Corea del Norte ha disparado un misil sin identificar al mar de Japón, el quinto en los últimos diez días. El de este martes es el que ha recorrido una mayor distancia hasta la fecha, de 4.500 kilómetros, con una altura máxima cercana a los 940.
El ministro de Defensa nipón, Yasukazu Hamada, ha confirmado que no ha habido daños en barcos o aeronaves en la zona de impacto del proyectil, a unos 3.200 kilómetros al este del archipiélago.
El lanzamiento de Pionyang, llevado a cabo en la provincia de Jagang, ha obligado a Defensa a activar el sistema de alerta civil en la zona, recomendando a la población que buscara refugio.
Hamada ha explicado que no ha decidido emplear el escudo antimisiles “con el objetivo de mantener la seguridad de la población” tras analizar la trayectoria del misil y calcular que no iba a caer en territorio nacional.
El acto de Kim Jong-un, “temerario”
La reacción de Estados Unidos ha sido inmediata. Washington ha condenado el “peligroso y temerario” ejercicio del régimen de Kim Jong-un, una acción que ha calificado como “desestabilizadora” y que ignora las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU.
“Estados Unidos condena con fuerza la decisión peligrosa y temeraria de Corea del Norte de lanzar un misil balístico de largo alcance sobre Japón”, ha informado en un comunicado la portavoz del Consejo de Seguridad Nacional, Adrienne Watson.
Watson ya indicaba en ese comunicado que el asesor de seguridad nacional del presidente Joe Biden, Jake Sullivan, se había puesto en contacto con con sus homólogos japonés y surcoreano para abordar una respuesta internacional.
El secretario de Estado, Antony Blinken, también ha mantenido conversaciones telefónicas con los ministros de exteriores de ambos países, a quienes ha trasladado que el lanzamiento ha supuesto “una amenaza inaceptable al pueblo japonés”.
Los acuerdos no han tardado en producirse: Estados Unidos y Japón han pactado fortalecer la capacidad disuasoria y de respuesta militar de su alianza.
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