El pasado viernes se armó la marimorena en el Antonio Yeoward de la Longuera en el partido de la juvenil Preferente que disputaron el Longuera B y el Laguna B. El choque transcurría por el minuto 20 con 1-0 para los locales cuando el partido ya no se jugó más tras retirada del Laguna B por graves insultos racistas a uno de sus futbolistas por parte de un pequeño grupo de jóvenes aficionados. A pesar de que el colegiado quería seguir con el partido, el cuadro lagunero se negó en rotundo a seguir jugando. Camino a los vestuarios, los jugadores visitantes fueron insultados y amenazados por dicho grupo de seguidores que también los intentó agredir. Lo sorprendente es que uno de esos aficionados portaba una pistola eléctrica que la utilizó contra las vallas del terreno de juego. En un principio se personaron cuatro miembros de la Policía Local pero ante lo dantesco de la situación fue requerida la Policía Nacional que ordenó el desalojo del recinto deportivo. El Longuera por su parte denuncia una agresión a su tesorera por parte de una aficionada del Laguna B, presentado denuncia y parte de lesiones. Ambos clubes, a través de sus redes sociales, enviaron sendos comunicados sobre lo acontecido en la noche del viernes. En el del Laguna, el punto con mayor impacto es que sus equipos no volverán a jugar en ese campo, aunque pierdan los tres puntos o se estén jugando un ascenso.
Versión del Laguna
El entrenador del juvenil lagunero, David Castro, vivió los tristes acontecimientos en primera persona junto a sus jugadores. “Empezó el partido y los aficionados de ellos están justo colocados detrás de los banquillos visitantes. Desde ahí hasta la esquina estaba la grada repleta de chicos jóvenes fumando porros. Nada más empezar el partido nos insultan, nos amenazan, escupen a los jugadores nuestros que pasan por la banda, y en un momento del partido uno de nuestros jugadores hace una entrada dura a un jugador del Longuera, el árbitro lo expulsa, y en ese momento saltan gente de la grada e invaden el campo. El árbitro sale corriendo al banquillo de ellos y les dice que no va a permitir más insultos racistas y que de volverse a repetir suspende el partido. Me quedo sorprendido porque yo no oigo ningún insulto racista, llamo el árbitro y le digo que si iba a seguir consintiendo que nos siguieran escupiendo, amenazando y el me responde que no puede hacer nada porque es la grada y ahí no puede actuar. Después le digo si había oído algún insulto racista y me dice que sí, que a un jugador del Laguna que es negro lo habían llamado mono. Entonces le dije si se iba a seguir jugando el partido después de los insultos racistas, se quedó sorprendido como que no sabía que decirme, y fue decisión mía la de no seguir jugando y abandono el terreno de juego con mis jugadores. Empezamos a abandonar el campo y cuando ya estamos llegando a zona de vestuario, me viro para atrás y compruebo que aficionados de la grada nos están persiguiendo. Aceleramos el paso y nos metemos en la zona de los padres y ahí cierran la valla para que los aficionados no puedan acceder. Cuando procedemos a bajar a los vestuarios esa valla que dividía la zona de aficionados a la zona de las casetas estaba repleta de aficionados del Longuera, y de repente empiezo a oír ruidos eléctricos con un sonido ensordecedor. Me alongo para ver lo que ocurría y veo a un chico con una pistola eléctrica haciendo descargas en la valla. Cuando logramos entrar en la caseta mis jugadores estaban muy nerviosos, llorando y con ataques de ansiedad. La verdad es que pasamos muchísimo miedo”.
Versión del Longuera
El presidente del Longuera Toscal y vicepresidente de la Federación Tinerfeña de Fútbol, Alfonso Fernández, dio su versión de los hechos a DIARIO DE AVISOS de lo ocurrido en el estadio Antonio Yeoward.
“Transcurría el minuto 20 cuando es expulsado un jugador del Laguna. En una esquina del fondo del campo había un grupo de chicos jóvenes revoltosos y por lo que me comentan alguno profirió un insulto racista a un jugador del Laguna. Ellos toman la decisión de abandonar el campo pese a que el árbitro estaba por la labor de que continuara. Una vez que se dirigen a la caseta y entran en la misma, es cuando un señor se acerca a la taquilla en la que está nuestra tesorera vendiendo unas rifas, se acerca a ella de malos modos para que le devolvieran los dos euros de la rifa. Pero aparece por detrás una chica que por lo visto es la pareja de este señor y agrede a nuestra tesorera en su rostro. Ella llama a la Policía, llega una dotación de Policía Local, se les explica la situación. Un poco después llegan dos dotaciones de la Policía Nacional que dan con la agresora y le cogen declaración. A nuestra directiva le dicen que acuda al centro de salud y que luego haga la pertinente denuncia en la Comisaría. El Laguna baja a la caseta y no hay ninguna agresión física. Lo que hablan de la pistola eléctrica yo no lo vi. Si alguien del Laguna vio esa pistola estaba la policía, lo que me pregunto es porque no lo denunciaron. Me sorprende que un club de esa categoría como es el Laguna me parece absurdo cuando no ocurrió nada. Me da la sensación que lo que pretenden es tapar la agresión que si hubo contra nuestra tesorera”.
Por otra parte, la Federación Tinerfeña de Fútbol envió un comunicado en la tarde de ayer lamentando, rechazando y denunciando lo ocurrido en el partido entre el Longuera B y el Laguna B. El ente federativo está investigando los hechos al objeto de depurar las responsabilidades pertinentes.
Por último reseñar que el acta arbitral es un misterio porque hasta la tarde de ayer ninguno de los clubes la había recibido.
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