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Valbuena: “Tendremos que volcarnos con aquellas personas que tienen menos capacidad para ofrecerles ayudas”

Para el consejero de Transición Ecológica, la Agencia de Cambio Climático será “el verdadero punto de inflexión” y con una importancia tal como el Servicio Canario de la Salud o la Agencia Tributaria Canaria
José Antonio Valbuena Alonso
José Antonio Valbuena Alonso, consejero de Transición Ecológica, Lucha contra el Cambio Climático y Planificación. / Fran Pallero

Después de un larguísimo trabajo se aprobó la Ley Canaria de Cambio Climático y Transición Energética que, entre otros objetivos, fija la descarbonización de las Islas en 2040 y regula las medidas encaminadas a la mitigación y adaptación al cambio climático, reduciendo y limitando los riesgos y la vulnerabilidad ante los efectos derivados. La Ley, estructurada en un título preliminar y cinco títulos, consta de 90 artículos, tres disposiciones adicionales, tres transitorias, una derogatoria y ocho finales. El texto propone la creación de órganos de gestión y de coordinación que garanticen su aplicación y el desarrollo de su articulado, como la Agencia de Cambio Climático, que para el consejero de Transición Ecológica, Lucha contra Cambio Climático y Planificación territorial, José Antonio Valbuena, será “el verdadero punto de inflexión” y con una importancia tal como el Servicio Canario de la Salud o la Agencia Tributaria Canaria.

-Nació una de las Leyes más esperadas de la legislatura ¿Se ha quitado de encima una responsabilidad?
“La verdad es que así es y se puede considerar que ha tenido un parto largo y doloroso. No es una ley sencilla, la Administración no puede quedarse en una actitud pasiva, sino que debe tener una actitud activa importante. Ahora queda aplicarla, para ello habrá que trabajar mucho y empezar a cumplir lo que mandata”.

-¿En qué afectará esta nueva Ley de Cambio Climático y Transición Energética a los canarios?
“La Ley es compleja porque afecta a todos los miembros que componen la sociedad canaria. Evidentemente dependiendo del papel que cada uno esté desempeñando dentro de la sociedad, los efectos pueden ser mayores o menores. Es decir, la persona que vive en su casa y sale cada mañana a su trabajo empezará a ver cómo habrá mayor presencia de vehículos y medios de transporte no contaminantes, en su casa verá sistemas eléctricos no contaminantes, en los establecimientos observará cómo aquellos productos que estén alineados con la economía circular serán más predominantes, y verá un mayor compromiso en su entorno alineado en la lucha contra el cambio climático. En cuanto a las instituciones empezará a ver como algunos sistemas y planes generales se irán adaptando para hacer frente y mitigar las consecuencias del cambio climático, sobre todo en las costas. Si hablamos de los responsables de una mediana empresa, tendrán que empezar a hacer un plan de adaptación climática que le marque lo que debe hacer de aquí al 2040 para acometer la adaptación de su empresa. Y si hablamos de investigadores, empezará a ver todo ese volumen de información que hay sobre las variables para hacer un diagnóstico certero de los efectos del clima en Canarias, cada vez habrá más transparencia, y nos permitirá llegar a saber cuando tengamos el registro de carbono, cuál es la huella canaria real en el planeta, cuáles son nuestros focos emisores y nuestra capacidad de absorción”.

b“El verdadero punto de inflexión pertenecerá a la creación de la Agencia Canaria de Cambio Climático, que está llamada a hacer un organismo tan importante como la Agencia Tributaria Canaria o incluso el Servicio Canario de Salud, pues en torno a ella pivotarán todas las acciones vinculadas con el cambio climático: el asesoramiento a una empresa, el acompañamiento al sector primario a la hora de tramitar y definir las ayudas o en sus acciones climáticas a la hora de adaptarse y cómo hacerlo mejor. Además, podrá sancionar a aquellos que no se tomen en serio el cambio climático. Ahora es una ley, que parece normal, pero el papel protagonista de la Administración pública es importante al ser los que hace los planes, las estrategias, las medidas que pueden aprobarse en los próximos años. Tendremos una hoja de ruta marcada y empezaremos a ver por qué se hacen estas medidas. Todas las administraciones públicas deberán firmar contratos verdes, acuerdos que garanticen que cuando se encienda una luz o se arranque un ordenador la electricidad que se consuma no genere gases de efecto invernadero, que obligará a cambiar su flota de vehículos en un tiempo determinado. Estamos hablando de unos retos a medio y largo plazo y, a medida que pase el tiempo, se irán notando cada vez más”.

-La percepción de algunos empresarios, gestores de administración y de la ciudadanía es que nos endosarán una mayor burocracia y coste económico, un esfuerzo que no se verá recompensado a corto plazo
“Hay que pensar, en términos del coste de oportunidad, en las pérdidas económicas que vamos a evitar. Si no hacemos nada, únicamente por el aumento del nivel del mar, tendremos unas pérdidas del 12% del PIB; por lo tanto, está contrastado que la inversión que hay que poner sobre la mesa ahora para hacer frente al cambio climático va a ser inferior a las perdidas que vamos a tener, y después a las ayudas que hay que poner para asumir esas pérdidas. Estamos en una situación de cambio climático que a nivel global exige inversión. Si empezamos a tomar medidas dentro de 15 años, el volumen de inversión que tendríamos que hacer sería muy superior. También hay que tener una atención especial a aquellas personas de la sociedad que menos capacidad tienen y ahí las administraciones tendremos que volcarnos para ofrecer y desarrollar todas las ayudas posibles. Lo que está claro es que si no hacemos nada, el problema que tendremos en la segunda mitad de este siglo será mayúsculo. Por lo menos ahora con lo que se ha planteado sabemos que podemos reducir ese problema, su magnitud y los efectos que genere. Algunos piensan en el futuro inmediato, el año que viene, y nosotros pensamos a largo plazo y qué es lo que pasará en Canarias en 2040, 2050 o 2060 porque es nuestra responsabilidad y es el reto que tenemos como generación”.

-¿Contiene medidas para la mitigación y adaptación a los efectos del cambio climático?
“Exactamente, esos son los objetivos que a partir de ahora se van a concretar de forma detallada en las estrategias y los planes, de manera que se marcarán a 10 años, con la vista puesta en 2040 para lograr una reducción de los gases de efecto invernadero en Canarias, y otras estrategias marcadas por objetivos definidos, de manera que podamos ver de un modo continuado si el camino que vamos trazando es correcto o incorrecto. Será un ejercicio permanente de ir planteando acciones y de ir corrigiéndolas si no logran los objetivos. Insisto en que ahora se ha aprobado esta ley y la parte difícil será arrancarla, pero seguidamente el nivel de complejidad bajará, no así el de intensidad en las acciones, y ahí tendremos que seguir”.

-La ley canaria se diferencia respecto a otras en su ambición.
“La Ley Canaria de Cambio Climático y Transición Energética destaca porque a sus instrumentos de desarrollo más importantes, que son las estrategias y los planes, les da un carácter de obligado cumplimiento o tendrán sus correspondientes responsabilidades, mientras en otros lugares no pasan de meras recomendaciones. La ley fija obligaciones en materia educativa para que en cualquier nivel de la enseñanza se puedan conocer contenidos de cambio climático, además fija obligaciones en materia de vigilancia de la salud y de aquellas enfermedades vinculadas con el cambio climático. También establece mecanismos de participación obligatoria por parte de la sociedad y la ciudadanía, y da obligaciones claras a las administraciones en tareas de mitigación. En definitiva, es una ley que abarca todos los campos que pueden afectar a la sociedad. Se establecen unos objetivos claros y se fija un plazo en 2040 que ninguna administración en España ha marcado para cambiar su economía. Es una Ley muy ambiciosa, como el reto que tenemos a nivel global, el mayor que jamás se haya puesto a la población del planeta en su totalidad. Eso requiere sacrificio y esfuerzo pero tenemos que llegar. El aumento de la temperatura, el deshielo de los polos, el incremento del nivel del mar, etc. no están sujetos a negociación, y a medida que tomemos acciones, se pedirán más esfuerzos y sacrificios. Es hora de que empecemos de manera rápida y nos pongamos una meta ambiciosa o no vamos a ganar”.

-El texto ha tenido la implicación de técnicos y científicos.
“Si hay una acción política en la que tenemos que dejarnos llevar por los científicos es en la del medio ambiente. Aquí tenemos una ciencia exacta vinculada a la acción climática que nos dice lo que debemos hacer, cómo debemos hacerlo y nos propone medidas y recomendaciones de la comunidad científica que nos exige mayor grado de profundidad. Tenemos dos universidades públicas en Canarias, e incluso la propia ley consolida que hay que garantizar unos fondos mínimos para la investigación en materia climática. El nivel de conocimiento que tenemos en Canarias con respecto al cambio climático y sus efectos es único a nivel mundial. Por ejemplo, a nivel global solo se analiza el incremento del nivel medio del mar en unas cuadrículas de 100×100 km, mientras nosotros analizamos con una lupa 1.600 veces superior, lo que nos ha dado datos contundentes. Otro ejemplo es financiar de manera importante grupos de investigación en Canarias. Tener buenos datos es muy importante para poder concretar los problemas y las soluciones, y nos permitirá ser más certeros en las medidas en función de sus propuestas”.

-También ha sido la más participada de la historia.
“Es muy importante, porque tiene una doble lectura. Ha sido la más participada y, por tanto, será de las leyes más fiscalizadas y eso nos obligará a las Administraciones. Si la ciudadanía ve que no se cumple, lo denunciará, teniendo en cuenta que es una ley de largo recorrido y que sus efectos no se van a notar a corto plazo. Además, la ciudadanía debe saber el papel que ocupa, y tener la garantía de que acepte como propia la Ley y las medidas que se proponen. La participación publica la vemos como un aval al texto, pese a que no contentará las ambiciones de todos”.

-Por último, nos centramos en las propuestas aprobadas por los partidos políticos en el Parlamento de Canarias. ¿Está decepcionado con la postura de la oposición respecto a esta Ley?
“Hay tres grupos en la oposición y las propuestas que se han presentado para mejorar el texto se han tenido en consideración. Tengo que hacer un reconocimiento expreso a Coalición Canaria, que actuó de manera responsable y ha hecho una mejora importante en la redacción del articulado de la Ley, por ejemplo, conectando que tiene que tener una vocación pública en el sistema de gestión de las energías renovables, o el apoyo de la Administración pública al sector primario. Sin embargo tanto el grupo Mixto (Cs) como el grupo Popular han tenido una actitud negacionista y lo que querían era descafeinar bastante la ley. El PP con sus enmiendas prácticamente se cargaba la normativa. Ya Manuel Domínguez ha dicho que si es elegido presidente, derogará la Ley, no ha dicho que modificaría o retocaría algunos aspectos, lo que lo alinea con una actitud negacionista y muestra el verdadero objetivo de su grupo en la ponencia técnica, que fue dilatar de manera innecesaria el debate para que no se aprobara la Ley del cambio climático en este mandato. El Greenwashing (lavado verde, parecer ecológico cuando no lo es) lo delata”.

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