Dos hermanos afectados por la erupción de La Palma llegan hasta la Moncloa

El pasado miércoles, dos hermanos palmeros, Jacob Rodríguez Cruz y Adalberto Rodríguez Cruz, afectados por la erupción volcánica de Cumbre Vieja visitaron en Madrid al ministro de la Presidencia, Félix Bolaños. Los tres se conocieron en enero durante la última visita que el ministro hizo a La Palma, en la que recorrió las viviendas modulares de Los Llanos, entregadas a los vecinos que perdieron sus casas y conocer las necesidades de las personas reinstaladas.

Los dos hermanos se enteraron de esa visita cuando Bolaños ya estaba recorriendo las viviendas y decidieron invitarle a conocer la suya. Fue ahí donde surgió de manera espontánea este viaje a Madrid. Ya que Bolaños había estado en su casa, los dos hermanos aprovecharon para preguntarle cuándo podrían ellos conocer la casa del ministro, a lo que este les respondió indicando que su casa era también la de todos los españoles, en alusión al Congreso de los Diputados.

Finalmente, esta semana, Jacob y Adalberto viajaron a Madrid. El miércoles por la mañana tuvieron un encuentro con el ministro que los acompañó a la tribuna del Congreso desde donde pudieron seguir la sesión de control al Gobierno. Durante su estancia en Madrid ambos también se reunieron con el comisionado especial para la reconstrucción de La Palma, Héctor Izquierdo.

Estos hermanos son solo una pequeña representación de todos los palmeros y palmeras que desde hace meses luchan incansablemente por superar los efectos de la emergencia volcánica, para lo que cuentan con el apoyo de las instituciones. Para Jacob y Adalberto, esta ha sido una visita motivadora, una oportunidad única que no imaginaban y que les ha permitido desconectar por un día de la rutina diaria, muy ligada aún a los efectos de esta emergencia volcánica en la que han perdido su vivienda, sus costumbres y su modo de vida. La política mueve montañas y ellos, aseguran, lo han comprobado.

Jacob es guardia civil y su hermano es pensionista como consecuencia de un accidente. Antes de la erupción residían en Todoque, en un terreno familiar en el que vivían también su otro hermano y su madre, cada uno en su propia vivienda. Perdieron sus casas al día siguiente de la erupción. El día 20 de septiembre de 2021 por la noche ya no quedaba nada.

Ahora disponen de un terreno en El Paso, heredado de su abuela, en el que están intentando conseguir permiso para construir.