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La carta más personal de Hilda al cáncer: “Ojalá se recuerde mi sonrisa”

La tinerfeña, que desde hace años lidia una dura batalla contra la enfermedad, ha querido abrirse en canal en sus redes sociales
La carta más personal de Hilda al cáncer: "Ojalá se recuerde mi sonrisa"

Hilda Siverio, la tinerfeña que desde hace años lidia una dura batalla contra el cáncer, ha querido abrirse en canal en sus redes sociales escribiendo una de sus cartas más personales.

Con más de 275.000 seguidores en Instagram, la canaria anima diariamente a todos los que, como ella, se enfrentan cada día a los retos de esta dura enfermedad, que no solo perjudica al afectado, sino a todo su entorno.

La “carta a mi cáncer”, compartida durante el día de ayer en la citada red social, suma más de 38.000 me gusta y numerosos comentarios de apoyo que agradecen la visibilidad y naturalidad que otorga Hilda a las víctimas del cáncer.

A continuación, compartimos la misiva completa:

Carta a mi cáncer:

Llegaste a mi vida como un ciclón, intentaste borrar todo lo bueno que tenía en ella, llegaste para llenarme de dolor, para que mi tiempo se detuviera y se volviera lento y a la vez un suspiro, llegaste para llenar mi espacio de lágrimas, de dolor, que equivocado estabas conmigo, viniste como una brisa, en forma de tempestad, gris y oscura para apagar mis días de Luz.

Llegaste queriendo llenar mi mente de miedos y arrebatar mi sonrisa, me enseñaste con una gran cachetada lo dura que es la vida, me enseñaste que mi pasaje en este viaje llamado vida no tenía fecha de llegada. Es más, no me diste ni tiempo a saber que estaba de viaje. Viniste y me has enseñado tanto, que ya sé. Que no me importa, quizás porque aprendí que ya la vida no son plazos, ni ciclos, ni espacios, son momentos únicos e irrepetibles. Y yo te grito que te doy las gracias por enseñarme que esa es la única realidad de la vida. Que aquí nadie es eterno, que lo único seguro es que naces para morir y yo te he enseñado cómo he querido convivir contigo.

Mi humor apaga tú fuerza, el coraje de levantarme pisando fuerte para recordarte que sigo viendo la vida tan bonita. Sé que cuanto más río, más débil eres para mí. Cuánto más vivo cada día, más mueres tú en mí. Me enseñaste que la dueña de mi cuerpo soy yo y es tan bonito ver la vida así…

Me mandas dolor y yo seguiré regalándote sonrisas. Te he dado algo que no esperabas y es no luchar contra ti, sino darte las gracias por este milagro diario. He vivido tan bonito: amar y ser correspondida. Ojalá no se olvide el recuerdo de mi sonrisa…

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