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“La verdad está ahí fuera”

El derribo de varios artefactos aéreos y la falta de explicaciones alimentan la fiebre OVNI en el Congreso de EE.UU
“La verdad está ahí fuera”

La Casa Blanca reiteró que no hay motivo de alarma en cuanto a alienígenas paseándose libremente por los cielos de nuestro planeta, y que el origen de estos objetos voladores no identificados es de manufactura humana. Sin embargo, tras una sesión informativa clasificada de la administración de Biden sobre los objetos derribados en el espacio aéreo de los EE.UU., los senadores asistentes salieron de la reunión exigiendo una mayor transparencia, y aunque la respuesta obtenida es que los artefactos no son extraterrestres, ahí es donde termina la certeza, sabiendo que este tipo de incidentes ha estado sucediendo durante años, y no se sabe todavía qué son, de dónde proceden, o si ya abatieron todos los que habían o hay más, dejando claro que aunque se respondieron muchas preguntas surgieron aún más dudas.


Los republicanos del Senado recomendaron al presidente Joe Biden que se dirigiera directamente a la nación sobre el asunto, aunque los demócratas, menos inclinados a dar mayor importancia al asunto, sí creen que el gobierno podría hacer más al respecto. Según, nos dijo en exclusiva para este periódico, el teniente coronel retirado del Ejército de Estados Unidos, y ex jefe adjunto de la División de Fuerzas en el Estado Mayor Conjunto del Pentágono, dr. Scott Smitson, “que la Casa Blanca haya establecido esta semana un nuevo grupo de trabajo interinstitucional para hacer frente a este desafío, indica el nivel de preocupación y el grado de seriedad que el gobierno de EE.UU. está otorgando a estos objetos. El statu quo ya no es suficiente”.

¿Qué está pasando? ¿De dónde están viniendo?
La senadora Lisa Murkowski, republicana por Alaska, planteó su desconcierto con esas preguntas. La última sesión informativa sobre los objetos no identificados se produjo días después de otra sesión informativa clasificada sobre el globo espía chino, y eso se suma a otra sesión informativa previamente clasificada programada que tratará ampliamente sobre China, en una cadena de reuniones que exponen la preocupación que ha generado este tema. Ninguno de los tres objetos derribados durante el fin de semana ha sido recuperado, y por ejemplo, en Alaska, el frío brutal obstaculiza la búsqueda, mientras que en los lagos la profundidad hace que sea un proceso complejo. Si bien no está claro si los objetos no identificados son todos de China, es casi seguro que los últimos acontecimientos afectarán la relación entre EE.UU y Pekín.


Aumentan las tensiones
Las tensiones entre Estados Unidos y China se intensificaron cuando las dos naciones intercambiaron crudas acusaciones sobre programas de espionaje. El gobierno estadounidense confirmó que comenzaron a rastrear el globo espía cuando despegó de la isla de Hainan en el sur de China a fines de enero. Mientras se desplazaba sobre las Islas Aleutianas cerca de Alaska y atravesaba Canadá y luego Montana, los militares alertaron al presidente Biden de que era casi seguro que era el mismo tipo de nave aérea que habían visualizado en Texas. Un portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de China, contraatacó diciendo que Estados Unidos posee la mayor red de espionaje del mundo y que había llevado a cabo una vigilancia global extensa, incluida la captura de comunicaciones electrónicas, comprometiendo la privacidad de los ciudadanos alrededor del mundo. China también ha acusado a Estados Unidos de haber enviado 10 globos ilegalmente a su espacio aéreo desde el año pasado, una acusación que provocó una negación inmediata y furiosa por parte de la Casa Blanca. Biden y el presidente Xi Jinping de China habían tratado de limar asperezas en su reunión en Bali en noviembre, pero el furor desatado por el globo espía ha hecho saltar por los aires, literalmente, esos esfuerzos: si alguno de los tres objetos voladores destruidos en América del Norte la semana pasada, equivaldría a una gran provocación después del episodio del globo espía. La administración Biden dijo que China ha enviado globos de vigilancia sobre más de 40 naciones en los cinco continentes, violando su soberanía. Lo cierto es que las cosas han cambiado, “en el pasado, EE.UU. pudo haber asumido riesgos con objetos como estos, pero con un claro retorno a la geopolítica que no se veía desde la Guerra Fría, todos los fenómenos que pueden tener una utilidad militar ahora serán rastreados y analizados”, afirmó el teniente coronel retirado, quién también fue jefe de la Rama de Estrategia en USSOUTHCOM (Comando Sur del Ejército de EE.UU.) donde se desempeñó como el principal asesor estratégico, “estamos viendo un nuevo énfasis por parte de EE.UU. en las anomalías en los dominios del aire y el espacio, impulsado por la necesidad de revisar nuestras prioridades de inteligencia lejos de los terroristas e insurgentes hacia las capacidades de alto nivel de naciones como China y Rusia”.


Espionaje
La mayor parte de la inteligencia más importante de Estados Unidos proviene de su red de sofisticados satélites espías, un gran esfuerzo para interceptar comunicaciones electrónicamente, así como información de fuentes humanas. Si bien la red de espionaje china de la CIA fue diezmada hace más de una década por la contrainteligencia china, Estados Unidos ha estado tratando de reconstruirla. Estados Unidos generalmente evita enviar dispositivos de reconocimiento al espacio aéreo soberano de otro país, especialmente países como China con capacidades sofisticadas de defensa aérea. Enviar naves que pueden ser fácilmente interceptadas corre el riesgo de revelar capacidades importantes. La recopilación aérea es una parte relativamente pequeña de la recopilación de inteligencia de EE.UU. y, en su mayor parte, los aviones de reconocimiento de EE.UU. vuelan en el espacio aéreo internacional, justo fuera de las aguas territoriales de otros países.
Si bien Estados Unidos ha considerado desarrollar naves de vigilancia a gran altura para algunas misiones antiterroristas o antinarcóticos, los funcionarios han dicho que esos métodos servirían de poco para espiar a Rusia o China porque esos países los detectarían y destruirían rápidamente, según exfuncionarios.

Necesidad de nuevos estudios y rastreos
En los últimos años, los legisladores han exigido más información sobre fenómenos aéreos no identificados. Desde 2020, un creciente grupo de demócratas y republicanos han enfatizado la necesidad de estudiar y rastrearlos. Dentro de esta clasificación caben desde drones hasta otros elementos aéreos desconocidos, como una amenaza potencial para la seguridad nacional. El escrutinio de los legisladores a la vista pública en mayo del año pasado, cuando la Cámara celebró la primera audiencia en medio siglo sobre el tema, con testimonios de oficiales militares que presentaron videos e imágenes que miembros del servicio han capturado de diferentes objetos aéreos. Los informes anteriores de UAP han incluido avistamientos de objetos que tienen “características de vuelo inusuales o capacidades de rendimiento”, lo que genera dudas sobre si podrían tener vínculos extraterrestres, aunque las autoridades dicen no haber encontrado evidencia de tales conexiones. Con el tiempo, el enfoque del Congreso se ha generalizado a medida que legisladores han presionado para convertirlo en una prioridad.


Ahora, la Oficina de Resolución de Anomalías de todos los Dominios (AARO), que rastrea cualquier avistamiento de ovnis, tiene la tarea de publicar un informe anual y proporcionar a los legisladores dos informes clasificados por año.


Un informe sin clasificar de ODNI (Oficina del Director Nacional de Inteligencia) y AARO fue lanzado en enero de 2023 e indicó que el gobierno de EE.UU. está investigando más de 360 nuevos avistamientos de los cuales, aproximadamente la mitad tenía explicaciones sin complicaciones. Estos incluían objetos que se determinó que eran globos, escombros y drones. Sin embargo, los funcionarios aún estaban investigando los objetos que permanecían sin explicación. El enfoque de los legisladores ha surgido de las preocupaciones sobre la competencia y la vigilancia de adversarios extranjeros, así como de un interés más amplio en comprender el origen de estos objetos, incluso si podrían ser de naturaleza extraterrestre. Un informe de junio de 2021, examinando incidentes entre 2004 y 2021, indicó que hubo 143 instancias de fenómenos aéreos inexplicables que ODNI estaba investigando, incluido un puñado que potencialmente involucraba capacidades tecnológicas únicas. Tras ese informe, un grupo compuesto por oficiales de defensa e inteligencia, llamado Grupo de Sincronización de Gestión e Identificación de Objetos Aerotransportados (AOIMSG), se estableció para examinar la presencia de tales fenómenos en el “espacio aéreo de uso especial”, que incluye el espacio aéreo cerca de bases militares. “El uso de globos de vigilancia a gran altitud ahora requerirá un cambio en los tipos de objetos que rastreamos, junto con diplomacia pública afirmando que estos programas están en violación de la soberanía y de las normas internacionales…, en fin, hay vacíos técnicos, legales y burocráticos que hay que llenar ya para construir un perfil de inteligencia más robusto para rastrear y, cuando sea necesario, destruir estos objetos”, dijo Smitson.


En cuanto a las especulaciones sobre la procedencia terrestre de estos objetos, en su momento el líder de la Cámara Harry Reid en un artículo de opinión del New York Times de 2021, expresó que “Todavía hay muchas cosas que no entendemos, creo que es crucial liderar con la ciencia cuando se estudian los ovnis”.

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