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Adiós al ‘loco de la colina’, el genio de la pausa

El periodista Jesús Quintero, creador de un estilo que revolucionó la radio y la televisión en las décadas de los 80 y 90, falleció ayer a los 82 años en una residencia de Ubrique (Cádiz)
Adiós al ‘loco de la colina’, el genio de la pausa
Adiós al ‘loco de la colina’, el genio de la pausa. E.E.

La colina, aquella atalaya de reflexiones vitales, preguntas inimaginables y silencios eternos que conquistó la radio española en las madrugadas de los años 80, ha perdido para siempre a su comunicador más célebre. Jesús Quintero falleció el lunes a los 82 años mientras dormía la siesta en la Residencia Nuestra Señora de los Remedios, en la localidad gaditana de Ubrique, donde permanecía ingresado desde principios de septiembre. Sufría una afección respiratoria.

“Realmente estoy dispuesto a morir convencido de mis ideas porque soy un loco libre; moriré de pie antes que arrodillado por culpa de una sociedad que me dice a qué hora debo desayunar, con quién acostarme y cuántas veces debo hacer el amor. Mi libertad me la quedo yo”, proclamó en uno de sus monólogos ante el micrófono que hoy cobran un valor especial.

El loco de la colina creó escuela en radio y televisión con un estilo alejado de los convencionalismos y un exquisito cuidado en la ambientación de sus programas: la música, las palabras, los efectos, los silencios…

El comunicador, nacido en San Juan del Puerto (Huelva), uno de los entrevistadores más reconocidos del país, ganó más de 200 galardones a lo largo de su trayectoria profesional, entre ellos dos Premios Ondas, una Antena de Oro, la Medalla de Andalucía y el premio de Periodismo Rey de España.

Sus reflexiones apelaban al sentido común. “Todos nuestros problemas comienzan cuando nos olvidamos de la verdad más elemental: cuando creemos que cualquier cosa es más importante que vivir. Cualquiera está dispuesto a amargarse la vida por conseguir metas que no le van a ayudar a vivir más”, sentenció en uno de sus programas.

En una de sus últimas entrevistas, publicada el año pasado por Vanity Fair, el periodista onubense reconocía que el dinero “siempre le ha quemado las manos” y habló de sus deudas y de sus problemas físicos y mentales. Confesó que encadenó varias depresiones: “Tuve que tomar litio para entrevistar a Alfonso Guerra en la Moncloa, estaba en el suelo, con una gran depresión, pero no quería anular la entrevista. Él no lo supo”. Jesús Quintero lamentaba vivir en una época “donde todo es superficial, frívolo, elemental y primario”, aunque trataba de hacer frente a semejante panorama aplicando una filosofía que aprendió con el tiempo: “Quiero vivir como si no tuviera nada que perder, como si cada día fuera el último; cuando a uno le da igual perderlo todo, desaparecen los miedos, las cadenas, las ataduras, los compromisos y la timidez. Cuando uno está dispuesto a perderlo todo, empieza a estar en condiciones de ganarlo todo”.

La muerte de uno de los iconos de la comunicación en España ha generado un aluvión de reacciones. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, recordó al periodista como “un referente de la televisión por su personalidad, sus magníficas entrevistas y su forma de entender la comunicación”.

Por su parte, el presidente andaluz, Juanma Moreno, se refirió a él como el periodista que “elevó el género de la entrevista con el dominio de la palabra, los silencios y un estilo propio”. En las redes circulaba anoche una frase que despertaba un sentimiento unánime: “Nunca hubo un loco tan cuerdo”.

El Shine on you crazy diamond de Pink Floyd, que nos ponía cada noche a los pies de la colina, ya nunca sonará igual sin la respiración y las caladas del loco, pero sus pensamientos seguirán ahí como un eco perpetuo para recordarnos, por ejemplo, que “por miedo nos negamos a caminar, a cambiar, a descubrir nuevos caminos y nuevos horizontes; por miedo nos conformamos con la mediocridad y con la rutina: por miedo no nos atrevemos a ser nosotros”.

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