tribuna

En el adiós a Serrat

Recientemente, Serrat tuvo el gesto de invitarme a su último concierto en Madrid, dentro de la gira de despedida a su carrera profesional que ha hecho bajo el título de El Vicio de Cantar. 1965-2022. Fue una noche cargada de emoción y al final salimos del WiZinc Center con la sensación de que habíamos adquirido una gran deuda que nos iba a costar mucho poder saldar. Cómo poder pagarle a Serrat todo aquello que nos había dado, a lo largo de más de medio siglo, donde de alguna manera, había diseñado nuestra forma de vivir, nuestra manera de emocionarnos, nuestro modo de expresarnos… Fue entonces cuando se me ocurrió recuperar un texto que escribí hace 15 años en un libro en el que bajo el título de Tributo a Serrat, gente de la cultura narraba sus recuerdos y la influencia que Serrat y su obra había dejado en cada uno de ellos. Es lo que hoy, como homenaje a la despedida del cantautor catalán, pongo al alcance de los lectores de DIARIO DE AVISOS.

EL MEJOR DE LOS GRANDES PESOS

Desde pequeño he sido un gran aficionado al boxeo, deporte que hay que comprender en su esencia para disfrutarlo de verdad. Siendo más vivo, ágil y espectacular cuando es practicado por los pesos pequeños, es mucho más difícil y apasionante cuando lo practican los pesos pesados. En los grandes pesos es importantísimo cómo se desenvuelve el boxeador en el “cuerpo a cuerpo”. Es una situación en la que apenas hay espacio para poder proyectar el golpe. Hay que inventarse la trayectoria y sacar una velocidad impropia de gente de ese peso. Y ahí es donde aparecen los grandes campeones (salvo Muhammad Alí, que era de otro planeta).

Este preámbulo me sirve para poder manifestar, con total convicción, que Serrat es el mejor de los “grandes pesos” de la música. En el “cuerpo a cuerpo” es insuperable. Te las gana todas. Es, de por sí, brillante. Sabe ser afable y entregado, siendo a la vez frío y calculador por si te tiene que asestar el golpe definitivo. Sabe elegir el momento, manejar el silencio, la metáfora inesperada, la ironía… Sabe arrancarte la sonrisa en los momentos difíciles. No da una por perdida y le apasiona el más difícil todavía.

Solamente alguien como él, es capaz de reivindicar su origen como justificándose…: “Qué le voy a hacer si yo / nací en el Mediterráneo” y de poner a un país camino del diccionario, para enterarse de qué era aquello a lo que llevaba tanto tiempo cantando que le iba a dar amarillo…la genista. Solamente alguien como él, es capaz de ponerle música a una instancia como la que dirigió “A quién corresponda”.

Recientemente, el exvicepresidente de Estados Unidos Al Gore nos presentaba un excelente documental sobre el trágico futuro que le espera a nuestro planeta. Evidentemente nadie le contó a Gore, que hace más de 30 años, Joan Manuel ya dijo aquello de: “Pare, / que están matant la terra. / Pare, / deixeu de plorar, / que ens han declarat la guerra”. Y que hace más de 25, nos decía: “Que el mar está agonizando, / que no hay quién confíe en su hermano, / que la tierra cayó en manos / de unos locos con carnet.” Quien quiera conocer la historia de 40 años de este país, solo tiene que leer atentamente la letra del “Romance de Curro el Palmo”. Aunque parezca mentira, ahí está todo.

La obra de Serrat está repleta de frases geniales incrustadas en los textos de sus canciones: “Nunca es triste la verdad, / lo que no tiene es remedio”… “Fue sin querer… / es caprichoso el azar. / No te busqué / ni me viniste a buscar. / Tú estabas donde / no tenías que estar; / y yo pasé, / pasé sin querer pasar.” ¿Se han parado a pensar, lo difícil que es colocar en el texto de una canción la frase de: “Por cierto, al techo no le iría nada mal / una mano de pintura”?

Pero en el “cuerpo a cuerpo” es donde es insuperable. En las distancias cortas, como los legendarios campeones de los “Grandes Pesos”. Sabiendo golpear, sin apenas espacio, sorprendiendo al rival, para a continuación salir del “clinch”. Presencié una actuación suya en un teatro de México. Iba a cantar una canción mejicana y para presentarla dijo algo así: “De esta canción, que es de ustedes, existen infinidad de versiones, posiblemente de mayor calidad que la mía. Pero yo les garantizo que ninguna está hecha con tanto cariño cómo con el que yo la voy a hacer. De José Alfredo Jiménez, “Un mundo raro”. Yo pensé: ¡qué listo! Aquello era un “gancho” al hígado que haría que se le aflojaran las piernas a todos los rivales que habían osado versionar aquella canción. Y antes de empezar a cantarla, ya se había adjudicado el asalto.

Cuando cesaron a Jorge Valdano como entrenador del Real Madrid, un grupo de amigos le organizamos una cena. Allí estábamos Miguel Ríos, Serrat, Víctor Manuel, Sabina y yo, entre otros muchos que también querían mostrarle su cariño al argentino. A los postres, sin previo aviso, alguien sacó una guitarra. Sabina y yo protestamos tímidamente, ya que nos parecía que el protagonista de la noche era Valdano; y aparte, podía darse la circunstancia, de que a los músicos que allí estábamos, no les tenía por qué apetecer ponerse a cantar en aquél momento. Vamos, que nos parecía un atraco. En ese momento, El Nano dijo: “No hay problema” y cogió la guitarra y se puso a cantar, mientras Sabina y yo besábamos la lona tras recibir aquél directo al mentón. ¡Impresionante! Se había deshecho de dos contrincantes sin apenas despeinarse. El de Úbeda y yo, quisimos remontar aquél combate e intentamos cantar alguna canción, procurando que fueran de las que no se supiese Juanito. Fue imposible, en cuanto comenzábamos, nos arrebataba la guitarra y terminaba cantándolas mucho mejor que nosotros, con lo que Sabina y yo volvíamos a caer a la lona, necesitando más de una vez la cuenta de protección.

No recuerdo bien, si el resultado de aquella noche fue: victoria por “KO” o por “superioridad manifiesta”.

Reflexionando sobre todo esto, uno llega a la conclusión de que si Serrat no existiera, habría que inventarlo. Pero…eso sería tan difícil… Para inventarse un “campeón” así, hay que tener mucho talento, casi tanto como el que tiene él. Y eso no es fácil, no se olviden que es…El mejor de los grandes pesos.

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