Un vuelo de TUI que salió de Tenerife la semana pasada y debía llegar al aeropuerto de Manchester el jueves 9 de marzo, a las 20.00 horas, tuvo dificultades para aterrizar, causando un gran revuelo entre los pasajeros.
El avión fue sacudido por una “terrible turbulencia“, debido a la tormenta Larissa que azotó el Reino Unido la semana pasada, tal y como explica el periódico británico Express.
Varios pasajeros estaban “gritando y llorando” después de que el piloto se viera obligado a abortar el aterrizaje durante la tormenta de nieve.
El pasajero Gareth Salter le dijo al Manchester Evening News que “la gente estaba en pánico, los bebés gritaban y había algunas niñas detrás de nosotros llorando”.
También afirmó que “estaba rezando, para ser honesto. No pensé que volvería a ver a mi familia. Fue horrible”.
Ese día las fuertes nevadas causaron estragos en el norte de Inglaterra, con carreteras cortadas, donde decenas de conductores quedaron atrapados durante horas, y varios vuelos se retrasaron en el aeropuerto de Manchester.
Gareth criticó a TUI por no informar a los pasajeros sobre el desvío hasta después de que el avión aterrizara y comentó que “sabíamos por las noticias que el clima iba a ser malo, pero tan pronto como comenzamos a tocar tierra, simplemente no se sentía bien. Hubo vientos cruzados y la turbulencia nos sacudió”. Una vez habían aterrizado “hablaron por el altavoz y dijeron que estábamos en East Midlands y que era un piloto en prácticas y nos pidieron que le aplaudiéramos por aterrizar de manera segura”.
Gareth dice que los pasajeros conmocionados fueron luego “abandonados” en East Midlands y tuvieron que organizarse para regresar a casa o buscar hoteles por su cuenta.
TUI niega esta afirmación y expone que se gestionó la organización del desplazamiento de los clientes hasta algún alojamiento o al aeropuerto de Manchester, o bien, se les ofreció la opción de regresar a casa por su cuenta y reclamar los costos posteriormente.
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