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Santiago Sesé: “No podemos convertir Canarias en una república bananera”

Los empresarios quieren más seguridad jurídica para invertir en las Islas
Santiago Sesé, pesidente de la Cámara de Comercio de Santa Cruz de Tenerife. Fran Pallero
Santiago Sesé, pesidente de la Cámara de Comercio de Santa Cruz de Tenerife. Fran Pallero

Los empresarios, en este caso a través de la Cámara de Comercio, han querido lanzar un mensaje claro y contundente. Quieren más seguridad jurídica para invertir en las Islas y que la Administración acabe con la burocracia. Es casi una petición de auxilio que el presidente de la Cámara explica en una entrevista con DIARIO DE AVISOS.

-¿Cuál ha sido el detonante? ¿Qué ha pasado para que ahora den un puñetazo en la mesa?
“Pues mire, que los empresarios ya no solo estamos cansados, sino muy preocupados por la desidia en los tiempos de respuesta a las inversiones en la Isla. Existe entre el sector empresarial un desánimo y una impotencia que no para de crecer. La burocracia se ha convertido en un cuello de botella que impide avanzar al Archipiélago. Lo hemos hablado ya en varias ocasiones con las administraciones, pero este problema, ya estructural, no se soluciona y, por eso, creo que ya era hora de alzar la voz”.

-¿Esto es por lo que ha sucedido con Cuna del Alma?
“No me refiero solo a proyectos privados que se han quedado a las puertas y cuyos inversores se han marchado cansados y agotados, sino a infraestructuras estratégicas públicas que están atascadas y deterioradas. Ahí tenemos pendientes carreteras y puertos. Son obras clave para la economía de la Isla y no se ejecutan, y tampoco se da una razón clara de porqué no se hacen. Pero es que, además, existe un problema añadido. Y es que no hay coordinación entre las administraciones. ¿Como puede ser que una Administración de un permiso y otra lo deniegue, cuando el proyecto ya se está haciendo? ¿Sabe la pérdida de credibilidad y la imagen que damos al exterior? Es una vergüenza. Se nos llena la boca presumiendo de nuestro diferencial fiscal y económico, pero después tenemos al inversor atascado en papeleos”.

-¿Qué piden?
“No se trata de no respetar las normativas de todo tipo, incluidas las medioambientales, ni de saltarse los plazos previstos. Se trata de que los trámites sean razonables y operativos para que cualquier proyecto de inversión pueda contar con su aprobación, o no, desde sus primeras solicitudes de autorización y que, además, cuenten con la seguridad jurídica del conjunto de administraciones con competencias en su trámite. Queremos una Administración valiente, y si un proyecto por las razones que sea no conviene o no interesa a Canarias, pues que lo diga en un tiempo prudencial, pero que no ahogue al empresario en un papeleo absurdo. Lo que no puede ser es que tú digas que se puede hacer el proyecto y cuando el empresario ya se ha gastado el dinero, le dices que no. La imagen que estamos dando es nefasta. No podemos convertir Canarias en una república bananera. No estamos pidiendo más hoteles o más infraestructuras, sino que se defina lo que se puede hacer y lo que no, y que se diga en unos plazos razonables. Nada más. Para saber a qué atenernos”.

-¿Cuánto puede estar perdiendo Canarias?
“Es difícil de cuantificar. Pero si hubiéramos tenido el gas desde hace ocho años, ¿cuánto podríamos habernos ahorrado? Si estuviera el Puerto de Fonsalía, ¿cuánto podríamos estar ahorrando en sostenibilidad? La desidia nos hace perder en competitividad”.

-¿Conoce proyectos y empresarios que hayan desistido de invertir en Canarias?
“Por desgracia, sí. El más reciente es un proyecto de construcción de un geriátrico con una inversión de más de 200 millones. Lleva dos años presentando papeles. Nosotros no somos el ombligo del mundo. No podemos trabajar y, créame, es frustrante que ante una situación de desaceleración como la actual el sector privado no avance”.

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