo esto “tiene un impacto importante” para disminuir la posibilidad de que el tumor aparezca. “Si a eso añadimos el diagnóstico precoz, tener estudios de screening a edades más precoces para aumentar la posibilidad de coger el tumor lo más pequeño posible, y que se disminuyan los tratamientos tóxicos, como son la quimioterapia, ganaríamos mucho en la lucha”, destacó.
Avances
Sobre los avances y novedades en los tratamientos, la oncóloga del HUC señaló que “el cáncer de mama es una patología que tiene diferentes subtipos: los que son hormonosensibles; los que son triples negativos, que hasta ahora solo se abordaban con la quimioterapia, o los que sobrexpresan una proteína llamada HER2, que con las vacunas han mejorado mucho su pronóstico”. Reconoció que en todos estos subtipos “han habido novedades en cuanto a los nuevos tratamientos. En la enfermedad diseminada (que ya no se puede curar) se ha conseguido mejorar el tiempo de tratamiento con estos nuevos fármacos, de forma que la mujer viva más y con mejor calidad. Tanto en enfermedad luminal como en enfermedad triple negativa (más agresiva y de peor pronóstico) se han conseguido también nuevos avances, incluyendo la inmunoterapia, las terapias dirigidas y nuevos anticuerpos hormonales, mientras que para la enfermedad HER2 han aparecido nuevos anticuerpos conjugados que han revolucionado de forma clara la evolución de la enfermedad diseminada, logrando que las pacientes sobrevivan durante más tiempo”.
Lamentó que “tienen un alto coste” y todavía en nuestro país algunos de estos fármacos “no han sido aprobados por las autoridades sanitarias, y no están al alcance de las pacientes, pero esperamos que esto cambie”.
Ensayos
Cruz y su equipo llevan trabajado con los inhibidores de ciclinas, “que ya están instaurados de forma habitual en nuestras pacientes”, y también han investigado en el HUC el fármaco “para la enfermedad HER2+, Trastruzumab deruxtecan, participando en los ensayos clínicos” de este fármaco, que en Europa y Estados Unidos está “aprobado su uso en enfermedad no curables con una mejoría importante de la vida de las pacientes”, pero España todavía no ha autorizado su administración fuera de ensayo clínico.
También en “enfermedades Triple negativa la inmunoterapia ha conseguido mejorar las perspectivas de la quimioterapia en enfermedad localizada y en enfermedad diseminada”, destacó. Y otros nuevos fármacos “como los anticuerpos conjugados o los inhibidores de PARP en Triple negativo también han mejorado las perspectivas de las pacientes con enfermedad diseminada”. Sin embargo, tenemos el mismo hándicap, algunos de estos todavía no están aprobados, con lo cual “nuestras pacientes no pueden acceder de forma libre a estos tratamientos”.
Todos esos nuevos medicamentos que se están “incorporando en cada subtipo de cáncer de mama están ayudado a cronificar (una media de cinco a siete años) y alargar esa mediana de tiempo que la enfermedad puede convivir con la paciente”.
Pero para no llegar a esa situación “hay que concienciar a la población y al sistema que hemos de potenciar diagnóstico precoz y la prevención”. “Cuando el cáncer ya es metastásico, no es curable, y todos los esfuerzos son para que se cronifique todo el tiempo posible”, finalizó.