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Lavadoras rotas, obras eternas y habitaciones sin calefactor en invierno: las penurias en dos colegios mayores de La Laguna

Los residentes dicen sentirse "ignorados" y piden "compromiso"
Lavadoras rotas, obras eternas y habitaciones sin calefactor en invierno: las penurias en dos colegios mayores de La Laguna

Es una situación “insostenible” que afecta en su día a día. Residentes de los colegios mayores de La Laguna, vinculados a la ULL, se quejan “desde hace meses” por algo tan sencillo como disponer de “una estancia decente”, Los residentes del Colegio Mayor San Fernando y el Colegio Mayor Santa María han remitido un escrito a DIARIO DE AVISOS para ser escuchados.

Los alumnos y alumnas son claros: “Nos encontramos en condiciones poco agradables y, aparentemente, al servicio de Alojamiento (encargado de gestionar las residencias de la ULL) le importa más bien poco. Llevan varios años pasando de nuestras quejas y peticiones, las cuales no tienen otro objetivo que el de permitirnos algo de comodidad a la hora de estudiar y mejorar nuestra estancia”.

Aseguran que en el Colegio Mayor San Fernando, tienen dos problemas principales que tienen que ver con la lavandería del centro y con el equipamiento de sus habitaciones.

En el caso de la lavandería, aludiendo a una “mala organización respecto a las obras que están haciendo” en uno de los colegios mayores de La Laguna, concretamente al Colegio Mayor Santa María, han tenido que compartir la sala de lavado con los colegiales de esa residencia, viéndose la misma desbordada: “Tenemos siete lavadoras y siete secadoras, las cuales no paran de estropearse por estar usándolas más de 150 colegiales (más o menos 37 personas por lavadora)”.

El problema ha llegado porque al tratarse de lavadoras y secadoras domésticas, no de uso industrial, las mismas se estropean: “De estas siete secadoras disponibles, cinco no funcionan y de las siete lavadoras, la mayoría (por no decir todas) huelen mal o manchan. Esto ha provocado que algunos colegiales deban asistir a lavanderías externas al recinto para poder limpiar su ropa, cosa que la gran mayoría no nos podemos permitir, ya que somos estudiantes con ingresos limitados”.

Muchos residentes han tenido que pagar de su propio bolsillo la lavandería

Sobre el equipamiento de las habitaciones, indican que no todos los colegios mayores las mimas condiciones, siendo el Colegio Mayor San Fernando el “único” que no disponer de calefactores en un lugar como La Laguna: “Hemos pedido varias veces que se nos proporcione una solución, aún así, sabiendo que vivimos en un lugar bastante frío,
nos han rechazado la propuesta en repetidas ocasiones. Lo peor, es que no nos
permiten tener ningún tipo de electrodoméstico que no sea aportado por ellos, lo
que nos impide tener nuestro propio calefactor o deshumidificador”.

Los problemas que denuncian no acaban ahí. Las supuestas sillas de estudio “son de plástico y, al ser tan incómodas, imposibilitan las largas sesiones de estudio/trabajo que requerimos”. Señalan que han pedido soluciones, llegando, según los propios residentes, a recibir respuestas “en tono burlesco”.

No hay menos problemas en el Colegio Mayor Santa María. Los alumnos y alumnas se quejan por las situaciones generadas por unas obras en su edificio: “Aceptamos mediante la credencial la situación de reforma en la que se encontraba el Colegio Mayor Santa María, a pesar de que en el curso 2022-23 nos desalojaron con antelación, concretamente el 24 de
junio de 2022, para comenzar dichas obras. Aquellos que necesitaban alojamiento para la convocatoria de exámenes de julio, fueron desplazados a otras residencias. En ese momento, aceptamos convivir junto a las obras, que debían ser finalizadas antes del inicio del curso”.

Representantes de los residentes se reunieron con el Vicerrectorado el pasado 9 de noviembre de 2022, obteniendo la promesa de que, en enero de 2023 “estarían las obras principales acabadas a excepción del montacargas”, algo que, dicen, no se ha cumplido: ” Aún en marzo, seguimos con el mismo problema, sin haber obtenido explicación alguna por parte de la Universidad de La Laguna. A causa de dichos retrasos, hemos tenido que convivir con numerosas disconformidades, sin tener en cuenta el efecto que han tenido estas en nuestra calidad de vida”. “.

Se quejan de que han vivido en la residencia “mientras pintaban paredes, barnizaban puertas o cortaban el agua sin previo aviso” encontrándose en sus habitaciones: “El polvo ha sido uno más entre nosotros, lo que, para las personas con problemas respiratorios, ha sido un gran riesgo. Hemos convivido con ruidos interminables en épocas de exámenes. Cada día, desde las 7.30 de la mañana hasta aproximadamente las 17:00 horas sin parar. Además de las reiteradas llamadas de atención hacia los obreros por hacer un uso indebido de las instalaciones. Durante su jornada laboral, tomaban bebidas alcohólicas y fumaban
dentro del recinto. También, varios colegiales recibieron comentarios poco apropiados y obscenos, algo completamente inaceptable”.”.

Los alumnos y alumnas reconocen “entender” que es habitual que cuando se realizan obras surjan inconvenientes pero dicen estar “cansados” de “ser siempre los perjudicados”. “Llevamos más de seis meses pagando por servicios que no están disponibles, como es el caso de la planta baja, con especial hincapié en el servicio de lavandería. Cierto es que previa a la entrada al colegio, estábamos en conocimiento de que no íbamos a disponer de este servicio en la planta baja hasta finales de noviembre. Concretamente, se estipulaba que en el plazo de un mes estaría finalizada dicha zona”, cuentan. Ante esta situación tuvieron que hacer uso de la lavandería del Colegio Mayor San Fernando, generando la situación anteriormente relatada.


Paradójicamente, hoy, a las 18.30, el colegio mayor será inaugurado, y los residentes del mismo indican en su escrito que “van a presentar las nuevas zonas reformadas, impidiendo a los colegiales el uso de las mismas tras dicho acto”., lamentando esta situación: “Este debería ser nuestro segundo hogar, pero nos sentimos engañados, fuera de lugar y vemos que desde el Vicerrectorado solo se han dado excusas y no dan lugar a una buena comunicación”.”.

Ellos y ellas piden que se tenga en cuenta que son “estudiantes universitarios” que viven lejos de sus casas y que “en una gran mayoría” no pueden permitirse vivir de alquiler: “Necesitamos algo de compromiso con nosotros por parte del servicio de Alojamiento, nos sentimos ignorados y queremos un cambio. Esperamos que esto sirva para que, de una vez por todas, nos tomen en cuenta como si fuéramos personas”.

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