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El hombre que mató a su tía en La Laguna y vivió con el cadáver: “Lo hice porque insultó a mi novia”

Martín vivía en la azotea de su tía después de haber sido expulsado de su propia casa por su madre tras haberla agredido
El hombre que mató a su tía en La Laguna y vivió con el cadáver: "Lo hice porque insultó a mi novia"

El hombre acusado de matar a su tía de 82 años en La Laguna ha admitido hoy su culpabilidad, tal y como ha hecho desde el momento en el que fue detenido, aunque indica que lo hizo porque la mujer insultó tanto a su novia fallecida como a su madre y a él mismo.

La Audiencia Provincial ha iniciado este lunes el juicio con jurado en el que se intentará aclarar si en realidad se trató de un asesinato y, por lo tanto lo llevó a cabo sin que la anciana se pudiera defender, como mantiene la Fiscalía, o por el contrario que es un homicidio porque todo ocurrió de forma imprevista.

En el primer caso el Ministerio Publico pide 25 años de cárcel y en el segundo un máximo de diez.

Martín vivía en la azotea de su tía después de haber sido expulsado de su propia casa por su madre tras haberla agredido y aunque al principio la convivencia con su tía era buena, al poco tiempo empezaron a surgir las peleas que desencadenaron en lo ocurrido aquel día.

El 29 de mayo de 2021 la víctima y el sobrino iniciaron una fuerte discusión tras la cual ésta acabó cayendo por las escaleras, y a continuación, por su propio pie o con ayuda del sobrino, llegó a la cama.

Entonces éste último acude a la cocina donde cogió un cuchillo de grandes dimensiones y le asestó tres puñaladas que acabaron con su vida, según el relato de la Fiscalía.

Durante dos días convivió con el cadáver y cuando sus familiares y amigos llamaban preguntando por ella, les respondía con evasivas como que estaba bien, había salido de paseo o que se encontraba viendo la televisión.

En un principio se pensó que el responsable de la desaparición era un vecino con el que la mujer mantenía malas relaciones pero finalmente, el día uno de junio la policía se presentó en la casa en detuvo al acusado mientras paseaba a un perro y desde el primer momento admitió que había sido el responsable de la muerte de su familiar.

Tras la caída la mujer sufrió rotura de varias costillas, del hombro, golpes en la frente y rotura de un dedo y el acusado ha asegurado que la ayudó a levantarse pero como seguía insultándolo se puso nervioso y sin saber qué hacer acabó con su vida, tras coger de la cocina un cuchillo de 34 centímetros.

En los días posteriores se dedicó a lavar toda la ropa tanto suya como la de su tía y a limpiar la casa. La fiscal cree que ha quedado acreditado que el hombre mantenía con la mujer una relación de dominación, trato vejatorio y degradante por lo que ésta había pedido en varias ocasiones que se fuera de su casa e incluso llegó a denunciarlo en la policía.

La fiscal ha asegurado que durante el juicio no saldrá a la luz ningún informe que venga a ratificar que el acusado no era consciente de lo que hacía.

La abogada de la defensa y el sobrino relatan que no empujó a la mujer sino que tan sólo hubo un forcejeo a raíz del cual cayó y subrayó que no existe ningún testigo que pueda acreditar lo que realmente ocurrió.

El propio acusado contó que al principio la ayudaba en todas las labores de la casa, iba con ella a comprar o la acompañaba al médico pero que luego la convivencia se fue deteriorando por cuestiones como acusarle de robar los platos de los animales.

Se negó a dejar la casa porque se estaba en plena pandemia y por esta misma razón había perdido el trabajo y no tenía a dónde ir.

En una ocasión anterior la tía lo denunció por agresión cuando lo que ocurrió, según el imputado, es que comenzó a insultarlo a él a su madre y a su pareja pero no llegó a estar detenido.

Ratificó que nunca comprendió porqué la mujer tenía “esas ganas de hacerle daño. Yo siempre evitaba el enfrentamiento pero ella pasó de ayudarme al principio a querer echarme”, dice.

Aquel día la discusión parece que tuvo como motivo principal los animales que estaban en la azotea, lo que dio lugar a que la anciana comenzara a amenazarlo y a insultarlo de nuevo tanto a él como a su pareja, cuya muerte no había superado.

Reiteró que no la empujó y que además ella podía defenderse porque tenía una tijeras en las manos que usaba para abrir la bolsa de la comida de los perros.

Una vez en el suelo, asegura que ella misma fue capaz de levantarse y de ir a la cama, apenas se quejaba de dolor y sangraba un poco. Mientras, continuaban los insultos y entonces el sobrino dice que “entré en pánico y acabé haciendo lo que hice. No me acuerdo de mucho por el estado en el que estaba”.

Pensó en llamar a la ambulancia pero ese mismo estado de confusión hizo que mantuviera el cadáver durante dos días en la cama sin avisar a nadie.

Ante el Jurado se mostró hoy arrepentido de lo que hizo y aseguró que “ojalá pudiera dar marcha atrás, era mi familia, mi sangre”. 

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