La economía en Canarias crecerá este año un 2,8%, el doble que la media nacional y repuntará hasta el 3,3% del Producto Interior Bruto (PIB) en 2024, lo que permitirá crear unos 69.000 puestos de trabajo en dos años, según recoge el informe anual de perspectivas económicas que elabora BBVA Research.
El documento, presentado este miércoles por Miguel Cardoso, economista jefe para España de la entidad, certifica que la economía de las islas cerraría el año 2022 con un incremento del 10,7% y que el PIB previo a la pandemia no se recuperará hasta finales de 2024.
El estudio reconoce una desaceleración de la economía canaria desde el segundo semestre del año pasado pero entiende que será de corta duración dado que por ahora, no se observa un “agotamiento” del desconfinamiento y por tanto, se mantienen las ganas de viajar, algo que beneficia especialmente a Canarias como destino turístico.
Cardoso ha reconocido que 2023 aún presenta “incertidumbres” derivadas de los efectos de la guerra de Ucrania, que afectan a la cadena de suministros y a la inflación, y la subida de tipos de interés, pero ha asegurado que no se observan “desequilibrios sectoriales” en la economía del archipiélago.
Desde la entidad se maneja que los tipos de interés tendrán un techo máximo del 4,5%, lo que puede “restar recursos” a la inversión de las empresas y el consumo de las familias pero en el caso concreto de las hipotecas, ha indicado que las familias están “mejor preparadas” que en 2008 para hacer frente al aumento de las cuotas, entre otras cosas porque hay ahorro acumulado durante la pandemia.
TURISMO Y SECTOR PÚBLICO TIRARÁN DEL CRECIMIENTO
Ha indicado que el turismo y el sector público, especialmente a través del gasto en sanidad, seguirán tirando de la economía canaria este año y ha reconocido que “algo se está haciendo bien” en las islas porque a pesar del agotamiento del efecto del desconfinamiento, los turistas siguen viniendo a Canarias, algo que ha achacado a la mejora de la calidad del destino y quizás a las tensiones geopolíticas en destinos competidores.
“Hay señales esperanzadoras”, ha comentado, si bien ha reconocido que se mantiene el “problema estructural” de la “falta de productividad”, lo que implica el ralentizamiento en recuperar las cifras del PIB anteriores a la pandemia.
En su opinión, parte del problema se debe a la falta de formación de los trabajadores, especialmente los que provienen del desempleo.
Sobre la ejecución de los fondos Next Generation ha reconocido que el ritmo es “excesivamente lento y continuará siendo lento” pero entiende que también ha habido demasiadas “expectativas” porque el programa se ligó a compensar la caída de demanda durante la pandemia y al final ha estado lastrado por los mismos problemas que los fondos estructurales europeos, la burocracia y la supervisión de las autoridades europeas.
Asimismo, y preguntado por una eventual bajada de impuestos, ha señalado que depende de decisiones políticas y cree que, una vez se estabilice la economía, la sociedad debe preguntarse por “el gasto que quiere”, la productividad de las administraciones públicas y la prestación de los servicios.
En cuanto a los posibles riesgos de la economía canaria ha advertido de la posibilidad de que se pierda la relación entre precios y competitividad en el turismo, el aumento de los precios de los billetes aéreos y la inflación, que en el caso de los alimentos aún no alcanza su punto de inflexión, y la falta de mano de obra cualificada para las empresas.
Cardoso ha dicho también que Canarias cerrará 2022 con un déficit del 0,5% del PIB y este año ha diseñado unos presupuestos expansivos desde el punto de vista fiscal y con fuerte aumento del gasto público por lo que cree que en 2024, cuando se recuperen las reglas fiscales, habrá que hacer algún tipo de ajuste.